El placer sexual siempre ha sido un tema que tanto hombres como mujeres abordan con inusitado interés. Es que, sin lugar a dudas, todos quieren poder alcanzarlo de la mejor forma posible.
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El placer sexual siempre ha sido un tema que tanto hombres como mujeres abordan con inusitado interés. Es que, sin lugar a dudas, todos quieren poder alcanzarlo de la mejor forma posible.
Es por eso, que desde la profundidad de los tiempos, han aparecido textos destinados a enseñar a los seres humanos de qué manera han de comportarse para que sus relaciones sexuales sean satisfactorias.
Así podemos recordar que el Kama Sutra, libro religioso destinado a enseñar prácticas eróticas, tuvo su origen en la India y se ocupa de la enseñanza de los placeres sexuales mediante la aplicación de diferentes posiciones que pueden practicarse en las relaciones sexuales. Describe las caricias destinadas a estimular la pareja durante el juego sexual, incluyendo el aporte de la ropa, perfumes y luces del lugar.
Otro escrito sagrado perteneciente a la cultura china anterior al 1300, se conoce como el “Libro de las nubes y la lluvia” este último junto con el Kama Sutra se consideraban los clásicos del erotismo gestados durante los primeros siglos de las culturas orientales.
En occidente parecía no haber ninguna bibliografía al respecto, pero en Europa, alrededor del 1400, apareció, escrito en catalán, un manual que, con la excusa de lo que entonces se denominaba higiene sexual, lanzaba una serie de consejos y recomendaciones para mejorar las relaciones sexuales de las parejas. Su autor anónimo, lo bautizó “Speculum al foderi” (Espejo del coito) y allí instruía sobre las diferentes posiciones sexuales. Actualmente se lo considera como uno de los mejores tratados eróticos españoles medievales.
Pero hace unos pocos años atrás, se descubrió otro texto escrito por un morisco español, víctima, en 1609, de Felipe III de España, quien decretó la expulsión de los árabes del territorio peninsular.
Se trata de un pequeño manual dedicado a los “buenos usos del matrimonio”, escrito en castellano con algunos comentarios en árabe. Lo interesante es que a pesar de tener una finalidad estrictamente religiosa, al punto que incluye el Corán varias veces, describe el acto sexual en sus pormenores, el juego erótico previo, las posiciones más recomendable, las ventajas del orgasmo, que supone simultáneo entre los miembros de la pareja y la higiene posterior.
El placer femenino
El texto defiende el placer sexual de la mujer como un derecho indiscutible, así como la posibilidad de expresar su libido de distintas maneras. El autor insiste en “no precipitarse cuando asome el deseo de la mujer”, después de haber descripto cuidadosamente los preliminares capaces de despertar la pasión. También se sugiere que a solas con el marido, se comporten de manera disoluta, pero en público con extrema cautela.
Lo real es que a través de los siglos existió afán por enseñar a gozar.
A partir de la década del 50, la aparición de mujeres que estudian e investigan acerca de la sexualidad, abrió un campo que no es el de la literatura erótica, ya transitados por las escritoras, sino que avanzan en los territorios del ensayo.
El dato no es meramente político, sino que apunta a subrayar la inclusión de perspectivas femeninas en la recreación y resignificación de lo que históricamente se entendió como placer y goce : ambas instancias escasamente estudiadas en los ámbitos universitarios.