La Policía londinense desmanteló en la madrugada de ayer el campamento de “indignados” instalado desde hace más de cuatro meses frente a la catedral de San Pablo, en pleno corazón de Londres, pero ellos prometieron seguir denunciando las derivas capitalistas. Veinte personas resultaron detenidas durante el desalojo, que se llevó a cabo sin incidentes destacados.
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La Policía londinense desmanteló en la madrugada de ayer el campamento de “indignados” instalado desde hace más de cuatro meses frente a la catedral de San Pablo, en pleno corazón de Londres, pero ellos prometieron seguir denunciando las derivas capitalistas. Veinte personas resultaron detenidas durante el desalojo, que se llevó a cabo sin incidentes destacados.
Un nutrido grupo de policías y funcionarios judiciales intervinieron pasada la medianoche, y en unas horas retiraron alrededor de medio centenar de tiendas instaladas por los activistas de “Occupy LSX” (Ocupad la Bolsa de Londres) frente a las escalinatas del templo anglicano.
El desmantelamiento se produjo días después de que una corte estimara que la orden de desalojo obtenida por las autoridades municipales era “legal y justificada” y negara a los manifestantes la posibilidad de apelarla.
Algunos manifestantes se esposaron a unas estructuras de madera para resistir al desalojo de la Policía.