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"Confieso que hay cosas que empecé a lavar en el río"

Son las protagonistas de "Lavanderas", la obra teatral de Elena Bossi, que, con dirección de Nacho Medina, mañana a las 19 se pondrá en escena en el Parque Xibi Xibi. El punto de encuentro es al pie del anfiteatro. Hace unos días anunciábamos esta función analizando las características con la escritora de la obra, y ahora quisimos acercarnos a la mirada de quienes se pusieron en la piel de esas mujeres que lavaban la ropa décadas atrás en el río.
Jueves, 09 de febrero de 2023 01:03

Las lavanderas de Río Chico (Río Xibi Xibi), son una realidad, una imagen, una identidad, que arman nuestra historia. Y en ese afán sus presencias simbolizan muchos aspectos de nuestra sociedad que han tomado una importancia enorme en nuestra cultura. Por eso son motivo de inspiración del arte en todas sus expresiones y en este caso especial, del teatro.

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Las lavanderas de Río Chico (Río Xibi Xibi), son una realidad, una imagen, una identidad, que arman nuestra historia. Y en ese afán sus presencias simbolizan muchos aspectos de nuestra sociedad que han tomado una importancia enorme en nuestra cultura. Por eso son motivo de inspiración del arte en todas sus expresiones y en este caso especial, del teatro.

¿Qué le pasó a la obra desde su estreno a hoy, en todo sentido, artístico, logístico, etc.? ¿Cambió? ¿En qué?

ANDREA BONUTTO: y la obra fue mutando y a la vez, fortaleciéndose. A nivel logístico hemos planteado un formato más viajero, en cuanto a escenografía, y otro más completo. Pero lo más notable, es la necesidad de habitar otros espacios más allá de los convencionales, teatrales. Es un poco salir de las salas a buscar otros espacios, otras poblaciones, nuevos públicos. Y siempre, desde que iniciamos "Lavanderas", el deseo fue hacerla en el río, entonces nos fuimos de a poco consolidándonos para esto y para volver al río, porque nosotras un tiempo estuvimos ensayando ahí. La confianza, tener la obra como más aceitada entre nosotras y sus diálogos, hace que tomemos el desafío de cambiar de lugar, donde de pronto no tenemos las luces como en la sala de teatro, u otros recursos técnicos, que debemos reemplazar con el trabajo actoral, la historia y el texto, y los elementos de la obra y el río, ya el mensaje se entiende, se vive y se disfruta. Así que es como nuestra vuelta al río. Os tomamos un tiempo de ensayo en el río, estrenamos e hicimos la obra en salas, y ahora es volver. Ojalá sea la primera, de muchas veces más en el río.

Cecilia Córdoba: Sí, hubo cambios en todo sentido. Desde producción, puesta en escena, técnico, logística... Y eso cambió mucho en cuanto a replantearnos cómo nos paramos frente al proyecto y cuáles eran los objetivos de cada una y grupal. Creo que esto también nos dio una nueva mirada hacia los inicios y lo que nos impulsó a hacerlo y nuestra historia personal.

¿Cómo surge la idea de hacerla en el río como escenario? y ¿qué expectativas tienen con respecto a la reacción de la gente en esta experiencia, teniendo en cuenta que ustedes hicieron parte del proceso de creación ahí?

C.C.: La idea surgió ante una posibilidad y un deseo. Porque ya veníamos con el grupo planteando la idea y las ganas de hacer la puesta en el río, abrirla a su origen, en donde surgen las historias y en donde el mismo río nos vio ensayar, hablar, contar, etc...

Y la posibilidad, ya que desde la municipalidad nos propuso hacerla en el parque, como homenaje también a aquellas hermosas mujeres lavanderas. Entonces vimos la oportunidad, y la agarramos al vuelo.

Es todo un desafío en cuanto a la puesta lumínica pero siempre nos abrimos a la posibilidad de que se adapte a todos los espacios. Porque realmente queremos y apostamos a qué este proyecto pueda verse y llegue a todo el público. Esperamos que el público pueda disfrutar en ese mismo espacio/ lugar de pertenencia dónde sucedió todo y dónde quizás las mismas lavanderas quizás nos acompañen ese día también. Creemos que va a ser emotivo y mágico a la vez.

