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“El parto es un hecho privado y la mujer es quien debe decidir como transitarlo”

Lunes, 28 de octubre de 2013 05:08

Marea es un espacio para las familias, para las familias que dan su primer paso: la llegada del tercer integrante. En un espacio confortable, lleno de colores y con un ambiente cálido, las futuras mamás y sus parejas pueden empezar a conocer qué es lo que está pasando en ese vientre.

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Marea es un espacio para las familias, para las familias que dan su primer paso: la llegada del tercer integrante. En un espacio confortable, lleno de colores y con un ambiente cálido, las futuras mamás y sus parejas pueden empezar a conocer qué es lo que está pasando en ese vientre.

Bibiana Marton es docente y licenciada en Ciencias de la Educación y Fabiana Garrido es también docente. Ambas dirigen Marea.

Buscando conocer de qué se trata el embarazo y nacimiento eutónico, El Tribuno visitó este espacio.

Saber y sentir van de la mano cuando se habla de gestación y parto. Saber qué es lo que pasa en el cuerpo de la mujer y sentir cómo cambia no solo el cuerpo sino el entorno, son los pilares sobre los que se trabaja en Marea.

¿Qué es Marea y cómo surge?

B.M. Surgió porque el nombre tiene que ver con lo femenino, el agua. Apareció el nombre y tuvo ese sentido. Porque las mareas están regidas por la luna igual que el período de las mujeres.

¿Desde hace cuánto que están trabajando?

B.M. Este octubre hace dos años que estamos.

¿Cómo se trabaja en Marea con las embarazadas?

B.M. La propuesta está dirigida a las embarazadas y también a sus parejas. las mujeres pueden venir solar si lo prefieren pero la propuesta es para que vengan en pareja. La verdad hemos tenido una experiencia muy linda con los varones. En estas actividades los varones están incluidos. La verdad que los hombres se involucran, participan y no se mantienen al margen. No nos ha pasado que digan: “bueno, yo vengo y miro”. Están muy interesados. Lo que se nota es que cuando empezamos a conversar y compartir las ideas de cómo debería ser el parto, genera cierto asombro en los varones. Es algo que desconocen y que no se esperan.

F.G. Acá vemos el parto como algo natural que tiene que ver con la vida sexual de las mujeres. Acá se trata la idea de parto respetado. En esto hay muchas ideas. Vas a escuchar hablar de parto humanizado, y acá se trata mucho el parto respetado. Apuntamos a la idea de que el parto es un hecho íntimo de esa mujer, de esa familia que tiene el derecho a decidir cómo quiere transitarlo.

El trabajo en Marea es como el de otros cursos de preparto...

F.G. Partimos de otra idea. Esos cursos surgieron para dar una idea sobre la profilaxis del parto. La idea era enseñarle a las mujeres cómo tenían que respirar, cómo se tenían que comportarse. Acá la idea es que no hay que enseñarles a las mujeres qué hacer, sino respetarlas en este proceso. Las mujeres saben qué hacer. Sus cuerpos saben qué hacer.

B.M. Muchas mujeres vienen con esa expectativa. Buscando la receta de aprender a respirar o el cómo pujar. Más bien nosotras apuntamos a que -desde el trabajo corporal que proponemos- se tome contacto con el cuerpo, con la pareja, con el bebé. Empezar a habitar el cuerpo, a registrarlo. Por ejemplo, trabajamos fuertemente el registro de la pelvis, el lugar por donde va a nacer el bebé. Ese registro desde lo corporal.

F.G. Lo que se proponen son nueve sesiones de dos horas, en las que una hora es trabajo corporal y el resto del tiempo se ve videos y se trabaja con las parejas sobre cómo será el parto.

¿Realizan asistencia de partos en la casa?

B.M. El parto en la casa aparece como una posibilidad más. Pero lo que sucede en Salta es que no hay profesionales -me refiero a parteras, obstetras- que asistan partos en la casa. En realidad aparece no como una opción concreta para las parejas que vienen acá porque no hay profesionales que las puedan acompañar. En concreto tuvimos el caso de una partera que vino de Buenos Aires para seguir el caso de una embarazada aquí.

