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20 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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VIDEOS. Víctor Claros: “Vamos a continuar con los planes de mejora para los cargos docentes”

El próximo 20 de abril, Victor Hugo Claros buscará ser reelecto como rector de la Universidad Nacional de Salta (UNSA). En una entrevista con El Tribuno repasó los principales logros de su gestión y anticipó algunas de las metas que, junto a su equipo de trabajo, se trazaron para el caso de acceder a un nuevo mandato al frente de la casa de altos estudios.
Domingo, 17 de abril de 2022 10:45

¿Qué balance puede hacer de su gestión, que estuvo marcada por la pandemia?
Nosotros en el período ‘19 al ‘22 tuvimos una cuestión que ha evolucionado desfavorablemente en el ánimo de mucha gente, que es la pandemia. Llegamos en mayo del ‘19 y ni nos imaginábamos, ni el mundo se imaginaba esto, y estábamos preparados para hacer tres períodos de presencialidad. Pero en el 2020 y 2021 nos tuvimos que acomodar, sobre todo, sabiendo que la universidad tiene que acatar el DNU de Nación, resoluciones del Ministerio de Educación de la Nación y del COE de la provincia de Salta. En el caso de los docentes, nosotros tuvimos la oportunidad de trabajar tanto en la virtualidad como cuando estábamos en la presencialidad en el 2019 y en este período actual.

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¿Qué balance puede hacer de su gestión, que estuvo marcada por la pandemia?
Nosotros en el período ‘19 al ‘22 tuvimos una cuestión que ha evolucionado desfavorablemente en el ánimo de mucha gente, que es la pandemia. Llegamos en mayo del ‘19 y ni nos imaginábamos, ni el mundo se imaginaba esto, y estábamos preparados para hacer tres períodos de presencialidad. Pero en el 2020 y 2021 nos tuvimos que acomodar, sobre todo, sabiendo que la universidad tiene que acatar el DNU de Nación, resoluciones del Ministerio de Educación de la Nación y del COE de la provincia de Salta. En el caso de los docentes, nosotros tuvimos la oportunidad de trabajar tanto en la virtualidad como cuando estábamos en la presencialidad en el 2019 y en este período actual.

¿Qué logros puede destacar de su gestión?
Durante este período hemos creado 530 cargos docentes, es una cifra muy alta para lo que es una universidad como la nuestra, a través de los planes de mejoras y de nuevas carreras. Los planes de mejora son cuando la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación (CONEAU) va a acreditar una carrera, y dice que el cuerpo docente no es suficiente o no tiene la dedicación, que puede ser simple (10 horas semanales), semi (20 horas) y completa (40 horas). Por otra parte, aunque no esté la CONEAU, hemos visto que hay muchas carreras que tienen un exceso de simple y no es lo deseable, el mismo estatuto lo dice.
Por ejemplo para las nuevas carreras, como Medicina, tuvimos que poner 130 docentes. También en el año 2021, en medio de la pandemia, hemos habilitado en San Antonio de los Cobres, la Tecnicatura de Electromecánica; y también en Joaquín V. González, donde no había presencia de la universidad, hemos llevado Sistema Productivo Ganadero, otra tecnicatura.
Entre esas dos hemos incorporado 66 nuevos cargos. En Cafayate las hicimos regular y permanentes a las tres tecnicaturas que se venían renovando año tras año, y ahí son 124 cargos. Entonces, todo esto, ha hecho que la Universidad haga un esfuerzo muy grande poniendo de sus recursos a través de las colocaciones que tenemos y de los recursos propios, porque no siempre la Nación nos da los fondos. En el caso de ingeniería que tenemos en Orán, hubo que poner 33 cargos más, aparte de los que tenía, de los cuales cinco financió Nación y 28 con recursos nuestros.
Nuestra intención y nuestra propuesta es que nosotros queremos seguir con los planes de mejora, hay muchos (cargos) que están todavía como simples y están dedicando más tiempo de las 10 horas semanales y cobran antigüedad. Además hay que recategorizarse y eso puede surgir de las gestiones que hicimos en Buenos Aires o que surja dentro de lo que el Consejo Superior apruebe. Con esto quiero decir que todo el movimiento de fondos no lo puede hacer ni el rector, ni el vicedirector ni el decano; sino el Consejo Superior. El rector, si bien es el administrador de la Universidad, es quien administra lo que aprueba el Consejo Superior, que tiene 24 miembros y es el ejemplo de la democracia, es un cogobierno donde están los decanos, las decanas y los profesores, los graduados, el personal no docente y seis alumnos, uno por cada facultad.
Nosotros pensamos seguir con esto, pero además hay un tema, la pandemia ha ocasionado que no hagan concursos en 2020 y 2021, todas las vacantes corresponden a las facultades pero no se podían hacer porque tenía que haber dos docentes en forma presencial y además se estaba trabajando mucho en la virtualidad, tomando exámenes en ese sistema. Se juntaron y hay 806 cargos docentes vacantes que le corresponden a las facultades. Además, en el personal no docente, hay 145 más 50 cargos que se han creado este año y que es histórico, porque hacía tiempo que no se creaban cargos no docentes. Veinte con fondos de la universidad y 30 gestionados en Buenos Aires. O sea, que vamos a tener unos 190 cargos por concursar. Esto implica, a precio de hoy, 1.400 millones de pesos que sí lo tenemos, porque la Nación va mandando los fondos por los cargos que hay, a veces en un mes 20 millones, otro 15, y esto ocurre desde hace tiempo y se viene con colocaciones desde el año 2010 porque la Contaduría General de la Nación y la SPU, que es la Secretaría de Políticas Universitarias, nos dicen que no tengamos fondos inactivos, recomienda hacer colocaciones, y en las colocaciones vemos cuál es el mejor banco y la rentabilidad. Porque en las colocaciones que hacemos tenemos unos 1400 a 1500 millones de pesos aproximadamente, que a precio de hoy corresponden a gastos en personal.
Este año la paritaria es el 41 por ciento, quiere decir que si llegamos a concursar este año y para todo el año con esta paritaria, serían 1900 millones.

