El profundo badén ubicado en avenida Hipólito Yrigoyen, tramo urbano de la ruta nacional 68, y pasaje San Lorenzo, se encontraría a punto de desplomarse, advierten los vecinos.
Por debajo de las placas de concreto y de forma perpendicular atraviesa un antiguo canal de desagüe que, con los años y el intenso tránsito de vehículos pesados, fue deteriorándose. Hoy, tendría los días contados y presenta una serie de agujeros.
La situación es preocupante y la probabilidad de que en allí se produzca un grave accidente se acrecienta día a día. La problemática viene planteándose desde hace muchos años, pero en la actualidad parece haber llegado a su punto límite.
- La situación fue planteada fue planteada por un vecino mediante una nota ingresada al Concejo Deliberante, para que intervenga ante la Vialidad de la Nación. El edil Joaco Díaz Cabral presentó un proyecto a fin de que el Legislativo municipal inste al organismo a que tome las medidas pertinentes.
El badén en cuestión, más allá de la fragilidad que presenta, ya ha generado un gran número de siniestro viales, con el agravante que está emplazado en un sector netamente comercial, frecuentado por muchos peatones. Los conductores que desconocen la profundidad del socavón, muchas veces pierden el control de los vehículos y en más de una oportunidad terminaron sobre de la vereda. Hubo casos en que algunos camiones perdieron parte de su carga. En una ocasión, decenas de postes de madera quedaron esparcidos sobre la cinta asfáltica.
- En 2010/11 la Dirección de Vialidad de la Nación le adjudicó a la empresa Green S.A. las obras de recuperación y repavimentación de la ruta 68, tramo Río Ancho - Talapampa. En aquella oportunidad, sobre el canal de desagüe mercedeño, que se extiende en sentido oeste-este, se colocaron placas de pavimento rígido.
Las autoridades locales recomendaron en aquel momento que, el sector debía permanecer cerrado al tránsito durante un periodo prudencial. Sin embargo, lejos de hacer lugar a los consejos de los especialistas y de la empresa a cargo de la obra, Vialidad habría permitido la circulación por el lugar caravanas de camiones de gran porte, que transportaban maquinaria pesada y materiales destinados a un proyecto minero. La situación provocó el hundimiento de las placas que recubren el canal. Así se formó el profundo badén.
El Tribuno recorrió hace casi 10 años un tramo del canal que atraviesa subterráneamente la ruta. Si bien el abovedado se presentaba macizo, se notaban sectores en los que los materiales iban cediendo. Ya en aquel entonces, en la superficie las placas presentan rajaduras. “Hoy son agujeros”, relató un vecino, quien explicó que en cada periodo estival la situación empeora y los “saltos” que dan los camiones y colectivos, provocan fuertes vibraciones en los inmuebles. Cuando pasa un vehículo pesado se mueve todo –detalló- lo que afectaría las estructuras de las viviendas y locales comerciales.