Hablar del barrio La Merced es referirse a un lugar desconocido dentro de la ciudad de San Salvador de Jujuy. Es un barrio joven de pocas manzanas, pero sumamente poblado y ubicado a metros de la plaza Belgrano.
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Hablar del barrio La Merced es referirse a un lugar desconocido dentro de la ciudad de San Salvador de Jujuy. Es un barrio joven de pocas manzanas, pero sumamente poblado y ubicado a metros de la plaza Belgrano.
La lucha por lograr una mejor calidad de vida en todos los aspectos está encabezada por un grupo de mujeres, verdaderas heroínas que frente a un problema o una situación difícil o complicada se "arremangan" y caminan para adelante con un corazón gigante y la férrea voluntad de ayudar, colaborar, en definitiva servir avaladas por la frase bíblica "Más bienaventurado es dar que recibir."
Claudia Patricia Delgado es la presidenta del centro vecinal La Merced, quien rodeada de sus colaboradoras recibió a El Tribuno de Jujuy con una sonrisa y acompañada de "por qué nos vienen a hacer una nota a nosotras" y su humanidad aflora y la hace gigante. Su humildad es tan grande que dice "nosotras no hacemos nada estamos aquí para ayudar a nuestros vecinos, a los niños, las mujeres, los jóvenes adolescentes, los ancianos y personas discapacitadas".
En la sede de la esquina de Moscú y Lagunillas del Farallón, a menos de 150 metros del río Grande, nos recibieron con los brazos abiertos, es el lugar construido con amor y mucho esfuerzo destinado a los vecinos. "Creo que después de 10 años la posta la tiene que tomar otra de las chicas, porque de verdad estoy cansada, es mucho el trabajo que hacemos".
Claudia Delgado comentó que "no solo es poder dar de comer a 180 personas cada día -afirmó la presidenta- es capacitarlas a través de los distintos talleres que tenemos para que puedan enfrentar la vida desde el trabajo", dijo la mujer con sus grandes ojos brillosos por lágrimas que se niegan a rodar por sus mejillas, porque la emoción la embarga, de solo ver el salón lleno de ancianos, niños, de su gente.
"Este comedor tiene ya trece años, habiéndose iniciado como una copa de leche, con la finalidad de poder acercar un alimento a los niños especialmente y con mucho esfuerzo, dedicación y el trabajo de las mujeres del barrio pudimos construir nuestra sede y con ello un salón de uso múltiple, que es donde le brindamos a nuestra gente un plato de comida" afirma Claudia Patricia Delgado.
La vecinalista comentó que "en tiempo de la pandemia hicimos un censo donde detectamos 30 abuelitos del barrio y una importante cantidad de niños que no solo pertenecen al barrio sino a los asentamientos que hay cerca de este lugar y que suman unos 60 chicos a quienes además del alimentos intentamos brindarles contención espiritual ya que muchos tienen una vida desordenada, pertenecen a familias carenciadas, vienen de familias con problemas y esa era mi misión y quienes me acompañaban el de poder llegar a ellos no solo con un plato de comida sino también con salidas, paseos".
Aclaró Claudia Delgado que "nosotros contamos con la asistencia del Obispado, con la ayuda de Salud Mental, de Violencia de Género e incluso del Ministerio de Desarrollo Humano que nos provee de los insumos necesarios para la elaboración de la comida del comedor . Y me siento muy agradecida de toda esta gente que me colabora, que me ayuda porque de esa manera puedo llegar a brindar un sostén a los niños, jóvenes, adultos y en especial a los jóvenes que ayudan en la cocina del comedor porque 'Jesús se hace presente a través de los niños y abuelos'".