Don Epifanio Martínez, con sus 85 años, es uno de los primeros artesanos que entregaba sus trabajos en el Centro de Artesanos de Alfarcito.
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Don Epifanio Martínez, con sus 85 años, es uno de los primeros artesanos que entregaba sus trabajos en el Centro de Artesanos de Alfarcito.
Don Epifanio vive a unos pocos kilómetros de Ingeniero Maury, a orillas de la Ruta Nacional 51, cerca del río, allí junto a su esposa y una de sus hijas se dedica a cuidar sus árboles frutales, algunas cabras y corderos y mantener su huerta.
Gran amigo de Chifri a quien quería mucho y lo recuerda con mucho cariño y nostalgia. Artesanos de años, trabajó el cuero, la madera. Fue el artífice de los altares y los ambones de las capillas de El Rosal y de Ingeniero Maury.
Es oriundo de Potrero de Payogasta, fue a la escuela de Cortaderas, camino a Mesadas, recuerda que la única maestra era la señora Ema Jesús Robles de Carbajal, ella le enseñaba hacer canastas con la chala de los choclos, cintos con viejos sombreros, diferentes trabajos con la madera
Él continuó trabajando el cuero haciendo, aprendiendo de ver a los demás como lo hacían. Luego empezó a trabajar con la madera del cardón, haciendo cosas pequeñas, luego se animó a hacer trabajos más avanzados, como sillas, bancos y algunos muebles más pequeños.
Cuando le tocó el Servicio militar, tuvo la oportunidad de aprender trabajos de albañilería, además seguía perfeccionándose en la carpintería.
A los 29 años de edad se fue a vivir al Gólgota, en el año 1967. Se casó con doña Epifanía Martínez, quien es oriunda de Cerro Negro de Tejada.
Trabajó como capataz de la Finca El Gólgota. Luego se dedicó a sembrar e instaló un almacén y un boliche (Dónde ahora es la Escuela de Ing Maury), era visitado por los habitantes de la Quebrada del Toro. Una crecida del río se llevó todo los muebles del boliche, perdió todo.
Decidió construir una casita río arriba, iniciando con un cuarto, allí se dedicó a cuidar ovejas, chivos, cerdos y gallinas, cultivar habas, maíz, perales y una parra.
Él continuó haciendo artesanías hasta los 81 años, con la ayuda de su esposa Doña Epifanía y su hija Carmen, porque su vista no era muy buena. También hizo el corral de las ovejas y las cabras. Construyó un cerco con una prolijidad única.
Cuando lo visitamos nos recibe con mucha alegría y amabilidad, tenemos un momento de oración y compartimos una charla de sus actividades, también recordando al Padre Chifri. Su casa y el terreno es un ejemplo de trabajo, orden y limpieza.