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Fungipor, un material creado con hongos que reemplaza al telgopor

No daña el ambiente y es totalmente compostable.
Miércoles, 07 de junio de 2023 02:35

Ayelén Malgraf es una bióloga entrerriana que a comienzos de los 2000 comenzó a cultivar hongos en Cerrillos. En la localidad del Valle de Lerma, que inspiró a tantos poetas y cantores con sus carnavales carperos, la especialista en micología encabeza hoy una startup salteña, Fungipor, que en los últimos tiempos ganó las portadas de la prensa nacional y de publicaciones especializadas en nuevas tecnologías y economía circular, porque concibió en 2019 un material biodegradable a base de micelio de hongos y residuos agrícolas que reemplaza al telgopor y otros plásticos en embalajes y empaques.

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Ayelén Malgraf es una bióloga entrerriana que a comienzos de los 2000 comenzó a cultivar hongos en Cerrillos. En la localidad del Valle de Lerma, que inspiró a tantos poetas y cantores con sus carnavales carperos, la especialista en micología encabeza hoy una startup salteña, Fungipor, que en los últimos tiempos ganó las portadas de la prensa nacional y de publicaciones especializadas en nuevas tecnologías y economía circular, porque concibió en 2019 un material biodegradable a base de micelio de hongos y residuos agrícolas que reemplaza al telgopor y otros plásticos en embalajes y empaques.

El primer packaging sustentable de hongos de la Argentina, siendo aún un proyecto, obtuvo el premio mayor Naves 2018, en el marco del programa nacional de apoyo a emprendedores que lleva adelante el IAE Business School en alianza con el Banco Macro.

En 2019 Fungipor quedó seleccionado en el Programa Emprende Conciencia, de la Fundación Invap, y Malgraf fue reconocida como emprendedora del año de Salta.

En 2020 la propuesta biotecnológica de Hongos del Valle, la empresa que se abrió a nuevos horizontes producción sostenible y economía circular con Fungipor, fue semifinalista del Programa de Impacto Mayma y el Premio Mentes Transformadoras.

En 2021 alcanzó uno de los premios a la innovación en el Concurso Emprende del Grupo HZ, una de las más importantes organizaciones de la industria del packaging de América Latina, y fue finalista en la Categoría Pitch del CONCURSO 100K LATAM. En 2022, Fungipor llegó a las semifinales del Concurso Soluciones Innovadoras del Banco Nación y recientemente recibió de la Secretaría de Agricultura y Pesca de la Nación el sello "Bioproducto Argentino".

"Utilizamos la paja de poroto que queda desperdiciada en los campos para biofabricar un material que no solo no daña el ambiente, sino que además es totalmente compostable y bueno para los suelos, como alternativa al poliestireno expandido (telgopor) y los plásticos de un solo uso", explicó Malgraf, quien mañana estará en el panel central de "Hablemos de lo que viene", ciclo multiplataforma de El Tribuno que en esta edición tiene sus ejes temáticos enfocados en las prácticas sostenibles de producción y la economía circular.

"En esta época casi todos los productores del Valle de Lerma levantaron la cosecha de porotos. Antes los rastrojos se solían quemar, pero ahora nosotros los levantamos, los hacemos rollos, los traemos a nuestro predio y los estockeamos para todo el año", explicó la graduada de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) que se especializó en micología en la Universidad Nacional de Salta (UNSa) y hoy, además de producir Girgolas, hongo comestible cuyo nombre científico es Pleurotus ostreatus, integra el equipo de Fungipor junto a su esposo Roberto Gómez (Producción) y la arquitecta Macarena Albarracín (Diseño y Comercialización).

Ella, en la joven empresa biotecnológica, está al frente del área de Laboratorio e Investigación.

Sobre los pasos del proceso con el que se obtiene el material biodegradable con propiedades óptimas para reemplazar al telgopor y otras estructuras plásticas usadas en la industria del packaging y la construcción, Malgraf agregó que los rastrojos agrícolas se trituran y somete a un proceso de esterilización. "De esta forma eliminamos cualquier microorganismo que pueda competir con los micelios que incorporamos". El micelio -explicó- es la estructura reticular de un hongo que hace las veces de una raíz, aunque dejó en claro que los hongos no son plantas ni animales, sino que forman un reino aparte (el Reino Fungi), aunque antiguamente se los clasificaba dentro del reino vegetal y mucha gente aún sigue creyendo que son otra especie de plantas.

La investigadora y emprendedora experta en micología también aclaro que para producir el Fungipor -nombre que se corresponde tanto con la razón social de la firma como con el innovador biomaterial que produce- no se utiliza Gírgolas, sino Ganoderma, un hongo medicinal que es inocuo pero no comestible.

En el último paso, el sustrato se dispone en moldes con las formas de las estructuras que se desea obtener, ya sea la cuna de empaque de un perfume o vino, la estructura de protección del embalaje de algún electrodoméstico, un esquinero o una maceta. "Dentro de los moldes la red fúngica actúa como pegamento natural y cuando termina de desarrollarse es una masa compacta que se desmolda y pasa a un proceso de secado. Sobre esta base diseñamos y perfeccionamos técnicas variando los micelios y el tamaño de las partículas de los rastrojos para que los prototipos que desarrollamos en nuestro laboratorio se ajusten a un producto de escala industrial", acotó Malgraf. El fungipor es liviano y tiene propiedades de aislamiento térmico y acústico que lo hacen ideal también para su uso en la construcción en reemplazo de las placas aislantes de Telgopor. Es además ignífugo.

Con todo, el bioproducto de la startup salteña interesó a INVAP, la empresa tecnológica argentina con mayor proyección y reconocimiento internacional, que desde la primera hora apoya el desarrollo de Fungipor con un acompañamiento científico permanente. También se interesó en su bioproducto Peabody, una empresa líder de electrodomésticos a la que hace un par de semanas se enviaron desde Cerrillos muestras. La compañía quiere reemplazar el telgopor de las protecciones de sus embalajes con un material no contaminante. También se contactaron con Malgraf desde Perú, uno de los países donde leyes ya restringen fuertemente el uso de telgopor, los sorbetes y otros productos plásticos.

 

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