En el coto estelar cristinista (no confundir con “kirchnerismo”, que es “demodé”; ahora está vigente el “cristinismo”) Axel es la estrella que más brilla.
La aparición de este economista de tendencia neokeynesiana, graduado con diploma de honor en la Universidad de Buenos Aires (UBA), docente, vice ministro de Economía, miembro distinguido de La Cámpora, protegido y mimado de Cristina, dejó a oscuras con su brillo a varias luminarias con luz prestada del elenco gobernante, entre ellas al otrora gran ministro Julio de Vido.
Ante su presencia se oscurece hasta el más pintado, hasta el punto que el único que le hace sombra es Guillermo Moreno. Los demás son siluetas del pasado.
Estamos hablando, qué duda cabe, de Axel Kicillof, quien, pese a sus escasos 41 años de edad, ha recorrido un largo y variado camino en la corte oficial, llevado por Máximo K.
Fue director de Siderar (Techint) en representación de las acciones que el Gobierno, a través de la Anses, tiene en esa empresa, y subgerente financiero de Aerolíneas Argentinas que, como se sabe, pierde desde su estatización, millones de dólares por día.
El 16 de abril de este año, cuando Cristina anunció la expropiación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), el joven Axel Kicillof fue nombrado, junto con Julio de Vido, administrador de YPF.
Opiniones cambiantes
Es un chico cambiante en sus opiniones. Hasta hace unos meses defendía los subsidios; hasta hace pocos años criticaba al Indec y a la política económica de Cristina, y hasta demonizó a los sindicatos de pilotos durante el conflicto de Aerolíneas Argentinas.
Actualmente predica todo lo contrario. Es un clásico producto del kirchnerismo y del cristinismo.
Cristina le tiene absoluta confianza. Y Axel se ufana de ello. En diciembre del año pasado, en una reunión de exalumnos del Colegio Nacional Buenos Aires, aseguró que “a Cristina la tengo hipnotizada”. Por supuesto que se refería a que la Presidenta siente admiración por sus brillantes dotes intelectuales y por sus propuestas audaces. Después de ese sinceramiento a Axel se lo conoce como “el seductor intelectual de Cristina”.
Pero suele suceder que a una mente brillante como la de Axel le acontezcan lapsus que lo pongan en ridículo, o que lo hagan aparecer como un charlatán de feria.
Veamos. El martes Cristina anunció por cadena nacional (¿o será cadena personal?) un interesante plan por el que se construirán 100 mil viviendas, con una línea de crédito que beneficiará a 400 mil familias. Los fondos para ese emprendimiento saldrán de las ultrajadas arcas de la Anses (los jubilados dan para todo). Y aquí Kicillof metió la cola. Meterete como es, informó que el mencionado plan prevé el financiamiento de 400 mil viviendas en cuatro años. Y le hizo meter la pata a la página oficial de la Presidencia de la Nación que dio por buena la cifra de 400 mil casas. ¡Si Axel lo dice!
Un papelón que en parte salvó un comunicado de la Anses que confirmó los datos genuinos del plan de viviendas
¿Qué le pasó al joven Axel? ¿Sufrió un cortocircuito o se dejó llevar por su brillante personalidad que le hace creer que solamente él está en lo cierto? O más sencillo, ¿en la mayoría de los casos habla por hablar, sin conocimiento de causa? De cualquier forma, se le notifica que está en orsai
Dicen que un amigo le preguntó por qué había dado esos datos falsos, y que él contestó airado: “¡Quí si lló!”
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En el coto estelar cristinista (no confundir con “kirchnerismo”, que es “demodé”; ahora está vigente el “cristinismo”) Axel es la estrella que más brilla.
La aparición de este economista de tendencia neokeynesiana, graduado con diploma de honor en la Universidad de Buenos Aires (UBA), docente, vice ministro de Economía, miembro distinguido de La Cámpora, protegido y mimado de Cristina, dejó a oscuras con su brillo a varias luminarias con luz prestada del elenco gobernante, entre ellas al otrora gran ministro Julio de Vido.
Ante su presencia se oscurece hasta el más pintado, hasta el punto que el único que le hace sombra es Guillermo Moreno. Los demás son siluetas del pasado.
Estamos hablando, qué duda cabe, de Axel Kicillof, quien, pese a sus escasos 41 años de edad, ha recorrido un largo y variado camino en la corte oficial, llevado por Máximo K.
Fue director de Siderar (Techint) en representación de las acciones que el Gobierno, a través de la Anses, tiene en esa empresa, y subgerente financiero de Aerolíneas Argentinas que, como se sabe, pierde desde su estatización, millones de dólares por día.
El 16 de abril de este año, cuando Cristina anunció la expropiación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), el joven Axel Kicillof fue nombrado, junto con Julio de Vido, administrador de YPF.
Opiniones cambiantes
Es un chico cambiante en sus opiniones. Hasta hace unos meses defendía los subsidios; hasta hace pocos años criticaba al Indec y a la política económica de Cristina, y hasta demonizó a los sindicatos de pilotos durante el conflicto de Aerolíneas Argentinas.
Actualmente predica todo lo contrario. Es un clásico producto del kirchnerismo y del cristinismo.
Cristina le tiene absoluta confianza. Y Axel se ufana de ello. En diciembre del año pasado, en una reunión de exalumnos del Colegio Nacional Buenos Aires, aseguró que “a Cristina la tengo hipnotizada”. Por supuesto que se refería a que la Presidenta siente admiración por sus brillantes dotes intelectuales y por sus propuestas audaces. Después de ese sinceramiento a Axel se lo conoce como “el seductor intelectual de Cristina”.
Pero suele suceder que a una mente brillante como la de Axel le acontezcan lapsus que lo pongan en ridículo, o que lo hagan aparecer como un charlatán de feria.
Veamos. El martes Cristina anunció por cadena nacional (¿o será cadena personal?) un interesante plan por el que se construirán 100 mil viviendas, con una línea de crédito que beneficiará a 400 mil familias. Los fondos para ese emprendimiento saldrán de las ultrajadas arcas de la Anses (los jubilados dan para todo). Y aquí Kicillof metió la cola. Meterete como es, informó que el mencionado plan prevé el financiamiento de 400 mil viviendas en cuatro años. Y le hizo meter la pata a la página oficial de la Presidencia de la Nación que dio por buena la cifra de 400 mil casas. ¡Si Axel lo dice!
Un papelón que en parte salvó un comunicado de la Anses que confirmó los datos genuinos del plan de viviendas
¿Qué le pasó al joven Axel? ¿Sufrió un cortocircuito o se dejó llevar por su brillante personalidad que le hace creer que solamente él está en lo cierto? O más sencillo, ¿en la mayoría de los casos habla por hablar, sin conocimiento de causa? De cualquier forma, se le notifica que está en orsai
Dicen que un amigo le preguntó por qué había dado esos datos falsos, y que él contestó airado: “¡Quí si lló!”