¿Qué puede decir de las críticas de sus adversarios respecto del manejo de recursos?
He escuchado a mi ocasional oponente que nosotros tenemos parados 2.400 millones de pesos y en esto quiero ser muy preciso para que entienda la comunidad universitaria y la población: si bien nosotros tenemos entre 1400 y 1500 millones de pesos en plazo fijo, que nos va generando intereses que nos ayudan para el presupuesto, pareciera que en ese monto que ellos dicen ya sumaron al plazo fijo, los gastos de funcionamiento, lo que tienen las sedes, lo que tienen las facultades; si uno suma todo, capaz da esa cifra, pero están sumando lo que tienen las propias facultades y además el Rectorado le da el dinero para los gastos de funcionamiento que recibe de Buenos Aires y los distribuye; lo mismo que paga los sueldos, los contratos de las facultades y sedes, la celaduría, todo sale del Rectorado; lo mismo que gastos de becas de formación para alumnos, las becas, que son 190 millones, casi el 25% del presupuesto de funcionamiento, todo sale del Rectorado. Y hay otra cosa, los sueldos son aproximadamente 400 millones de pesos mensuales, el dinero, los fondos de Buenos Aires vienen entre el 8 y el 10, y todos cobran los últimos días del mes o el primero del siguiente porque tenemos nosotros los fondos en el banco, que inmediatamente acredita y después nosotros recuperamos cuando manda Nación. Entonces, cuando salen a decir que faltó plata en el 2021 y ahora dicen que sobran 2400 millones, no se entiende. Entonces, cuando critican al presupuesto del 2021, hay que decir que el presupuesto lo proyecta el Rectorado, va a la Comisión de Hacienda, donde están todos los decanos, incluidos quienes cuestionan ahora el presupuesto y lo firmaron.

