En Rosario de Lerma crece la ilusión de una juvenil jugadora. Se llama Candela Alancay Coria, tiene 14 años, nació con el síndrome de Goldehar, que le imposibilita hablar y escuchar, pero con el tiempo desarrolló el talento de jugar al básquet y ahora está a un paso de convertirse en integrante de la Selección.
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En Rosario de Lerma crece la ilusión de una juvenil jugadora. Se llama Candela Alancay Coria, tiene 14 años, nació con el síndrome de Goldehar, que le imposibilita hablar y escuchar, pero con el tiempo desarrolló el talento de jugar al básquet y ahora está a un paso de convertirse en integrante de la Selección.
La Confederación Argentina de Básquet Silencioso convocó a Candela a participar en la preselección que el combinado nacional realizará desde el próximo 26 de abril en Río Tercero, Córdoba. Los entrenamientos se llevarán a cabo hasta el 30 del mismo mes y será el último selectivo antes de la designación oficial del equipo.
La juvenil rosarina es en la actualidad una de las diez mejores jugadoras con hipoacusia del país y tiene por delante el objetivo de estar entre las ocho integrantes que tendrá el seleccionado de básquet para sordos. Pero dentro de esta historia de superación también hay una necesidad.
Al haber sido preseleccionado por la Confederación, Candela tiene los gastos de viaje y estadía cubiertos, pero necesita viajar a Río Tercero con un acompañante, porque se trata de la primera vez que realizará un viaje fuera de la provincia, ya que además de su discapacidad, es menor de edad.
Su mamá, Lorena Coria, busca la solidaridad de quienes deseen ayudarla económicamente para acompañar a su hija en este desafío importante de su vida. Debe reunir el dinero que le permita viajar en el mismo colectivo en el que estará su hija, de ida y vuelta, más los costos de hospedaje y alimentación. Quienes deseen ayudarla pueden comunicarse con ella al 387-5013018 o bien realizar una transferencia bancaria al siguiente alias: lorena.coria.5.
"Candela fue preseleccionada a partir de videos que le llegaron a la Confederación Argentina, recién se está armando el seleccionado femenino. Juega en el Club Deportivo Parque Evita de Rosario de Lerma y desde pequeña está entrenando", contó Lorena sobre su hija.
Candela tiene una perdida de más del 80 por ciento en su capacidad de hablar y oír. "Ella fue bien recibida por las chicas del Parque Evita, por sus profesores, que aprendieron lengua de señas para poder comunicarse", dijo su mamá.
La elección de jugar al básquet nació a partir de ver a la chicas jugando al básquet en la cancha que se encuentra en la zona de la estación. Candela debe viajar diariamente a Salta para completar sus estudios en el colegio 20 de Febrero y también asiste a la escuela Efeta, que se encuentra en la zona norte de nuestra ciudad, muy cerca de la UNSa, donde su madre cursa la carrera Análisis Químico.
"En algún momento dudé porque no sabía si era inclusivo, pero siempre tuve una buena respuesta del club, de sus compañeras. Es como ellos dicen 'más que un club, una familia'", agregó Lorena.
Candela tiene fecha de viaje para el 25 de abril, su mamá espera estar con ella en el mismo colectivo para poder asistirla en todo momento. Sus ilusiones crecen a medida que van pasando los días, no siempre se presentan oportunidades como la que hoy tiene.
Ponerse la camiseta de la Selección argentina es un sueño que persiguen todos los deportistas, Candela ha demostrado su talento, pero le resta superar una etapa más para hacer realidad ese objetivo. "Ella tiene sus sueños como los otros chicos, y somos nosotros los padres los que debemos apoyarla", señaló Lorena, que además dejó un mensaje para todas las madres de hijos con capacidades diferentes. "Crean en ellos, tienen sueños y necesitan la ayuda de los padres, de la familia", concluyó.