Señales de alarma para la economía argentina. Un informe de la consultora Ecolatina, que fue difundido ayer, advierte que el nivel de consumo muestra “cada vez más síntomas de desaceleración en un contexto de estancamiento de la actividad y caída de la inversión”, que entre otros factores, obedecería a la falta de actualización del mínimo no imponible para el pago del impuesto a las Ganancias.
Sus proyecciones, además, no son nada alentadoras. “Teniendo en cuenta el deterioro de la actividad económica, la elevada inflación, la baja creación de puestos de trabajo esperada, la reducción de horas extras y el incremento de suspensiones, el consumo consolidará su desaceleración”, advierte.
El informe señala que “en un marco de creciente incertidumbre, sin poder refugiarse en el dólar ni alternativas de inversión que superen la inflación esperada, los agentes enfrentan serias dificultades a la hora de decidir qué hacer con sus pesos”.
El sector inmobiliario
Al respecto, indicó que el sector “más perjudicado” hasta el momento fue el inmobiliario, como consecuencia de las restricciones a la compra de dólares, que originaron “una estrepitosa caída” de la compra venta de inmuebles.
La consultora señaló que quienes “se quedan con pesos se encuentran en una situación muy proclive a consumir”, dado que el contexto de tasas pasivas reales muy negativas y la abundante oferta de descuentos y cuotas fijas fomenta aún más la compra de bienes.
Sin embargo, alertó que pese a estos “incentivos” a gastar, la demanda interna “muestra cada vez más síntomas de desaceleración”.
“La debilidad del consumo responde a diversos factores. Dado que los precios trepan mes a mes, el retraso en el cierre de paritarias y la mayor fragmentación de los aumentos genera una reducción momentánea del poder adquisitivo de los salarios y diluye la ilusión monetaria, afectando la performance del gasto”, evaluó.
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Señales de alarma para la economía argentina. Un informe de la consultora Ecolatina, que fue difundido ayer, advierte que el nivel de consumo muestra “cada vez más síntomas de desaceleración en un contexto de estancamiento de la actividad y caída de la inversión”, que entre otros factores, obedecería a la falta de actualización del mínimo no imponible para el pago del impuesto a las Ganancias.
Sus proyecciones, además, no son nada alentadoras. “Teniendo en cuenta el deterioro de la actividad económica, la elevada inflación, la baja creación de puestos de trabajo esperada, la reducción de horas extras y el incremento de suspensiones, el consumo consolidará su desaceleración”, advierte.
El informe señala que “en un marco de creciente incertidumbre, sin poder refugiarse en el dólar ni alternativas de inversión que superen la inflación esperada, los agentes enfrentan serias dificultades a la hora de decidir qué hacer con sus pesos”.
El sector inmobiliario
Al respecto, indicó que el sector “más perjudicado” hasta el momento fue el inmobiliario, como consecuencia de las restricciones a la compra de dólares, que originaron “una estrepitosa caída” de la compra venta de inmuebles.
La consultora señaló que quienes “se quedan con pesos se encuentran en una situación muy proclive a consumir”, dado que el contexto de tasas pasivas reales muy negativas y la abundante oferta de descuentos y cuotas fijas fomenta aún más la compra de bienes.
Sin embargo, alertó que pese a estos “incentivos” a gastar, la demanda interna “muestra cada vez más síntomas de desaceleración”.
“La debilidad del consumo responde a diversos factores. Dado que los precios trepan mes a mes, el retraso en el cierre de paritarias y la mayor fragmentación de los aumentos genera una reducción momentánea del poder adquisitivo de los salarios y diluye la ilusión monetaria, afectando la performance del gasto”, evaluó.
Señales alarmantes
Además, destacó que “las cifras de suspensiones y despidos laborales también muestran señales de alarma”, lo cual motiva a las familias a “tomar un comportamiento más precavido en sus egresos”.
Para Ecolatina, otro de los “condicionantes” del nivel de consumo está vinculado a expectativas de menores ingresos y una mayor inflación para el próximo año.
“Ante este escenario, algunas familias deciden ahorrar una porción mayor de sus ingresos y no endeudarse para enfrentar épocas más difíciles, aún sabiendo la pérdida de capacidad futura de compra en la que incurren”, aseguró la consultora.