¿Y en su momento hicieron alguna observación?
Ninguna. Y después va al Consejo Superior, donde también están los que cuestionan estos recursos. ¿Y sabe dónde estaba yo? Internado, con una perforación de esófago y un 2% de posibilidad de vida, en coma. Entonces, lo que hacen ahora habla mal de sus pares decanos, que estaban en Hacienda, hablan mal del Superior y lo que hacen es manchar a la universidad. Y ahora dicen que entregarán y repartirán toda la plata, pero esa plata no es de ningún rector, ningún rector la puede repartir. El rector puede hacer las programaciones y analizar los pedidos que vienen de una facultad o de otra y, sin embargo, él (su oponente) que no paga sueldos ni tiene gastos de mantenimiento, él tiene 15 millones en plazo fijo parados y nosotros le tuvimos que pagar los arreglos del baño, que eran dos millones de pesos; le vamos a tener que pagar los techos que hay que hacer. Sale a manchar a la universidad, al Consejo Superior, donde ni siquiera tengo voto, salvo que haya un empate. Y él antes nunca dijo algo.
Me molesta porque la plata que hay ahora está reservada para que se concursen los cargos docentes y no docentes, pero además nos va haciendo ganar intereses. Nosotros ganamos unos 400 millones de pesos en intereses por año, y a veces un poco más.
Cuando yo estaba internado, y el presupuesto 2021 fue aprobado en mayo, la universidad tuvo que poner 454 millones de pesos para cerrar el presupuesto. Vinieron 3400 millones de la Nación y acá pusieron 454 millones. ¿De dónde salieron? De los intereses. A fin de año les pagamos 20.000 pesos de bono extraordinario a todo el personal, que son 4.000 personas. Y 13.000 pesos a los contratados. Todo ese dinero salió de los recursos propios.
Ahora estamos equipando la nueva biblioteca con estanterías móviles que demandan una inversión de 58 millones que no manda Nación: los sacamos de los intereses. Se hicieron los dos laboratorios de anatomía de Medicina completos, que nos salieron entre 14 y 15 millones, dos aulas que terminamos en Tartagal que nos salieron unos 50 millones de pesos con sanitarios, esos recursos salieron de nuestros intereses. Hay un montón de obras como albergues, sanitarios, laboratorios, etc.

¿Cómo trabajarán con los docentes?
Vamos a continuar con los planes de mejoras con los recursos que vamos generando y a medida que vayan concursando, porque además, para tener dinero hay que hacer gestiones en Buenos Aires, no te mandan por simpatía. Hay que golpear puertas y gestionar mediante legisladores, etcétera.
Además, vamos a seguir con la bimodalidad. Nosotros ya hemos puesto 18 millones de pesos para empezar a equipar los principales anfiteatros y vamos a poner 70 más en el presupuesto porque nos dimos cuenta de que muchos jóvenes, por enfermedad o por distancia se incrementaron en la matrícula cuando estuvo como opción la virtualidad. Dentro de la virtualidad hemos visto que se incorporan jóvenes que a lo mejor trabajaban y que en su mismo lugar seguían las clases. Veníamos con 18 o 19 mil preinscritos.

¿Y ahora cuántos tuvieron?
Más de 30.000 porque también mantuvimos la bimodalidad.

¿Y la educación a distancia?
Nosotros además ya tenemos aprobada por la CONEAU la educación a distancia. Ya estamos en condiciones de pedirle a las facultades y a las sedes que dentro de las mismas carreras o las que quieran crear, pueden hacerlas a distancia, lo que significa que más del 50% de la carrera la hacemos a distancia, le tocará al rector ir a ver qué otros cargos docentes tenemos.

¿Cómo es la relación con los estudiantes?
Es un tema muy especial. Nosotros estamos en una región donde hay muchos vulnerables. A mí me tocó llevar las distintas sedes que hoy tenemos en el interior.

¿Cómo están trabajando en las sedes?
Cuando yo llegué en el 2010, solo existían las sedes de Orán y Tartagal. Hacía 37 años que habían prometido que iban a ir al sur de la provincia y nunca se pudo plasmar. En Orán había tres carreras y llevamos seis más, hoy tiene nueve. Y nos tocó llevar a Tartagal, Contador y Enfermería. En el 2010 empiezo a gestionar para que nos otorguen fondos para ver adónde íbamos a poner otras carreras. Me tocó poner la sede Metán-Rosario de la Frontera con cinco carreras. Después llegamos a Cafayate, San Antonio de los Cobres y Joaquín V. González y la carrera de Enfermería en Santa Victoria, que ya están trabajando.

