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Pasaron 25 años y las necesidades siguen siendo las mismas. Compañeros de trabajo de la Municipalidad de San Lorenzo se unieron para ayudar a chicos de Rivadavia Banda Sur hace exactamente un cuarto de siglo. En el Mes del Niño salieron a pedir ayuda para sostener una misión solidaria fundamental para uno de los puntos más empobrecidos de la provincia.
Un grupo de 28 empleados de la villa veraniega viaja todos los años en agosto hasta la escuela albergue Cabildo Abierto para llevar comida, juguetes y ropa.
Deben recorrer unos 430 kilómetros complicados desde Salta Capital. El trayecto les toma por lo menos 11 horas en un colectivo viejo que alquilan con 5.500 pesos que logran juntar.
“Llevamos las primeras hamacas que habían visto los chicos. Cuando vamos, hacemos una fiesta que siempre están esperando”, contó a El Tribuno Gervasio Domínguez, uno de los pioneros del proyecto.
En el grupo recuerdan que algunos niños no sabían cómo usar los juegos que les consiguieron hace un tiempo.
La iniciativa solidaria surgió de un miembro de la Dirección de Tránsito de San Lorenzo que ya murió.
Las caras de los chicos fueron cambiando en estas décadas pero las de los trabajadores se mantienen firmes.
Además de viajar cada agosto, los empleados municipales son padrinos de la escuela y todos los meses aportan un porcentaje de sus sueldos para los chicos.
Este año se hará el viaje número 25. La partida es el 23 de agosto y la campaña para conseguir donaciones se acelera. “Siempre faltan cosas. Todo lo que llevamos es poco”, se preocupa Gervasio.
Colchones, alimentos, ropa, juguetes y combustible para el ómnibus son algunos de los aportes que esperan.
La ayuda se recibe en el Departamento de Tránsito de la Municipalidad San Lorenzo, ubicada sobre la ruta por la que se accede a la villa.
También se pueden llevar donaciones a la calle Luis Patrón Costas 1.295 en Salta Capital, donde vive la familia de Gervasio Domínguez.
En la escuela Cabildo Abierto hoy estudian 45 alumnos. Los chicos duermen ahí de lunes a viernes porque sus familias viven en parajes muy alejados como para viajar todos los días a clases.