Aunque el objetivo principal fue pelear por un ascenso, la levantada futbolística de Gimnasia de las últimas fechas genera algo de expectativa en cuanto a cerrar la campaña con otra imagen.
El triunfo sobre Dálmine y el empate con Santamarina, donde fue superior, sirvieron para demostrar que el equipo no tiró la toalla antes de tiempo. Y es positivo.
También el técnico Gabriel Schürrer se inclinó por darle continiudad a los juveniles del club, que son el futuro y recambio generacional. Por ejemplo, Agustín Sufi demostró que no le pesó ocupar un lugar entre los titulares y tuvo un debut positivo.
La cuestión es confiar en un proceso futbolístico a mediano plazo y apostar a un futuro no muy lejano. La otra cara de la moneda es Maki Salces, quien con su infantil expulsión del domingo dio un paso atrás.
La mejoría colectiva se debió a que el mensaje del DT llegó a pleno. Es decir, que el equipo sea "corto" para así no abusar de los pelotazos y que la presión es clave con el fin de adueñarse de la pelota.
La ventaja es que cuenta con el material humano para funcionar de manera que lo hizo en los dos últimos encuentros y por eso la sensación de bronca y amargura al haberse despedido rápidamente de la lucha por el ascenso. Tanto Dálmine como Santamarina a quienes superó sí pelearán por el segundo boleto a la Primera División.
Ahora la meta será salir de perdedor en condición de visitante. Sucede que el "lobo" viene de ocho derrotas consecutivas afuera de Jujuy y sería un verdadero papelón que cierre su participación en este torneo de la B Nacional con otra caída.
El sábado a las 15 enfrentará a Chacarita Juniors en San Martín, Buenos Aires, y al menos debe conseguir una igualdad para no volver con las manos vacías. Obviamente que sería ideal terminar con la racha negra consiguiendo una victoria como visitante.
El "lobo" sabe que la campaña en general terminará siendo pobre, pero quiere finalizar con la frente en alto. Aunque es un secreto a voces que la depuración del plantel será importante en diciembre, algunos quieren seguir y conscientes que estos encuentros finales podrían inclinar la balanza a su favor siendo una oportunidad para mostrarse en plenitud.
La imagen que dejó el equipo el último partido, donde "borró" de la cancha a Santamarina, lleva a pensar que es posible cambiar la racha adversa de visitante ante el "funebrero".
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Aunque el objetivo principal fue pelear por un ascenso, la levantada futbolística de Gimnasia de las últimas fechas genera algo de expectativa en cuanto a cerrar la campaña con otra imagen.
El triunfo sobre Dálmine y el empate con Santamarina, donde fue superior, sirvieron para demostrar que el equipo no tiró la toalla antes de tiempo. Y es positivo.
También el técnico Gabriel Schürrer se inclinó por darle continiudad a los juveniles del club, que son el futuro y recambio generacional. Por ejemplo, Agustín Sufi demostró que no le pesó ocupar un lugar entre los titulares y tuvo un debut positivo.
La cuestión es confiar en un proceso futbolístico a mediano plazo y apostar a un futuro no muy lejano. La otra cara de la moneda es Maki Salces, quien con su infantil expulsión del domingo dio un paso atrás.
La mejoría colectiva se debió a que el mensaje del DT llegó a pleno. Es decir, que el equipo sea "corto" para así no abusar de los pelotazos y que la presión es clave con el fin de adueñarse de la pelota.
La ventaja es que cuenta con el material humano para funcionar de manera que lo hizo en los dos últimos encuentros y por eso la sensación de bronca y amargura al haberse despedido rápidamente de la lucha por el ascenso. Tanto Dálmine como Santamarina a quienes superó sí pelearán por el segundo boleto a la Primera División.
Ahora la meta será salir de perdedor en condición de visitante. Sucede que el "lobo" viene de ocho derrotas consecutivas afuera de Jujuy y sería un verdadero papelón que cierre su participación en este torneo de la B Nacional con otra caída.
El sábado a las 15 enfrentará a Chacarita Juniors en San Martín, Buenos Aires, y al menos debe conseguir una igualdad para no volver con las manos vacías. Obviamente que sería ideal terminar con la racha negra consiguiendo una victoria como visitante.
El "lobo" sabe que la campaña en general terminará siendo pobre, pero quiere finalizar con la frente en alto. Aunque es un secreto a voces que la depuración del plantel será importante en diciembre, algunos quieren seguir y conscientes que estos encuentros finales podrían inclinar la balanza a su favor siendo una oportunidad para mostrarse en plenitud.
La imagen que dejó el equipo el último partido, donde "borró" de la cancha a Santamarina, lleva a pensar que es posible cambiar la racha adversa de visitante ante el "funebrero".