¿Cómo fue la vinculación con esos estudiantes durante la pandemia?
Durante la pandemia nos enteramos que había muchos alumnos nuestros que venían del interior y que intentaban volver a sus casas porque no había clases y no podían porque no se podía circular por la ruta, y a esos chicos los empezamos a visitar llevándolos bolsones de alimentos semanalmente junto a la Secretaría de Bienestar. Cuando el Gobierno nos autorizó, los llevamos a 31 destinos de la provincia e incluso de la vecina Jujuy. Al no haber comedor, nosotros teníamos 4200 jóvenes inscriptos para ir al comedor, unos 1200 en Sede Central y luego se sumaron en el interior. Decidimos crear la beca alimentaria al margen de las becas de estudios. Después vimos que había jóvenes que no tenían para pagar internet para conectarse virtualmente. Entonces dimos becas de conectividad. Para este año tenemos la beca de estudio ($4000), se habilitó el comedor, la conectividad (1000) y la de formación (más de 10.000). Pero surgió que muchos chicos necesitaban más la beca alimentaria que el comedor, por lo que la otorgamos en 3.200 pesos, que ahora debe ajustarse por inflación. Todo esto implica un presupuesto de 190 millones de pesos, una cifra muy grande que se cubre en parte con los intereses de nuestras colocaciones porque si los chicos no comen, no estudian.

¿Y respecto del personal no docente?
Para el personal no docente yo no tengo más que palabras de agradecimiento. Desde el 16 de marzo de 2020 todos hicieron un gran esfuerzo para que los sueldos se hicieran, la tesorería trabajó, algunos desde la casa, pero todos trabajamos. Ahora vamos a adelantar los concursos y las becas o ayudas económicas de formación para cada sede, para cada facultad, para que los empleados de cada sector tengan para seguir formándose.

¿Cómo se llevaron con la virtualidad?
Este año se concursarán 50 cargos nuevos no docentes: 20 puestos por la universidad y 30 que conseguimos de Nación. Y un tema muy importante también es que las colaciones de grado, por estatuto, eran presenciales, el juramento tenía que ser presencial e inequívoco; entonces empezamos a trabajar y le pedí a los abogados que me busquen una manera porque no sabíamos cuánto duraba la pandemia. De esa manera hicimos 34 colaciones virtuales. Dieron juramento desde Dinamarca, Italia, España, Alemania, Perú, Bolivia porque muchos estaban trabajando, otros varados y la gran mayoría estaban acá. Y luego volvimos a la presencialidad con 26 más.
Es decir que en este período hicimos 60 colaciones de grado, logramos entregar 1831 títulos y, además, gracias a la virtualidad más de 400 se han recibido.
Los docentes estuvieron a la altura de las circunstancias. No hemos frenado tampoco nuestra relación con la comunidad donde hemos firmado más de 310 convenios, pasantías, la parte productiva, mineras, el Gobierno y tenemos 242 programas científicos y de investigación por alimentos, contaminación aérea, etcétera.

¿Pudieron mantener sus programas de investigación?
Sí, se siguieron sumando investigadores de dos dependencias: Conicet y Unsa, en este momento tenemos 754 investigadores. Hace poco vino la presidente del Conicet y nos reunimos y celebramos que tenemos 12 jóvenes investigadores nuevos.
También hemos seguido pagando nosotros, a través del Rectorado, lo que era el Taller de Física del profesor Daniel Córdoba, después de su irreparable pérdida. Pero quedó a cargo su principal discípulo que era Maxi Valdiviezo y también junto a su equipo logró poner ocho alumnos en el Balseiro y hay cinco que tienen que ir ahora a una entrevista en Buenos Aires para definir si van a entrar. No se detuvo la Universidad.

¿Con el fin de la pandemia volverán los viajes y congresos?
Eso sale de un fondo que tiene el Rectorado, de un canon. De un canon hemos pagado viajes. El último, a los chicos del IEM, fue de 400 mil pesos para que puedan viajar tanto los chicos de Salta Capital como los de Tartagal. Los chicos también piden.

¿Sigue teniendo el proyecto para darles obra social a los alumnos que no la tienen?
Nosotros queríamos lograr una obra social para nuestros alumnos a través de una empresa privada. Cuando nos fuimos en 2016 nuestros sucesores dieron de baja las tratativas porque les parecía caro pagar 30 pesos por alumno. Ahora mi contrincante dice que les va a dar la obra social de la Unsa a los alumnos. Pero la obra social de la Unsa tiene personería jurídica aparte, el Consejo Superior manda representante pero ellos tienen su propia comisión. Ni siquiera los contratados pueden estar en la obra social de la universidad, y las autoridades de la obra social salieron a aclarar que por ley eso no se puede hacer.
En cambio, nosotros con el hospital San Bernardo veníamos hablando para que nuestros jóvenes tengan una atención especial. Si bien es público, entonces vimos la forma, haciéndonos cargo de los insumos, y pedimos hacer un cálculo del gasto en insumos que demandará la atención de nuestros alumnos y mensualmente pagarle eso y que tengan un carnet. Nos contestaron que les podrían dar un tratamiento especial para lo que se requiere una firma de convenio.