A.B.: Creemos que la idea siempre fue así. Es inevitable sentir la relación intrínseca de las lavanderas y el río, no se puede separar. Y teniendo el río tan cerca, con el parque, con un acceso muy posible, nos parecía una obviedad poder hacerla ahí.

Tenemos la expectativa de que se animen a ir a vivir algo diferente en un entorno diferente.

Al estar al aire libre, al estar en un espacio abierto, van a tener otras distracciones, y sabemos que hay que generar ese espacio, porque puede aparecer un perro, la gente sigue circulando por la ciclovía, etc., algo que lleve a los espectadores a la historia, en un entorno como este.

Nosotras hemos encontrado un rincón en la explanada, para hacerlo, porque el anfiteatro Las Lavanderas es muy grande para esto. No descartamos la idea, pero en el caso de "Lavanderas" la idea es de algo más íntimo, que el río nos rodee a todos. Todavía no estamos explorando la posibilidad de hacerla en espacios tan grandes. Esperamos que las personas se animen, que podamos habitar este espacio.

Es como llevar algo íntimo dentro de algo público.

¿A esta altura, se sienten "lavanderas"? pregunto porque siento que asumieron muy internamente el personaje

A.B.: A esta altura, sí, si me siento lavandera. Creo que muchas mujeres y muchas personas somos lavanderas. Yo si siento que hay algo en mí que se modificó después de este proceso. Desde el acto y la acción cotidiana de lavar en mi casa, obviamente en otras condiciones obviamente a las de esas lavanderas de otra época o las que actualmente van al río, pero si hay una conexión, un ritual, que pasa cada vez que lavo, ya sea a mano, o en el lavarropas. Es más, confieso que hay cosas que empecé a lavar en el río porque vivo en Yala, y me voy atrás donde está el río, y lavo, y disfruto un montón. Y el río desde que hicimos este proceso, para mí tiene otro sentido, se sumaron en mí, elemento de conexión con el río, con el agua y con el lavado. Eso es lo que me pasa. No sé si puedo decir que soy una lavandera, porque respeto mucho esa labor y todo lo que pasaron estas mujeres para ser lavanderas. Pero sí algo se modificó mucho en mí, a partir del proceso de la obra y de haber estado en contacto con muchas mujeres lavanderas.

C.C.: Me surgen dos posturas y sensaciones.

Una como actriz, el papel/rol de Carmen, lavandera la trabajé, investigué y profundicé tanto que la siento tan encarnada y propia, que al prepararme siento que me despojo de Chechu Córdoba y soy Carmen, lavandera del Río Chico y voy a contar mí historia. La sufro, me río, lloro, y todas las emociones son de ella. Me preocupa que la ropa esté bien lavada.

Y cuando se escuchan los aplausos y ya nos despedimos siempre pienso que Carmen se va a descansar.

Por otro lado, como mujer, siento que tengo tanto que aprender de ellas y a la vez me siento un poco lavandera también. Porque además, muchas de sus historias de vida también cotidianas, son o se asemejan a las propias, a las de mí mamá, abuelas, alguna vez mías también. Se entrelazan de alguna u otra manera.

 

Las lavanderas, inspiradoras que existieron

En el siglo pasado, las lavanderas eran mujeres que lavaban las ropas de gente de clase alta, en el Río Xibi Xibi. Llegaban y se ubicaban en ruedas para lavar canastos y canastos de ropa, que luego ponían a secar en las piedras.

Hubo intentos del gobierno del momento de que se trasladaran a un lavadero al costado del río, donde pudieran estar más cómodas, para trabajar. Las mujeres ya en ese entonces alzaron su voz, porque no querían retirarse del río.

El lavadero se trasladó a varios lugares hasta que fue a parar en el edificio que está en la esquina donde actualmente funciona el Centro Cultural "Héctor Tizón" (Hipólito Yrigoyen esquina Junín), que se engalanó con esculturas de Florencia Califano y murales de Claudia Lassaletta, que reflejan esta misma historia y sus protagonistas las lavanderas. Justo al frente del centro cultural que inauguró el intendente capitalino Raúl Jorge hace algunos años, se hizo también el anfiteatro "Las Lavanderas", que además cuenta con estatuas en homenaje a estas mujeres, inauguradas en 2021.