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En su última misa, Benedicto condenó la ?hipocresía religiosa?

Miércoles, 13 de febrero de 2013 22:17

Vestido de violeta -como lo amerita la llegada de la Cuaresma-, Benedicto XVI se reencontró con los fieles luego de haber anunciado su decisión de dimitir al pontificado. Más allá de la explicación oficial de por qué el Santo Padre dejaba su puesto, ayer fue él mismo quien habló con claridad de su decisión y condenó los males que padece la Iglesia católica como institución. “La Iglesia está en ocasiones desfigurada por las divisiones dentro del cuerpo eclesiástico”, proclamó. El Papa alemán lamentó igualmente la “hipocresía religiosa”, así como “el comportamiento de los que aparentan” y las actitudes que buscan ante todo los aplausos y la aprobación, e instó a superar el individualismo y las rivalidades.

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Vestido de violeta -como lo amerita la llegada de la Cuaresma-, Benedicto XVI se reencontró con los fieles luego de haber anunciado su decisión de dimitir al pontificado. Más allá de la explicación oficial de por qué el Santo Padre dejaba su puesto, ayer fue él mismo quien habló con claridad de su decisión y condenó los males que padece la Iglesia católica como institución. “La Iglesia está en ocasiones desfigurada por las divisiones dentro del cuerpo eclesiástico”, proclamó. El Papa alemán lamentó igualmente la “hipocresía religiosa”, así como “el comportamiento de los que aparentan” y las actitudes que buscan ante todo los aplausos y la aprobación, e instó a superar el individualismo y las rivalidades.

Los dichos del Papa se dan 48 horas después de que se haya abierto en la Iglesia católica un profundo debate sobre la sucesión de Benedicto XVI.

Junto a los peregrinos

En la mañana, explicó a los peregrinos de todo el mundo que deja el trono de Pedro por el bien de la Iglesia y pidió orar por su sucesor.

“Como saben, he decidido renunciar al ministerio que el Señor me encomendó el 19 de abril de 2005. Lo he decidido con plena libertad por el bien de la Iglesia después de haber rezado largo tiempo y de haber examinado ante Dios mi conciencia”, dijo.

Visiblemente emocionado, el Papa admitió ser “profundamente consciente de la gravedad de tal gesto”, pero reiteró no tener ya la capacidad de ejercer el ministerio petrino con el vigor que el mismo requiere.

“Sigan rezando por el futuro Papa y por la Iglesia”, pidió ante unos 3.500 fieles congregados en la sala Pablo VI del Vaticano para su penúltima audiencia general.

Acogido con los gritos de “­Benedetto!, ­Benedetto!”, el pontífice, vestido con la tradicional sotana blanca, agradeció el caluroso recibimiento: “Doy gracias a todos por vuestro amor y vuestras oraciones”.

Improvisando ante la multitud, Benedicto XVI confesó que en estos días nada fáciles siente casi físicamente el amor de los peregrinos frente a una decisión de tal envergadura, anunciada el lunes pasado, que conmocionó a una Iglesia de 1.200 millones de fieles.

Durante la tradicional catequesis, ya más tranquilo pero con el cansancio dibujado en el rostro, el Papa habló de la Cuaresma y de las tentaciones de Jesús durante los cuarenta días que pasó en el desierto.

Como es habitual durante las audiencias semanales, el Papa saludó en varios idiomas y envió en español un particular abrazo a los peregrinos de España, Perú y México, que enarbolaban sus banderas. “Gracias, Santidad”, se leía en un enorme cartel en italiano. Por el momento, el pontífice no ha anulado ninguna de las citas previstas en febrero.

La ceremonia del miércoles, que suele oficiarse en la basílica de Santa Sabina, en la colina romana del Aventino, fue trasladada por el Vaticano a San Pedro por el deseo de numerosos cardenales de asistir a ella.

 El futuro de Joseph Ratzinger

El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, confesó que en el Vaticano sigue dominando el sentimiento de sorpresa ante la dimisión de Benedicto XVI, prevista para este próximo 28 de febrero, a las 17, cuando partirá en helicóptero hasta Castelgandolfo y de donde no saldrá hasta que haya nuevo Papa. Ahora bien, a pesar de la perplejidad en los pasillos vaticanos, se está preparando con celeridad y certeza el relevo del que en breve volverá a ser, simple y llanamente, Joseph Ratzinger.

Respecto al devenir del actual Papa, se conoce que éste se encerrará en un convento de clausura en el Vaticano, pero se desconoce qué cargo ostentará entonces.

“Aún no sabemos el título que tendrá Benedicto XVI tras su dimisión. Lo estamos estudiando, con ayuda del propio Papa”, aseguró Lombardi.

Benedicto XVI se retirará al monasterio Mater Ecclesiae, situado en el interior del Vaticano. El monasterio fue construido en 1992 por deseo del predecesor de Benedicto XVI, Juan Pablo II, y se encuentra en una zona apartada de los jardines vaticanos.

 

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