¿Cómo se lleva con los centros de estudiantes?
Siempre visitamos los centros de estudiantes que piden fotocopiadoras nuevas o arreglos para ayudar a sus compañeros. También vamos a mantener las becas, más allá de los comedores.

¿Y con los graduados?
Necesitamos que los graduados se acerquen más. Yo le quiero pedir al Superior, y Hacienda también lo tiene que aceptar, que los graduados, lo que les interesa son los posgrados, y a veces son caros. En Económicas les dábamos becas, yo ahora creo que a los graduados les tenemos que dar aunque sea media beca, porque no se pueden quedar solo con el título, se tienen que seguir capacitando para ser competitivos.
También hay que coordinar con los colegios profesionales para ver cómo interactuamos para la salidas laborales, es algo fundamental. Hay carreras con más demanda que otras.
 
¿Qué obras están ejecutando?
El edificio más alto que va a tener la universidad es el de electromecánica de la Facultad de Ingeniería, obra para la cual ya conseguimos 240 millones de pesos. Lo pedían hace 15 años y nosotros lo conseguimos y ya está por dar inicio la construcción. Otro edificio que gestioné es el de Matemática y Física de Ciencias Exactas, 275 millones de pesos. Claro que esto genera que las otras facultades también quieran hacer obras y las gestionamos con corporaciones de fomento.
Hay 57 universidades y todas demandan fondos. No es fácil conseguir obras. Este año va a haber que poner 730 millones para cerrar el presupuesto que tenemos.

Sobre la Facultad de Medicina, que era la gran ambición de Salta ¿Qué balance puede hacer?
La primera camada de médicos creo que podría salir este año, que son 16 y si bien tendrán el título de Tucumán, estudiaron en la Unsa. Hay otros 10 que van a demorar un poco más pero hay 26 que ya están próximos a terminar la carrera. Todos ellos empezaron a estudiar en 2015 cuando trajimos la extensión áulica de Tucumán y ahora Jujuy nos pide la extensión áulica para el 2023. Entonces, Tucumán, de alguna manera compartía algunos gastos con nosotros, pero acá eran interinos los profesores porque no tenían nada que ver con el título, pero estudiaban acá. Con el esfuerzo que hicimos de los 130 cargos, lo que se modifica es que antes entraban 60 por año, que era el cupo que nos ponía Tucumán. En 2012 ingresaron 137 pero tenían que aprobar la primera materia. Se anotaron 5.700 (este año), empezaron a cursar 3.700 y se presentaron a rendir unos dos mil y pico, ahí, nosotros no podíamos imponer nada porque no somos autoridad.
La cuestión es que para el primer parcial, de los 750 que podían rendir, se presentaron 583 y los 583 pasaron al segundo parcial que debe estar por rendir. Si ahora aprueban, siguen en la carrera.
Imagínese que si venían ingresando 60 por año, ya están pidiendo refuerzos de docentes.
Para nosotros es una experiencia muy fuerte como universidad porque las universidades que tienen Medicina ya se cuentan como grandes, y ahora nosotros estamos entre las grandes del país. También por la cantidad de alumnos.

Una carrera como Medicina ayudaría en Salta, donde el interior tiene mucha carencia de profesionales que quieran instalarse...
Si nosotros seguimos como autoridad queremos impulsar cupos para el interior. Faltan muchos médicos en el interior, entonces cuando uno paga becas en el extranjero, les hace firmar un acta compromiso para que vuelque su sapiencia dentro de la universidad. Nosotros estamos en condiciones de decir que hagan de base Orán, Tartagal, Metán y Rosario. Entonces, los jóvenes de los distintos municipios de Orán se preparan para que vengan a estudiar, pero con un acta compromiso que cuando se reciba, los seis primeros años como médico trabaja en su pueblo de origen. Creo que Salta puede tener una solución al déficit (sanitario) que tiene. Creemos que la universidad puede dar la solución a ese problema.

