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Manuelita Saenz, ¿para qué nos sirven las biografías?

Se presentó la obra de Cecilia Hopkins, dejando un fuerte mensaje.
Lunes, 18 de marzo de 2024 01:00
POCOS OBJETOS Y LA LUZ AMARILLENTA DIERON EL MARCO AMBIENTAL (FOTOS: MARIU MONTERO)

 

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¿Para qué nos sirven las biografías? Fue la pregunta que planteaba el organizador del ciclo "pensar Mujeres" que concluyó este fin de semana en el Teatro El Pasillo. Sí, su actual encargado, Rodolfo Pacheco, planteaba esta tríada de unipersonales que trajo a Jujuy, sobre historias de mujeres reales, con este fin, de encontrar en otras historias, quizás las propias luchas y las actuales.

La última obra teatral, que llegó a nuestra ciudad en este marco, fue "La celebración de Manuela Saenz", protagonizada por Cecilia Hopkins, que desde Buenos Aires, trajo esta producción que ya visitó el año pasado nuestra feria del libro también. Está realizada sobre un libro de Luis Zúñiga.

Y es que revivir en su cuerpo y en su voz, la historia y las memorias de una mujer ecuatoriana esencial en la lucha independentista de nuestra América, propone a las mujeres de hoy por un lado, un apoyo espiritual entendiendo que esto no es de hoy, y que en circunstancias mucho más adversas hubieron mujeres que se animaron a enfrentarse a las estructuras y los sistemas, para dar batalla por una patria, por un lugar, y defendiendo sus puestos; y por otro lado, encontrar identificaciones, porque la sensibilidad y las trastabilladas amorosas de las mujeres parecen ser algunas de las características que nos unen históricamente y más allá de las fronteras.

CECILIA HOPKINS. TONADA, MANOS Y CUERPO DE MUJER AMANTE Y GUERRERA

Hopkins, con una tonada especialmente lograda, y haciendo alarde de sus herramientas del arte de la danza, propone un relato delicadamente acompañado de los movimientos de las manos, de sus gestos, de su cuerpo, que completa cada historia de la protagonista.

Ella revive momentos de su vida militar, como mujer amante, como combatiente capaz de manejar armas y caballos, y de conseguir reconocimientos de otros próceres, como es el caso de San Martín, etc.

Se repite en su vida, la de muchas otras mujeres históricas, la fuerza y la sensualidad, y la resistencia del entorno del hombre que eligieron para acompañar.

La luz tenue y amarillenta, lleva a la platea a esos años en que Manuela Saenz ya estaba sola, sin su amor y líder Simón Bolívar, y sin su asistente. Casi en el olvido, como cierran casi todas las trayectorias esenciales, ella se enorgullece de cada paso, y recuerda sus rebeldías desde niña. Se ríe y reflexiona sobre ciertos aspectos que la marcaron. Está en Paita, ciudad peruana donde falleció.

Muestra con su camino la convicción con la que nació y da cuenta de una claridad en el 1800, que hoy todavía la humanidad está buscando.

Muestra a la mujer capaz de emprender acciones fuertes, arriesgadas, fundamentales, en la vida cotidiana y en la historia.

Cecilia Hopkins logra presentar una mujer fuerte y de gran valentía, con un perfil delicado, suave, bello, a la que el sufrimiento le marca logros y más desafíos.

En su soledad última, está feliz y orgullosa de haber amado, defendido, y enfrentado a los hombres y a la historia y sus tradiciones.

Manuela habla y cuestiona los juegos de los niños invocando reverencias al rey; cuestiona a su padre (también llamado Simón -como su amor-) por su mirada inquisidora, cuestiona a la iglesia hasta con cierto desprecio, y se jacta con razón de haber sido "la libertadora del libertador".

"Nací marcada con la libertad", dice, y con eso explica su camino.

Se lamenta ¿o no? no haber parido hijos. Se pregunta dónde estarían sus hijos, de haber sido madre ¿serían soldados de la emancipación?...

Se emociona recordando, y la actriz con muy pocos objetos en la escena (mantas, almohadones, cortina y una que otra vasija de barro), puede detener la mirada del público en sus manos, o en lo que está haciendo con masas de panes, sin que la atención se vaya de su discurso.

Emocionante e inspiradora, la historia contada por esta producción en especial, sí nos lleva a pensar para qué nos sirven las biografías, y aplicarlas a la propia lucha.

Tres puestas

Durante este mes de la mujer, El Pasillo presentó también "En-Sayo" sobre La Sayo, con elenco de Salta; y "Yo, Encarnación Ezcurra", con elenco tucumano. Junto con "La celebración de Manuela Saenz" conformaron las tres obras del ciclo "Pensar Mujeres".