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Se detuvo la destrucción de la capa de ozono

Domingo, 22 de abril de 2012 13:59

Según las últimas mediciones de la Organización Meteorológica Internacional, la capa de ozono habría frenado su destrucción.
Si el agujero se hubiera seguido agrandando, tan sólo cinco minutos de exposición al sol hubieran causado quemaduras. De acuerdo al flamante informe de la OMI, en septiembre del año pasado el agujero alcanzó un área máxima en la zona antártica de 24,4 millones de km2, mientras que el máximo se alcanzó durante 2006 con 28 millones de kilómetros cuadrados de extensión. Algo por lo cual los expertos coinciden en afirmar que se ha estabilizado la destrucción, pero al mismo tiempo creen que el problema no se resolvió por completo.
No obstante, los especialistas sostienen que si no se hubiera firmado el protocolo de Montreal, dos terceras partes de la capa se habrían destruido; la radiación ultravioleta se hubiera incrementado seis veces, y en apenas cinco minutos la exposición al sol habría provocado quemaduras en la piel. Esto se debe a que sin la existencia de la capa de ozono aumenta el riesgo de contraer cáncer de piel, enfermedades oculares, como cataratas, y daños al sistema inmunológico, además de afectar al ecosistema.
Las previsiones señalan que la degradación de la capa de ozono retroceda lentamente, y que para mediados de siglo pueda volver a los niveles alcanzados durante la década de 1980. Desde el principio de ese decenio el rompimiento de la capa de ozono tuvo un incremento continuo y regular. Aunque desde finales de los ’90, cuando comenzó a aplicarse el mencionado acuerdo, se puede ver una estabilización.
El principal problema surgió con los productos que se utilizaron para reemplazar a los gases conocidos como CFC (clorofluorurocarbonos), que se encuentran en aerosoles y equipos de refrigeración, según publicó el diario Clarín. “El HCFC más utilizado es casi 2.000 veces más potente que el dióxido de carbono en sus efectos sobre el calentamiento de la Tierra”, explicó Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, en un mensaje con motivo del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.
Para los expertos, el próximo desafío es controlar a los gases HCFC y por eso piden que sean totalmente reemplazados para el año 2040. Una medida que estaría a la altura de aquel histórico encuentro de Montreal, hace ya 25 años, que logró controlar el agujero en la capa de ozono.
 

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Según las últimas mediciones de la Organización Meteorológica Internacional, la capa de ozono habría frenado su destrucción.
Si el agujero se hubiera seguido agrandando, tan sólo cinco minutos de exposición al sol hubieran causado quemaduras. De acuerdo al flamante informe de la OMI, en septiembre del año pasado el agujero alcanzó un área máxima en la zona antártica de 24,4 millones de km2, mientras que el máximo se alcanzó durante 2006 con 28 millones de kilómetros cuadrados de extensión. Algo por lo cual los expertos coinciden en afirmar que se ha estabilizado la destrucción, pero al mismo tiempo creen que el problema no se resolvió por completo.
No obstante, los especialistas sostienen que si no se hubiera firmado el protocolo de Montreal, dos terceras partes de la capa se habrían destruido; la radiación ultravioleta se hubiera incrementado seis veces, y en apenas cinco minutos la exposición al sol habría provocado quemaduras en la piel. Esto se debe a que sin la existencia de la capa de ozono aumenta el riesgo de contraer cáncer de piel, enfermedades oculares, como cataratas, y daños al sistema inmunológico, además de afectar al ecosistema.
Las previsiones señalan que la degradación de la capa de ozono retroceda lentamente, y que para mediados de siglo pueda volver a los niveles alcanzados durante la década de 1980. Desde el principio de ese decenio el rompimiento de la capa de ozono tuvo un incremento continuo y regular. Aunque desde finales de los ’90, cuando comenzó a aplicarse el mencionado acuerdo, se puede ver una estabilización.
El principal problema surgió con los productos que se utilizaron para reemplazar a los gases conocidos como CFC (clorofluorurocarbonos), que se encuentran en aerosoles y equipos de refrigeración, según publicó el diario Clarín. “El HCFC más utilizado es casi 2.000 veces más potente que el dióxido de carbono en sus efectos sobre el calentamiento de la Tierra”, explicó Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, en un mensaje con motivo del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.
Para los expertos, el próximo desafío es controlar a los gases HCFC y por eso piden que sean totalmente reemplazados para el año 2040. Una medida que estaría a la altura de aquel histórico encuentro de Montreal, hace ya 25 años, que logró controlar el agujero en la capa de ozono.
 

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