La trata de personas y la explotación laboral se unen en una actividad denigrante, la fabricación de ropa en talleres clandestinos que atenta contra los derechos elementales de las personas y que, pese a las denuncias realizadas desde hace varios años por diversas entidades, siguen existiendo gracias a una extensa red de complicidades que involucra a políticos, miembros de las fuerzas de seguridad y empresarios. Una de esas organizaciones -que viene poniendo en evidencia las situaciones de esclavitud que se producen en la fabricación de ropa- es la Fundación La Alameda, la cual ayer denunció que un 78 por ciento de la indumentaria que se fabrica en la Argentina se hace “bajo condiciones de esclavitud”.
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La trata de personas y la explotación laboral se unen en una actividad denigrante, la fabricación de ropa en talleres clandestinos que atenta contra los derechos elementales de las personas y que, pese a las denuncias realizadas desde hace varios años por diversas entidades, siguen existiendo gracias a una extensa red de complicidades que involucra a políticos, miembros de las fuerzas de seguridad y empresarios. Una de esas organizaciones -que viene poniendo en evidencia las situaciones de esclavitud que se producen en la fabricación de ropa- es la Fundación La Alameda, la cual ayer denunció que un 78 por ciento de la indumentaria que se fabrica en la Argentina se hace “bajo condiciones de esclavitud”.
El titular de la entidad, Gustavo Vera, manifestó: “Son prendas que están manchadas con sudor y sangre de la explotación, de la trata con fines laborales”, advirtió el dirigente en declaraciones a los medios periodísticos.
Según datos elaborados por la citada fundación, solo en la Capital Federal existen 3 mil talleres clandestinos en donde trabajan unas 30 mil personas. Estos establecimientos elaboran prendas para importantes marcas, que luego son comercializadas en los shoppings a elevados precios.
Al respecto, Vera recordó que a partir de allanamientos realizados en 2005 en talleres clandestinos de las calles Laguna y Garzón, en la zona del Bajo Flores, se abrió la puerta para que comience a investigarse la trata laboral.
“Desde 2005, con ese expediente, la causa sumó un total de 106 marcas sospechadas de fabricar indumentaria con métodos de explotación y trata, involucrando a más de 600 talleres ilegales que las abastecen”, reveló Vera.
Trabajo inhumano
La situación que caracteriza a estos talleres es la de una extrema vulnerabilidad de los trabajadores, explotación de inmigrantes indocumentados, jornadas de trabajo interminables, bajos salarios, hacinamiento, ausencia de condiciones mínimas de seguridad e higiene, niños y niñas encerrados en pequeñas habitaciones con el fin de no obstaculizar la producción y hasta la trata y tráfico de personas. Todas estas condiciones se resumen en una definición: trabajo esclavo.