El fracaso de la ley Bases en el Congreso puso en terapia intensiva la relación entre el Gobierno nacional y los gobernadores, a quienes el presidente Javier Milei acusó duramente de "traidores", de "destruir" el frustrado megaproyecto y de romper acuerdos políticos sobre el tratamiento de la iniciativa.
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El fracaso de la ley Bases en el Congreso puso en terapia intensiva la relación entre el Gobierno nacional y los gobernadores, a quienes el presidente Javier Milei acusó duramente de "traidores", de "destruir" el frustrado megaproyecto y de romper acuerdos políticos sobre el tratamiento de la iniciativa.
El enojo del Jefe de Estado llegó a tal punto que ayer desde Israel, aseguró que ya "no me interesa que se siga tratando (la ley Ómnibus), la casta quedó en evidencia". En paralelo, el ministro de Economía, Luis Caputo, dejó en claro que los mandatarios provinciales seguirán siendo objeto del ajuste con el cierre del grupo de las transferencias discrecionales.
En diálogo con el canal de noticias TN, el Presidente apuntó directamente contra los gobernadores luego de que la "Ley Bases" volviera a comisión y aseguró que "se les cayó la careta" por haber incumplido el acuerdo. Sus declaraciones llegan después de que los tildara de "delincuentes" y "saboteadores" a los legisladores que votaron en contra del megaproyecto.
"El motivo por el cual ayer fue saboteado el proyecto es porque las partidas discrecionales a las provincias cayeron en un 98%, lo cual explica la traición de los gobernadores, que te dicen que quieren el cambio siempre y cuando lo suyo no se toque", señaló.
Y agregó: "Los que votan en contra de estas reformas se llenan la boca hablando de los pobres y de la ayuda a los pobres, por eso digo que los progresistas de izquierda hablan tanto de los pobres que lo único que hacen es multiplicarlos, es como el rey Midas, pero al revés, el rey Midas todo lo que tocaba lo hacía oro, todo lo que toca un zurdo lo convierte en pobreza".
Los "señalados"
En Casa Rosada sostienen que "los gobernadores impulsaban que la ley salga al 100% como ellos querían y encima nos pedían fondos provinciales".
Desde el oficialismo apuntan a los gobernadores que, antes de la sesión del martes, habrían dado garantías de que iban a acompañar la mega ley pero que, en el recinto, sus diputados votaron en contra. Los señalados son Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Sáenz (Salta), Martin Llaryora (Córdoba), Carlos Sadir (Jujuy), y Rolando Figueroa (Neuquén).
La relación con los mandatarios provinciales se encuentra frizada a tal punto, que desde el Gobierno no ven factible un nuevo encuentro que aglutine a todos los mandatarios en el corto plazo, e incluso decidieron suspender una reunión prevista para ayer entre Pullaro y el ministro de Economía, Luis Caputo por las cuentas provinciales.
La decisión de la Casa Rosada es simple: las provincias deberán pagar el costo político de la caída de la mega ley.
"A ningún gobierno le rechazaron la primera ley que presentó. En estas condiciones es difícil sentarse a charlar con gente que te traiciona. Con traidores no se negocia", precisaron fuentes libertarias al respecto.
Bajo la mira
El enojo es tal que hay quienes comenzaron a hablar de la posibilidad de pedirle la renuncia a un grupo de funcionarios que están vinculados a los gobernadores.
La votación negativa de los diputados cordobeses fue tomada de forma personal por el Gobierno, que le dio cargos en la administración nacional a a tres hombres vinculados al exgobernador Juan Schiaretti y al actual Martín Llaryora. Se trata de Franco Mogetta en Transporte, Daniel Tilliard en Banco Nación y Osvaldo Giordano en Anses. Giordano es cuestionado, especialmente, por la negativa en la votación particular de su esposa, la diputada de Hacemos Coalición Federal Alejandra Torres.
También surgió el nombre de la salteña Flavia Royón, secretaria de Minería, cercana al gobernador Sáenz, quien ayer le respondió al Presidente al asegurar que "nunca" lo convocaron a hablar sobre la ley Ómnibus.
Mensaje para tranquilizar a los mercados
Milei intentó dar señales al mercado que ayer mostró una reacción negativa al revés en el megapaquete de reformas impulsado por el Gobierno. En la Bolsa porteña, el S&P Merval cedió 5,2% a 1.152.222,45 puntos, mientras que medido en dólares se desplomó 6,3% a 912,13 puntos. Y en Wall Street, las acciones argentinas cayeron hasta 9,6%.
El mandatario expresó: "El programa económico no está en riesgo, por lo que la ley al sólo impactar en el largo plazo, podemos seguir sin drama".
En la misma línea, el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró: "La votación o no de la ley no va a cambiar el rumbo económico".