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20 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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"La memoria es un terreno en disputa, un campo de conflicto"

Domingo, 22 de noviembre de 2015 00:30
El coordinador de Derechos Humanos del Instituto Nacional de Formación Docente del Ministerio de Educación de la Nación, Gabriel Appella, estuvo en Salta semanas atrás acompañando a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en el marco de las actividades que desde la Municipalidad organizaron en el IES 6.053.
Para la ocasión desarrollaron una jornada de reflexión por la identidad, memoria y los derechos humanos denominada "Abuelas de Plaza de Mayo", en la que Appella aprovechó para visitar las comisiones de trabajo donde reflexionaron sobre temas como género y derechos humanos; memoria; política y participación con perspectiva de derechos humanos; educación; construcción de subjetividades; identidades, y diversidad cultural, entre otras tantas temáticas. En los intersticios de los talleres dialogó con El Tribuno y le explicó sobre las complejidades de trabajar con la pedagogía en temas que tienen como especificidad la memoria, la verdad y la justicia.
¿Cómo se trabaja en las escuelas con los contenidos específicos de los derechos humanos?
Nosotros venimos trabajando en políticas públicas que apuntan a trabajar sobre la enseñanza de la memoria, del pasado reciente y sobre esa enseñanza desde un marco teórico y pedagógico. Podemos hablar de pedagogía en sus diferentes formas, pero hay algo que la diferencia, sobre todo en contenidos de la memoria, y es que vos tenés algunos problemas. Por un lado porque trabajás con un pasado que no pasó, en eso se diferencia con la de la historia. Si bien hay diferentes corrientes historiográficas, acá vos trabajás con un pasado que sigue vivo y que los que vivieron lo narran de manera subjetiva, con diferentes marcos de interpretación. Otra cosa es que no solamente es la escuela la que transmite la memoria, las familias, el club, la televisión, las redes sociales. Hay un montón de actores que intervienen en la transmisión de ese pasado reciente. Entonces la enseñanza se plantea como un desafío. El otro problema es con las generaciones. Ahora vos tenés chicos que nacieron en plena democracia que les está quedando lejos lo que pasó en la dictadura militar.
¿Se trabaja en un sentido amplio?
Uno puede hablar de la memoria, de lo que pasó con los pueblos originarios. No solamente la memoria está vinculada con el terrorismo de Estado de la dictadura militar. Ahí tenés el problemas de las generaciones en cómo van transmitiendo esa memoria a las generaciones nuevas. Porque debemos decir que la memoria es un terreno en disputa, un campo en conflicto, de representaciones sociales. Yo tengo mi teoría de lo que pasó en los años 70, otros tienen otra manera y están en continúa disputa.
Y también hay gente que quiere clausurar la memoria...
Sí, hay muchos que la quieren clausurar y dicen que lo que pasó fue una guerra. Otros hablan de los desaparecidos, pero no pueden hablar de la identidad política. Porque en los años 80 el sentido común decía que había desaparecido por algo; el famoso "por algo será".
¿Cómo se forma a los docentes que trabajarán con la memoria?

