El Vaticano propuso formalmente una vía de reconciliación a un grupo de católicos tradicionalistas en un intento por poner fin a un cisma de un cuarto de siglo, ofreciéndole un estatus legal especial en la Iglesia católica, del que actualmente solo disfruta el movimiento conservador Opus Dei.
inicia sesión o regístrate.
El Vaticano propuso formalmente una vía de reconciliación a un grupo de católicos tradicionalistas en un intento por poner fin a un cisma de un cuarto de siglo, ofreciéndole un estatus legal especial en la Iglesia católica, del que actualmente solo disfruta el movimiento conservador Opus Dei.
La Santa Sede dijo el jueves que propuso hacer de la Sociedad de San Pío X una “prelatura personal”, equivalente a una diócesis sin fronteras, durante una reunión el miércoles con el superior de esa sociedad. Al obispo Bernard Fellay se le dio “un tiempo razonable” para considerar la propuesta y las demandas del Vaticano de que el grupo acepte una serie de puntos doctrinarios básicos para volver a una comunión plena con Roma, informó el Vaticano en una declaración.
La sociedad, fundada en 1969 por el arzobispo Marcel Lefebvre, ya fallecido, se apartó de Roma debido a su oposición a las reformas liberalizadoras del Concilio Vaticano II, que entre otras cosas introdujo la misa en los idiomas vernáculos y revolucionó la relación de la Iglesia con los judíos. En 1988, el Vaticano excomulgó a Lefebvre y a cuatro de sus obispos después que los consagró sin el consentimiento papal.
El papa Benedicto XVI intenta devolver al redil a la oveja descarriada por temor a que se propagase una iglesia paralela. El temor no es infundado: la Sociedad, con sede en Menzingen, Suiza, tiene seis seminarios, tres universidades y 70 escuelas primarias y secundarias en el mundo. Aparte de los cuatro obispos, cuenta con más de 550 sacerdotes y 200 seminaristas. En 2009, el Papa había levantado las excomuniones de los cuatro obispos y permitió un uso mayor de la misa en latín.