F.G. También hay que ver que no se trata de estar de acuerdo o no. Es una elección. Existen estadísticas de la Organización Mundial de la Salud que cuentan que cuando se trata de un embarazo sin riesgo, con todos los controles correspondientes, un parto domiciliario es tan de bajo riesgo como un parto institucional.

¿Ustedes hace el acompañamiento de la embarazada hasta el parto?

B.M. Nosotros tuvimos una formación como “dula” que es una persona que acompaña durante y después del embarazo a las mujeres. Por ahora solo estamos acompañando a las parejas durante el embarazo. Pero si se presenta el pedido con seguridad estaremos ahí. Nuestra idea es hacerlo e incluso poder hacerlo en la maternidad pública.

F.G. Nuestro proyecto es poder armar un grupo de “dulas voluntarias” en el hospital publico para acompañar las mujeres que los deseen.

¿De dónde surge la palabra “dula”?

F.G. Es una palabra griega que significa “la que sirve a la madre”. Este nombre se empieza a tomar en la década de los 60 . Es la recuperación de una figura femenina, que siempre existió en los partos. Los nacimientos siempre fueron atendidos por mujeres hasta que se empezó a institucionalizar y ahí el rol de la mujer en el entorno del parto se fue perdiendo. La figura de la “dula” trata de recuperar esa experiencia que tuvo al pasar por un parto para poder acompañar a otra mujer en esa situación. La “dula” no hace intervenciones de tipo obstétrico o médico, no puede hacer tacto, no puede hacer auscultación. La “dula” sostiene desde la parte emocional y físico a través de masajes.

B.M. Es importante que esta mujer pueda tener registro y saber como acompañar a esta mujer en el procesos de trabajo de parto.

¿De qué se trata el método de Frida Kaplan?

B.M. Lo que proponemos a las parejas es el proceso del “embarazo y nacimiento eutónico”. Kaplan fue una eutonista, esto es una disciplina corporal con determinadas características que lo que hace es tomar algunas acciones que vienen bien para trabajar con las embarazadas. Frida Kaplan lo que hizo fue sistematizar estos ejercicios y aplicarlo a las embarazadas. Es un trabajo corporal muy tranquilo y apunta al contacto corporal, se trabaja en colchonetas, en el piso y con los ojos cerrados. Lo que se propone es llevar la atención a ciertas partes del cuerpo para liberarlo de las tensiones y los dolores. En el momento del parto, es fundamental estar en contacto, estar conectada con la situación porque de esa manera la mujer es protagonista. Hay dos actitudes posibles en el parto: o son protagonistas teniendo confianza en sus posibilidades o tiene una actitud de entrega donde el equipo médico es el que procede. Esto del parto respetado tiene que ver con que las parejas estén informadas, para que cuando vayan a los distintos centros médicos puedan pedir cómo quieren sus partos. Este conocimiento les permite saber cuáles son los procedimientos que tienen los médicos que eligieron. El parto no tiene que ser una rutina.

F.G. Hay muchas procedimientos que se han de rutina cuando en realidad no lo son. El caso emblemático es el uso de la cesárea. La Organización Mundial de la Salud habla de que no debería hacerse más de un 15% de cesáreas, mientras que en las clínicas privadas se tiene un 70%.

 “Los discursos de “sos una mala madre” no sirven”

Los procesos que pasa una mujer después del parto no son fáciles. Aquel momento idílico y de sueños del embarazo pasó. Ahora la llegada del bebé muestra al pequeño como realmente es y no cómo los padres los soñaron. Llora, muchas veces no duerme más de tres horas y reclama constantemente atención. En esa realidad, las integrantes de Marea también pueden ayudar.

¿Cómo es el paso por la cesárea?

Con respecto a las cesáreas, en la maternidad pública están en un 25% que -respecto al resto- está mucho mejor. Muchas mujeres creen que es mejor, pero en realidad tiene muchas consecuencias. Buenísimo que exista para cuando realmente es necesario pero no para aplicarse a mansalva. El problema es que cuando la gente no tiene información de esto lo acepta porque cree que si lo dice el médico debe ser así. Pero cuando sabés cuáles son los procedimientos también sabés que incluso podés negarte a que te la realicen. Hay una ley de 2004, que habla de los derechos de padres e hijos, que todavía no está reglamentada pero está la ley. Antes la embarazada no podía estar acompañada en el momento de parto. Sin embargo esta ley lo permite pese a que en algunos lugares todavía no se aplique. Si vos conocés eso podés pararte desde otro lugar y exigir eso.