En formación docente a los temas hay que prestarle más atención. Enseñar el horror no es una tarea fácil porque se puede transmitir miedo. Por ejemplo, cuando se enseña qué pasó en La Noche de los Lápices, en los años 80 y 90 se utilizaba la película porque se denunciaba. Ahora hay que ponerla en contexto, hay que explicar aristas de esa película, porque si no se puede llegar a en un lugar difícil porque puede quedar como que los chicos desaparecieron por pedir un boleto estudiantil y eso no es así. Ellos desaparecieron en el marco del terrorismo de Estado. Entonces hay que revisar bien qué utilizar, qué libros, porque hay mucha basura dando vuelta por internet. A veces se piensa que san Google lo resuelve todo y eso no es así; por ejemplo los testimonios en los juicios tienen un valor para la historia y para la memoria.
¿Pero siempre hay dos versiones?
Ahí también tenés un problema que surge con el de un hijo de un padre que murió en el copamiento de un cuartel o enfrentamiento en un lugar determinado. Ese testimonio de un pibe que perdió a su padre puesto con otro hijo de desaparecido pierde sentido. Ambos testimonios conmueven, la muerte conmueve. Entonces a todos los testimonios hay que ponerlos en situación.
Hay una disyuntiva en la tendencia educativa utilitarista. La pedagogía de la memoria no se puede medir...
Hay un organismo internacional que nos pide informes. En formación docente nos preguntan si tenemos la política de capturar a los mejores porque haciendo eso, los que tuvieron buenas notas y buenas trayectoria escolar, el Estado debería llamarlos e incentivarlos a los institutos de formación docente. Eso te habla de una educación para pocos y elitista. Este es el modelo de país que te quieren vender donde muchos quedan afuera. Nosotros tenemos la idea de que triunfen todos, porque todos tenemos derechos a recibirnos, de poder aprender lo máximo posible. Muchos creen que si venís de un barrio pobre, si no tenés biblioteca en casa, si no leíste, entonces tenés menos posibilidad de crecer intelectualmente y ahí es donde dicen que los barrios populares son menos inteligentes que los sectores de clase media alta. Ese es un enfoque en el que ponen acento en una calidad, pero solo para unos pocos.
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El coordinador de Derechos Humanos del Instituto Nacional de Formación Docente del Ministerio de Educación de la Nación, Gabriel Appella, estuvo en Salta semanas atrás acompañando a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en el marco de las actividades que desde la Municipalidad organizaron en el IES 6.053.
Para la ocasión desarrollaron una jornada de reflexión por la identidad, memoria y los derechos humanos denominada "Abuelas de Plaza de Mayo", en la que Appella aprovechó para visitar las comisiones de trabajo donde reflexionaron sobre temas como género y derechos humanos; memoria; política y participación con perspectiva de derechos humanos; educación; construcción de subjetividades; identidades, y diversidad cultural, entre otras tantas temáticas. En los intersticios de los talleres dialogó con El Tribuno y le explicó sobre las complejidades de trabajar con la pedagogía en temas que tienen como especificidad la memoria, la verdad y la justicia.
¿Cómo se trabaja en las escuelas con los contenidos específicos de los derechos humanos?
Nosotros venimos trabajando en políticas públicas que apuntan a trabajar sobre la enseñanza de la memoria, del pasado reciente y sobre esa enseñanza desde un marco teórico y pedagógico. Podemos hablar de pedagogía en sus diferentes formas, pero hay algo que la diferencia, sobre todo en contenidos de la memoria, y es que vos tenés algunos problemas. Por un lado porque trabajás con un pasado que no pasó, en eso se diferencia con la de la historia. Si bien hay diferentes corrientes historiográficas, acá vos trabajás con un pasado que sigue vivo y que los que vivieron lo narran de manera subjetiva, con diferentes marcos de interpretación. Otra cosa es que no solamente es la escuela la que transmite la memoria, las familias, el club, la televisión, las redes sociales. Hay un montón de actores que intervienen en la transmisión de ese pasado reciente. Entonces la enseñanza se plantea como un desafío. El otro problema es con las generaciones. Ahora vos tenés chicos que nacieron en plena democracia que les está quedando lejos lo que pasó en la dictadura militar.
¿Se trabaja en un sentido amplio?
Uno puede hablar de la memoria, de lo que pasó con los pueblos originarios. No solamente la memoria está vinculada con el terrorismo de Estado de la dictadura militar. Ahí tenés el problemas de las generaciones en cómo van transmitiendo esa memoria a las generaciones nuevas. Porque debemos decir que la memoria es un terreno en disputa, un campo en conflicto, de representaciones sociales. Yo tengo mi teoría de lo que pasó en los años 70, otros tienen otra manera y están en continúa disputa.
Y también hay gente que quiere clausurar la memoria...
Sí, hay muchos que la quieren clausurar y dicen que lo que pasó fue una guerra. Otros hablan de los desaparecidos, pero no pueden hablar de la identidad política. Porque en los años 80 el sentido común decía que había desaparecido por algo; el famoso "por algo será".
¿Cómo se forma a los docentes que trabajarán con la memoria?

En formación docente a los temas hay que prestarle más atención. Enseñar el horror no es una tarea fácil porque se puede transmitir miedo. Por ejemplo, cuando se enseña qué pasó en La Noche de los Lápices, en los años 80 y 90 se utilizaba la película porque se denunciaba. Ahora hay que ponerla en contexto, hay que explicar aristas de esa película, porque si no se puede llegar a en un lugar difícil porque puede quedar como que los chicos desaparecieron por pedir un boleto estudiantil y eso no es así. Ellos desaparecieron en el marco del terrorismo de Estado. Entonces hay que revisar bien qué utilizar, qué libros, porque hay mucha basura dando vuelta por internet. A veces se piensa que san Google lo resuelve todo y eso no es así; por ejemplo los testimonios en los juicios tienen un valor para la historia y para la memoria.
¿Pero siempre hay dos versiones?
Ahí también tenés un problema que surge con el de un hijo de un padre que murió en el copamiento de un cuartel o enfrentamiento en un lugar determinado. Ese testimonio de un pibe que perdió a su padre puesto con otro hijo de desaparecido pierde sentido. Ambos testimonios conmueven, la muerte conmueve. Entonces a todos los testimonios hay que ponerlos en situación.
Hay una disyuntiva en la tendencia educativa utilitarista. La pedagogía de la memoria no se puede medir...
Hay un organismo internacional que nos pide informes. En formación docente nos preguntan si tenemos la política de capturar a los mejores porque haciendo eso, los que tuvieron buenas notas y buenas trayectoria escolar, el Estado debería llamarlos e incentivarlos a los institutos de formación docente. Eso te habla de una educación para pocos y elitista. Este es el modelo de país que te quieren vender donde muchos quedan afuera. Nosotros tenemos la idea de que triunfen todos, porque todos tenemos derechos a recibirnos, de poder aprender lo máximo posible. Muchos creen que si venís de un barrio pobre, si no tenés biblioteca en casa, si no leíste, entonces tenés menos posibilidad de crecer intelectualmente y ahí es donde dicen que los barrios populares son menos inteligentes que los sectores de clase media alta. Ese es un enfoque en el que ponen acento en una calidad, pero solo para unos pocos.
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