¿Cómo están llegando los chicos de la secundaria a la universidad?
En este tema hay que ser cuidadosos. El promedio nacional de una carrera de grado que debería ser de 4 o 5 años es de ocho años y medio. Hay problemas de ambientación cuando los alumnos llegan porque no hay un seguimiento del día a día. Van todos los días a clase y nadie te controla si estudiaste esa noche y después vas a otra clase y a las prácticas. Se demuestra si estudió cuando viene un parcial. Nosotros ya veníamos interactuando con el Ministerio de Educación porque nuestra universidad en pandemia capacitó a 4.000 docentes de quinto y sexto año de la técnica a pedido y convenio con Educación para que puedan terminar bien el secundario, en la bimodalidad.
Además están recomendando que se empiecen a hacer capacitaciones más permanentes del docente universitario al secundario. Pero eso depende del ánimo del Ministerio de Educación. Es un tema delicado porque nuestra principal deserción está en primer año, después también se da en tercero. Es algo común en toda la Argentina.
También, nosotros no vemos mucha diferencia entre los alumnos que llegan del privado y los del público.

En Salta se viene un boom de la minería y además la pandemia sacó a la luz las necesidad de nuevas carreras vinculadas a la tecnología. ¿Cómo están trabajando este tema?
Lo de la Puna era una necesidad y en el ’19 nos habían dicho que las mineras tenían muchos problemas para conseguir técnicos, y no así ingenieros. Entonces hicimos las gestiones y logramos las normativas y recursos para llevar esa carrera a la Puna. Ese es un tema que va a permitir tener una salida laboral porque en las mineras, con segundo año ya están en condiciones de contratarlos. Y además, están las prácticas profesionales supervisadas.
Por otra parte, hay un proyecto muy importante a partir de una iniciativa del ministro de Economía de la Provincia que se hizo un convenio para la formación de programadores. La Argentina necesita 100 mil programadores y Salta se sumó para aportarlos. Queríamos formar 1.000 programadores y nos llevamos la sorpresa de que se inscribieron más de 7.000 chicos. Ya se está cursando el segundo corte de 1000. De la primera ya terminaron más de 800.
Todo esto potencia las licenciaturas en Sistemas, Programadores, en Informática porque todo, hasta la parte comercial, demanda informática. Hoy los congresos se siguen haciendo bimodales.
La virtualidad llegó para quedarse y nos tenemos que adecuar. Todo es muy dinámico en esto. Cuando uno está activo y con ganas pasa esto que nunca se detiene el trabajo.

¿Quién es Víctor Claros? Muchos saben hoy que es el rector de la Universidad Nacional de Salta, pero no todos conocen sus orígenes humildes...
Efectivamente yo nací en un conventillo de la calle Tucumán al 300, donde vivían mis abuelos maternos. Ellos tenían once hijos, mi madre era la mayor o la segunda. Vivíamos ahí en piezas de adobe con cocina de lona, llegó un momento donde dormíamos 11 o 12 en una pieza. Dormíamos dos o tres en una cama de una plaza. Después mi mamá consiguió lugar en otro conventillo de calle Alvarado al 1700, ahí yo ya tenía 6 años, un tiempo después trabajé lustrando zapatos en la plaza Alvarado. Con mi abuela Vicenta vendíamos diarios en la esquina de Tucumán y Córdoba. Vendimos en jardinera, alguna vez también tuve que pedir comida. Mi mamá siempre me decía que estudie y yo a los 19 años debuté en primera y estuve en el Seleccionado de Básquet y de Vóley, hacía atletismo y todo eso me ayudó a conseguir mi primer trabajo y cuando tuve 20 pude sacar a la familia del conventillo y alquilamos en Castañares.
A los 22 me propuse recibirme para poder seguir jugando al fútbol y al básquet. Metí varias materias y me recibí a los 24. Pero hasta eso ya había entrado al Banco de Préstamos y después gané un concurso para entrar a la universidad. En el banco llegamos a la gerencia y hacia el 2001 intenté por primera vez ser decano y perdí, pero lo logré después en 2004. Yo digo que si tengo que dejar mi vida en la universidad lo voy a hacer, porque a mí la universidad pública me dio todo para poder cambiar todo lo que sufrí en la pobreza. Por eso me afecta mucho cuando hablan de cosas raras en la universidad porque involucran a toda una administración y yo no manejo ninguna computadora que sea tema de programas raros. Todos son trabajadores honestos, afecta mucho que por una campaña salgan a decir estas cosas pero que cada uno se haga cargo de lo que dice y que la comunidad decida qué es lo mejor para la universidad.


 

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