Son menores de 30 años. Varias tienen títulos, algunas son madres solteras y otras quieren sumar dinero a su familia o independizarse. Sin embargo, no consiguen empleo y no pueden dar ese salto. Entre la población joven, el desempleo afecta más a las mujeres que a los varones. Pese a los avances en género, se mantienen las diferencias y las inequidades, sobre todo en una jurisdicción donde la falta de trabajo no se supera.
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Son menores de 30 años. Varias tienen títulos, algunas son madres solteras y otras quieren sumar dinero a su familia o independizarse. Sin embargo, no consiguen empleo y no pueden dar ese salto. Entre la población joven, el desempleo afecta más a las mujeres que a los varones. Pese a los avances en género, se mantienen las diferencias y las inequidades, sobre todo en una jurisdicción donde la falta de trabajo no se supera.
Según el último Informe de Coyuntura de Fundara -Fundación para el Análisis y la Reflexión de la Argentina- la desocupación promedio del 2012 fue del 24 % entre las salteñas que van desde los 18 a 29 años. Mientras que en los hombres de esa misma franja solo alcanzó al 17,4 %, casi siete puntos porcentuales menos.
Las tasas no son alentadoras para las personas que entran en la fuerza laboral, sintetiza el informe. Y acentúa que el sector con mayor vulnerabilidad en el mercado salteño “está compuesto por las mujeres jóvenes, aunque en el segundo lugar aparecen los varones de ese rango”. Si bien Salta tiene el mayor índice de desempleo del país (12%), el efecto se siente con menos fuerza en los adultos. Ente las salteñas de 29 y 64 años la falta de trabajo alcanzó el 9,47 % contra el 6,07 % de los varones de esa franja, una brecha de 3,4 puntos porcentuales.
Sin avances
En Salta todavía quedan deudas pendientes en materia laboral. El empleo en negro arrasa con fuerza en el interior y en Capital. Muchos que salen del secundario, del terciario o de la universidad y tienen que ingresar a un mercado signado por la precarización. En sus primeras experiencias laborales no hay recibos de sueldo, obra social ni aportes jubilatorios.
Con una economía más fría (en 2012 solo creció un 1,9%, mientras que el promedio anual en 2010 y 2011 rondaba entre el 8%), se torna más difícil la contención para la demanda laboral.
Desde la fundación Fundara consideraron que urge la necesidad de “que se articulen políticas que alienten la inserción laboral de los jóvenes entre el sector privado y el público”. Es que en los últimos meses, el panorama mostró un retroceso. Al comparar los resultados de 2012 con 2011, hay un crecimiento en la tasa del desempleo del 14,7% entre las mujeres jóvenes y del 7,91% en los varones de entre 18 y 29 años.
Sueldos más bajos
Alicia Ramos, presidenta de la Multisectorial de Mujeres, puso otra inequidad sobre la mesa. “Pese a que una mujer ocupa el mismo cargo o hace la misma tarea, gana un 24% menos que el varón. No solo hay brechas con respecto al desempleo, sino dentro del mercado laboral; la más visible está en el salario. Si bien años atrás la diferencia era del 26%, todavía sigue muy alta”, remarcó la dirigente.
Sin avance en la cadena laboral
“El arraigo de una sociedad patriarcal y una construcción cultural que se mantuvo intacta durante años”. Así empieza a hablar Alicia Ramos cuando se refiere a las diferencias en el mercado laboral y en la búsqueda de empleo entre varones y mujeres.
“Siempre se estableció que la mujer estaba reducida al ámbito doméstico y dependía de un varón proveedor”.
Sobre el folclore laboral, Ramos mencionó la existencia del “techo de cristal”. “Es una suerte de imposibilidad de seguir mejorando en la cadena laboral. Si bien no existen barreras formales, ahí está. En nuestro país tenemos leyes que consagran la igualdad, pero en la práctica no sucede”.
“La Organización Internacional del Trabajo y otras organizaciones feministas han marcado que no se podrá resolver el tema de la inequidad en el trabajo si no hay una corresponsabilidad en la casa y en el cuidado de los hijos”, destacó.
“Es difícil que podamos trabajar cuando todo el peso del hogar cae sobre nosotras, ya sea en forma directa o a través de otras mujeres que se contrata. Tiene que haber una responsabilidad compartida. No se trata de que el hombre ayude, sino un deber de ambos”, expuso Ramos.
Desocupación, en expansión desde 2007
En el documento difundido por la fundación Fundara se marca la preocupación de la tendencia en aumento que siguió la desocupación en la mayoría de las franjas de edades entre 2007 y 2012.
El desempleo tuvo una variación de 22,45%% en las mujeres jóvenes. En los varones de ese sector, se mejoró muy sensiblemente, con -1,83%.
Los adultos
En los últimos seis años, la desocupación tuvo una pronunciada alza entre los varones de entre 29 y 64 años, con un 33,33%, según el informe de coyuntura de Fundara. Entre las salteñas adultas la expansión de la desocupación fue del 27,07%
Como conclusión, la fundación señala que “el modelo es incapaz de generar mejores condiciones de acceso al mercado laboral, casi todos los sectores fueron los golpeados durante este periodo, con tasas de crecimiento que van desde el 22,45% al 33,33%, salvo el de hombres jóvenes”.