Un grupo de la presidencia de Estados Unidos encargado de desarrollar estrategias para reconstruir las áreas devastadas por la supertormenta Sandy emitió un informe ayer en el que formula 69 recomendaciones, en su mayoría centradas en una advertencia sencilla: hay que planear con anticipación la posibilidad de tormentas en una era de cambios climáticos y alza en el nivel del mar.
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Un grupo de la presidencia de Estados Unidos encargado de desarrollar estrategias para reconstruir las áreas devastadas por la supertormenta Sandy emitió un informe ayer en el que formula 69 recomendaciones, en su mayoría centradas en una advertencia sencilla: hay que planear con anticipación la posibilidad de tormentas en una era de cambios climáticos y alza en el nivel del mar.
El informe difundido por la Fuerza de Tareas para la Reconstrucción tras el huracán Sandy dice que las comunidades costeras deben prever que habrá inundaciones más frecuentes y darse cuenta de que invertir ahora en medidas de protección podría ahorrar dinero más adelante.
Propone el desarrollo de un sistema de tendido eléctrico más avanzado y menos vulnerable en casos de crisis y la creación de mejores sistemas de planificación y normas para las comunidades que reconstruyen las áreas estropeadas por la tormenta.
No solo hay que reconstruir
“Los organismos ejecutivos deben reconocer que el cambio de clima y el aumento de riesgos por fenómenos meteorológicos extremos han eliminado la opción de limitarse a reconstruir con estándares anticuados con la esperanza de resultados mejores”, dice el informe.
Algunas de las principales recomendaciones ya se están poniendo en práctica, incluso la creación de nuevas normas de protección contra inundaciones para los principales proyectos de infraestructura con fondos federales y la promoción de una herramienta técnica que ayudará a constructores e ingenieros a pronosticar los lugares vulnerables.
El grupo también avaló una competencia que ya está en curso, llamada “Reconstrucción mediante diseño”, en la que 10 equipos de arquitectos e ingenieros de varias partes del mundo exploran medios de estudiar las vulnerabilidades que presentan las zonas costeras.