El trastorno del espectro autista (TEA) es una afección del desarrollo neurológico con implicación multidimensional caracterizada por alteraciones en la interacción social, la comunicación y el comportamiento por la presencia de conductas repetitivas e intereses restringidos y estereotipados. Existe una tendencia aproximada de 1 de cada 160 niños con cierto grado de autismo y una prevalencia en varones.
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El trastorno del espectro autista (TEA) es una afección del desarrollo neurológico con implicación multidimensional caracterizada por alteraciones en la interacción social, la comunicación y el comportamiento por la presencia de conductas repetitivas e intereses restringidos y estereotipados. Existe una tendencia aproximada de 1 de cada 160 niños con cierto grado de autismo y una prevalencia en varones.
Actualmente se disponen de numerosas herramientas para diagnosticar esta patología y aunque no se ha encontrado una cura, la detección precoz nos brinda importantes avances al mejorar la calidad de vida de las personas, es por ello que considero que "el diagnóstico no debe ser el final sino el comienzo de un nuevo camino", ya que si aprendemos a mirar este camino llamado "autismo" como un desafío que se emprende en la búsqueda de un bien vivir, posibilitará aprendizajes, crecimiento, resiliencia, de esta manera aquello que parecía una sentencia se torna en el punto de partida.
Siguiendo esta línea creo convincentemente que "el autismo no define a la persona, sino que es una condición", es decir, que al referirse a alguien como "tal persona es autista" no es lo mismo que decir ella "tiene autismo", esa condición es lo que indicará la forma de vivir, el estilo de aprendizaje, el desenvolvimiento, etc., pero no será lo que constituya a la persona como tal, no definirá su esencia, porque del mismo modo que un ciego tiene la condición de no ver o un sordo la condición de no oír, o la de un paciente diabético que debe cuidarse en la alimentación y así podría continuar la lista, con ello quería marcar que es en esa condición donde queda manifiesta la diferencia entre un término y el otro. Por lo cual cada persona que tiene autismo es y debe ser considerada como "sujeto de derecho" en todas las dimensiones que lo abarca, y en tal sentido nos compete a todos el deber de respetar, garantizar y velar por las condiciones que propicien una mayor integración, igualdad e inclusión cuyo objetivo es favorecer su calidad de vida.
Ahora bien, quisiera tomarme unos minutos para referirme al autismo desde una mirada de la fe, al hablar sobre la esencia de las personas con TEA nos hace pensar y reflexionar acerca de cómo Dios obra con todo lo que ha creado en este mundo, y es aquí que de seguro a muchos le ha tocado interrogarse e interrogar a Dios del porqué a muchos toca esta realidad y a otro no. La verdad es que hay muchas cosas de las cuales no tenemos respuestas y quizás nunca las tengamos, pero hay algo que en esa búsqueda podemos encontrar y se llama "propósito". Cuando Jehová respondió: "¿quién dio la boca al hombre?, ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego?, ¿no soy yo Jehová?" (Éxodo 4:11- La Biblia). Dios sin duda no comete errores, no hay nada que salga de él sin haber establecido propósito en cada creación, él designó todo lo que hizo con un fin en la tierra, le dio forma y vida. Es por eso que un niño con autismo no necesita cambiar, solo necesitamos descubrir cómo estimularlo, prepararlo, cómo llegar a él y cómo equiparlo para alcanzar su propósito en la vida. Ellos son creación de Dios, esencia misma de él, tienen vida y propósito del mismo modo que lo hizo contigo y conmigo. "Con amor eterno te he amado y por eso te sigo mostrando mi fiel amor" (Jeremías 31:3).
Por último, citaré una carta en honor a todos los gladiadores que tienen hijos con TEA:
Somos padres (Rodolfo y Carina) de una niña (Brenda Paz) con autismo y nos hemos convertido en militantes de esta causa. Fuimos padres primerizos de una bebé buscada y esperada. Todo el desarrollo de nuestra hija parecía ir bien hasta que a los 2 años comenzamos a notar muchos cambios y actitudes distintas a otros. A los 3 años un diagnóstico nos golpeó muy duro: "Su hija tiene autismo", ahí empezó este camino incierto en el que conocimos las crisis en nuestra hija. También quiénes eran familia y quiénes no.
Era difícil ir a cumpleaños y otras fiestas, evitamos lugares donde había mucha gente por la manera como nos miraban por los comportamientos. No eran comportamientos de niña maleducada sino eran crisis las cuales ella no las puede controlar y que las ocasiona el estar expuesta a muchos estímulos. También entendemos que no fue algo drástico sino una bendición. Es una manera diferente de amar a nuestra hija con su condición y que eso no la hace menos ni más que otros niños. Es como si te dijeran que tu hijo es un superhéroe que tiene muchos poderes, pero los más fuertes son el amor que ellos dan a los demás y la inocencia tan pura y verdadera.
Dios bendiga y fortalezca a todos los padres de niños con TEA.
La Fundación Luz de Vida agradece a la licenciada Ivana Rosas por este tan valioso artículo. La fundación trabaja fuertemente en "educar, prevenir y restaurar" a través de escuela para padres, talleres, consejería, contención familiar y grupos terapéuticos llamados "Grupos de luz". íContáctenos! Alvear 731, primer piso, oficina N°2. Comuníquese al 388-4479595, o ingrese a nuestra página de Facebook: Fundación Luz de Vida. íEstamos para ayudarles!