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Reunión positiva y posteos de medianoche

Lunes, 11 de marzo de 2024 01:04

No los unió el amor, sino el espanto: algunos, digamos el grupo 1, porque vieron muy de cerca del borde del abismo; otros, el grupo 2, porque se les apareció el fantasma tan temido que quieren dejar atrás definitivamente, y al que hasta sueñan con sepultar. Y otros, sería el grupo 3 porque ante la posibilidad de volver, saben que están tan desvencijados como estructura política que volverían a caer en la maraña de errores que los despojó del poder y en un inminente suicidio. Desde el Gobierno Nacional, con el Presidente Javier Milei a la cabeza, a pesar de su irascibilidad constante, rebajaron su proyecto de Ley Ómnibus a "ley base", versión más modesta y razonable que ofrecieron para poder retomar el diálogo quebrado. Considerando el recorte de la propuesta original, se puede afirmar que hubo una toma de conciencia de la Casa Rosada, de hasta dónde se puede tirar de la soga antes que se corte.

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No los unió el amor, sino el espanto: algunos, digamos el grupo 1, porque vieron muy de cerca del borde del abismo; otros, el grupo 2, porque se les apareció el fantasma tan temido que quieren dejar atrás definitivamente, y al que hasta sueñan con sepultar. Y otros, sería el grupo 3 porque ante la posibilidad de volver, saben que están tan desvencijados como estructura política que volverían a caer en la maraña de errores que los despojó del poder y en un inminente suicidio. Desde el Gobierno Nacional, con el Presidente Javier Milei a la cabeza, a pesar de su irascibilidad constante, rebajaron su proyecto de Ley Ómnibus a "ley base", versión más modesta y razonable que ofrecieron para poder retomar el diálogo quebrado. Considerando el recorte de la propuesta original, se puede afirmar que hubo una toma de conciencia de la Casa Rosada, de hasta dónde se puede tirar de la soga antes que se corte.

Los gobernadores, colectivo heterogéneo si los hay, encontraron en el castigo del Presidente y en sus intereses económicos los dos motivos suficientes para unirse, y cuando vieron la puerta entreabierta y se metieron sin dudarlo al coqueto salón de la Casa de Gobierno, donde los esperaban el esquivo jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el componedor ministro de Interior Guillermo Francos, y otros influyentes de palacio. Casi la totalidad del variopinto panel de jefes territoriales que fatigaron durante cuatro horas los cómodos sillones de Balcarce 50, salió conforme con el regreso de diálogo y la buena onda recuperada. En el grupo 1, todo PRO, campeó la satisfacción de Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, y de Jorge Macri de la Caba; la súbita serenidad del chubutense Nacho Torres; en el grupo 2 alinearon los radicales Carlos Sadir, Leandro Zdero del Chaco, algunos vices por ausencias forzadas de sus gobernadores y el justificado faltazo del santafesino Maxi Pullaro, (quien libra una feroz batalla con los narcocriminales de su provincia). En la oposición moderada se destacaron la esperanza de Martín Llaryora peronista cordobés; el deseo de un buen trayecto del tucumano Osvaldo Jaldo, y del salteño Gustavo Sáenz; y en la dura el bonaerense Axel Kicillof, el santiagueño Gerardo Zamora y el pampeano Sergio Ziliotto, que tras amenazas de no concurrir finalmente asistieron. Un cuatro grupo de mandatarios "líberos" también se sumó, entre dudas y expectativas. Volveremos sobre el grupo 3.

Guillermo Francos resumió el encuentro calificándolo de "muy bueno" reconociendo que no hubo acuerdo en el impuesto a las ganancias, (más de US$ 6.000 millones que las Provincias se repartirían), pero que se avanzó en otros temas. Carlos Sadir coincidió en líneas generales. Al jujeño le pareció "muy positivo" que se haya reabierto el diálogo, que hayan comenzado a aparecer coincidencias en varios temas y que en los no, que continúe la posibilidad de seguir dialogando a través de comisiones especiales o de nuevos encuentros. Hay algo que destacar entre las declaraciones de Sadir, que ningún otro mandatario expresó: el jujeño puso de relieve que si bien todos tienen los ojos puestos en el objetivo del Pacto de Mayo, "desde aquí a Mayo, hay mucho tiempo por delante y la decisiones se deben acelerar todo lo que se pueda, porque la situación del país, de las Provincias, y especialmente de la gente, es cada día más crítica".

El PJ, cuando más necesitaría navegar en aguas serenas el escándalo crece día a día; cuando más necesita una conducción firme, típica de su ADN, aparece atomizado e incapaz de dar respuestas. Alberto Fernández volvió al país, sabiendo que enfrentaría su destitución como Presidente del PJ, orquestada por Cristina Elisabet Fernández, Axel Kicillof, Cristina Álvarez Rodríguez, Juan Manzur, Gildo Insfrán, José Luis Gioja y hasta su exministro y (¿examigo?) Santiago Cafiero. AAF sabía que lo acusaron de desmotivar e inmovilizar al Partido y hundirlo en el desorden. Lo que no sabía es que súbitamente aparecieron gravísimas denuncias de manejos supuestamente turbios en su gobierno, lo que terminó por opacar su autopercepción de "Presidente Súperhonesto". Curiosamente, la caída la usó el mileísmo y los ex JxC, pero más se celebró en el camporismo y en el Instituto Patria, y en la furiosa intimidad de la señora Cristina. Pero el PJ sigue entrampado en sus internas. Y no puede resolver si se convertirá en una oposición madura y sólida que prepare su "rentrée" o seguirá limitado al ímpetu golpista de muchos de sus referentes. El peronismo de Jujuy, huérfano de conducción, mira con ansiedad esos avances y retrocesos, y espera.

El Mileísmo, sigue enfrentándose a su propia falta de expertise en el poder. El aumento del 30% otorgado al personal del Congreso, rebotó automáticamente en senadores y diputados, causando la ira del Presidente que sin saber que es un método habitual y normal, cargó contra Victoria Villarruel y Martín Menem exigiendo retrotraer la decisión. Algo muy difícil o imposible. Horas después, el Presidente volvió a estallar al enterarse que él mismo había firmado un aumento del 48% para sí mismo, sus funcionarios. En este caso, anularlo fue fácil de cumplir. Error que fue un horror, especialmente porque CEFK, no lo dejó pasar: "Más casta y menos original no se consigue" tuiteó la expresidenta. Milei la culpó a ella diciendo que fue un aumento "automático" creado por ella en 2010. "Lo hacía más valiente Presidente", posteó CEFK. "Resulta que se descubre que usted y sus funcionarios se aumentaron el sueldo un 48% ¿y no se le ocurre mejor excusa que echarme la culpa a mí, por un decreto que firmé hace 14 años?". "Admita que firmó, cobró y lo pescaron". Y Milei fue más lejos "¿Qué le parece si le anulo los $14.000.000 que cobra usted de jubilación de privilegio y le asigno una jubilación mínima?". Todos posteos pasada la medianoche del sábado al domingo. Un culebrón que los argentinos miran sin creer que sea cierto...