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Rubén Pérez sentenció que "Mi taleñita" es una zamba con "calle"

Esta obra la grabaron numerosos artistas del cancionero popular. Macaria Choque es la autora del proyecto que homenajea al autor.
Sabado, 13 de enero de 2024 01:22

Cuando era chango solía escuchar en "Tardecitas salteñas", Radio Nacional, la hermosa zamba "La Taleñita o Mi Taleñita". La vida quiso que conociera a su autor Rubén Jesús Pérez, nacido en El Tala, departamento La Candelaria, y que me hiciera su amigo.

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Cuando era chango solía escuchar en "Tardecitas salteñas", Radio Nacional, la hermosa zamba "La Taleñita o Mi Taleñita". La vida quiso que conociera a su autor Rubén Jesús Pérez, nacido en El Tala, departamento La Candelaria, y que me hiciera su amigo.

Esta zamba es infaltable en las guitarreadas y festivales; y si me toca sumarme a su canto, lo hago a toda voz, desentonado pero fuerte. A tal punto es tan popular la canción que un pasaje del barrio Limache lleva su nombre.

Al consultarle sobre el tema a Rubén, él agradece a su amiga Macaria Choque, autora del proyecto que homenajea al cancionero popular salteño, sus autores y compositores a través de la imposición de sus nombres, en un barrio de Salta Capital: barrio Limache.

Este proyecto estaba aprobado hace como veinte años en el Concejo Deliberante de la municipalidad capitalina y gracias a las intervención del abogado Santiago Albarracín Escribas, nieto del recordado periodista Luis Escribas, e hijo de Farah Escribas, se logró sacarlo a luz.

En la señalización de la calle está escrito el nombre Mi taleñita, ahora se debe completar poniendo también el nombre del autor. Luego vendrán las canciones Mi principito, de Daniel Toro y Néstor César Miguens; Zamba de Balderrama, Leguizamón y Castilla, entre otras creaciones.

Rubén señala estar gustoso de ver el nombre de su humilde zamba, en homenaje a la mujer de su pueblo, El Tala, Salta.

La historia de "Mi taleñita"

Después de años se me ocurrió preguntarle a Rubén cómo nació esa canción. Al toque me contó que la historia de Mi taleñita o La taleñita (se la puede nombrar indistintamente).

Nació a sus 14 años, cuando andaba estrenando los sentimientos adolescentes. Ella era una niña alegre, con su sonrisa siempre presente, adornada con la magia de su pelo negro.

Siempre pensó que alguien tenía que rendir tributo a las mujeres de ese tranquilo lugar, donde la belleza está presente en todo, en el paisaje, en su gente y, en especial, en esa juventud que llena de vida a la naturaleza. Así fue que, sin proponérselo, mientras hacía sus prácticas de guitarra, una tarde cualquiera, nacían los primeros acordes de lo que sería esta zamba.

Lloran tus ojos/ toma mi pañuelo/ en tus lagrimitas/ se mira el cielo,/ se mira el cielo./ En tus lagrimitas, mi taleñita, se mira el cielo.

Como dos estrellas/ brillan con la luna,/ se esconden toditas/ ya no hay ninguna,/ ya no hay ninguna,/ se esconden toditas,/ mi taleñita, ya no hay ninguna.

Aclara que fue algo no pensado, que no estaba en la intención. Por eso remarca que no fue hecha, sino, que nació.

Añoro tu pelo/ tan negro y sedoso,/ no vuelvas recuerdos/ que es muy penoso,/ que es muy penoso.

Y tu pollerita/ baila en mil lugares,/ revuelan pañuelo/ en los carnavales/ en los carnavales.

El cree que fue una especie de premonición sobre sus viajes y ausencias (vivió cinco años en España y luego volvió, varias veces, a Europa), de ahí que el estribillo dice:

Achalay, mi sueño/ es volverte a ver,/ pero, la distancia/ me roba el sueño/ de ser tu dueño,/ pronto iré a buscarte,/ mi taleñita, de mi querer".

El tiempo vuela

Rubén, hoy 75 años, cuando tenía 22 la vida lo llevó a Orán donde trabajó como cartero, en el correo. Allí participó en un concurso de canto, que organizó Radio Orán, en 1970, donde obtuvo el primer premio. Eso le valió, además, que lo conocieran como "El carterito cantor". Pero lo más significativo es que, allí, conoció a tres jóvenes que, luego, se convertirían en Las Voces de Orán. Ellos incorporaron, a su repertorio, "Mi taleñita" y "Esperando el carnaval", un ritmo de gato, también de su autoría.

La zamba fue la prueba de fuego del conjunto en CBS, 1971, o sea, su primera experiencia en su carrera discográfica. Ellos fueron quienes la impusieron en el gusto popular. Luego, con Oscar Palavecino y el Chango Nieto vino lo que todos conocemos.

Mi taleñita arranca con un recitado que dice: Te vi florecer en coplas y en madrugadas de farras acunadas entre las coplas desde mi frágil guitarra.

Te vi rompiendo el silencio junto al parche del bombo que retumbaba a los lejos, mientras encendias el fuego dentro mismo de mis recuerdos. Zamba... zamba que en el pecho das un vuelco de esperanzas unos cantan, otros danzan en polvaderal de nubes, unos bajan y otros suben por un trepar de misterios. Zamba... zamba linda que no sabes que si te vas yo me amargo que con último trago me duermo para esperarte, quién... quién sino yo he de cantarte. Porque te llevo en la sangre.

íQué lujo que me di papá!

 

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