Hacen acompañamiento después del parto...

Viene el puerperio ( a dúo)

Que son 45 días terribles...

B.M. ­Dos años! Nos han convencido de que son 45 días, pero es mucho más largo. En nuestros encuentros hemos hablado del tema de la lactancia materna y es bueno darles la información a las madres para que no pasen de una imposición a otra imposición. Estamos a favor de la lactancia materna, y la apoyamos, pero siempre considerando la situación de esta mujer. Porque trabaja o no y tiene que ver también con el deseo de la mujer. En las clínicas y sanatorios lo que hace es decirles: “ahora le das la teta, y le das la teta así vengan degollando”. Esto no sirve. Es posible que la mamá quiere darle la teta, pero no es bueno vivirlo como una imposición. Los discursos de “sos una mala madre”, no sirven.

F.G. Es muy fácil decirle a una madre “tenés que darle la teta”, pero si el entorno social no ayuda, no es tan fácil. Si las leyes todavía contemplan 45 días de licencia después del parto, entonces se hace muy difícil mantener la lactancia. Lo que si hacemos después del parto es mantener la concejería. Muchas mujeres nos llaman y nos cuenta sus dificultades. Ahí sostenemos durante el período posterior. Tenemos un espacio para las mamás recientes, que se llama “jueves de comadre”, que se realiza cada 15 días. Ahí vienen las mamás con los bebés chiquititos tienen un espacio de contención y contar las experiencias de lo que les está pasando.

“La mujer está sola y necesita ayuda”

Dijiste que el puperperio eran dos años...

F.G. Una vez que el bebé nace, por lo menos los nueve meses siguientes es como si el bebé siguiera en la panza. Los humanos por nuestra evolución nacemos mucho más inmaduros que otra especie. Por lo tanto, hasta los 9 meses de nacido el bebé sigue necesitando ese contacto de protección.

B.M. Y la mamá necesita apoyo. Lo que pasa en el puerperio es que hay un gran cambio hormonal pero no solamente eso, tiene que ver con cosas más profundas. Le pasa a la mujer que la sensibilidad es mucha y además están todas las contradicciones de la llegada del bebé. Se terminó el momento idílico del embarazo, nace el bebé y ese bebé real se despierta muy seguido, hay que darle la teta, hay mucho cansancio, hay mucha angustia, mucha soledad, mucha responsabilidad. Muchas mujeres tienen que incorporarse al trabajo y hay que pensar dónde lo dejamos, con quién. Todas esas cuestiones que la distancia pueden parecer menores, pero bueno, tienen que ver con el crecimiento del bebé. Esa mujer madre necesita mucho sostén.

En el caso de las mujeres que están sin pareja, ¿igual pueden venir?

F.G. Sí. Hemos tenido mujeres que vienen con sus mamás, o solas. Por eso es también la necesidad de tener estos espacios. Esa red de contención que tenían las mamás nuevas se ha perdido. Antes la mamá que paría tenía otros que la ayudaban y la sostenían. Hoy está la familia nuclear sola. Y en el caso de que esté el hombre, este sale a trabajar y la mujer queda sola todo el día con ese bebé.

B.M. En otras provincias como Córdoba existe un postnatal de 6 meses. Sería muy bueno que esta medida fuera nacional. Sería bueno pensar también que el padre tenga una licencia más prolongada y no dos días como tienen ahora. Eso solo alcanza para salir de la clínica e ir al Registro Civil a anotarlo. Además después del parto viene el malón de visitas. Bueno también hay que empezar a ponerle límites a eso. Hay que empezar a pedir ayuda. Que las visitas respeten un tiempo para que esa familia pueda reconocerse y después que los que vengan, ayuden.

¿Cuándo es el momento ideal para empezar a venir a Marea?

F. G. Cuando se comienza el cuarto mes, porque hasta el primer trimestre siempre hay riesgo de pérdida. Y no más allá del séptimo mes, porque ya están muy cerca del parto.


 

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