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16 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Cuatro testigos favorecieron al imputado Santos Vera

Martes, 06 de mayo de 2014 12:59

Pese al ataque sufrido por el imputado Daniel Vilte Laxi en el penal de villa Las Rosas, ayer se pudo desarrollar con normalidad una nueva jornada del juicio por el asesinato de las turistas francesas, cuyos cadáveres aparecieron el 29 de julio de 2011 en la quebrada de San Lorenzo, dos semanas después de su desaparición. El defensor Marcelo Arancibia allanó el camino para evitar la suspención del debate, a pesar de la ausencia del acusado, quien está internado en el hospital San Bernardo, donde fue sometido a una intervención quirúrgica, el domingo a la noche, luego de ser herido con un arma blanca.

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Pese al ataque sufrido por el imputado Daniel Vilte Laxi en el penal de villa Las Rosas, ayer se pudo desarrollar con normalidad una nueva jornada del juicio por el asesinato de las turistas francesas, cuyos cadáveres aparecieron el 29 de julio de 2011 en la quebrada de San Lorenzo, dos semanas después de su desaparición. El defensor Marcelo Arancibia allanó el camino para evitar la suspención del debate, a pesar de la ausencia del acusado, quien está internado en el hospital San Bernardo, donde fue sometido a una intervención quirúrgica, el domingo a la noche, luego de ser herido con un arma blanca.

A raíz de este incidente, la audiencia comenzó a las 11.15 con cuatro personas que favorecieron al imputado Santos Clemente Vera. La primera fue María Magdalena Brañes, empleada doméstica del ingeniero Fernando Vidal, en cuya vivienda de la localidad de San Lorenzo Vera se desempeñaba como jardinero. Su testimonio se centró en los movimientos del acusado el 15 de julio cuando en horas de la tarde las jóvenes Cassandre Bouvier y Houria Moumni fueron de paseo a la reserva de la quebrada de San Lorenzo. Brañes señaló que con Vera se quedaron al cuidado de la vivienda, ya que sus patrones habían viajado a europa. “Ese día llevamos a un veterinario de Salta al perro de Don Vidal que apareció baleado, nos despedimos al mediodía y quedamos en que yo volvería a la casa a la tarde”, recordó. Dijo que alrededor de las 18 le envió un mensaje de texto a Vera para que la esperara en la parada del colectivo. “El, junto a otro chico de nombre José Tolaba, estaban abocados a la tala de árboles de la propiedad y la orden que tenía era de esperar que yo llegara y así lo hicimos hasta que regresó la familia, el 24 de julio”, afirmó.

Luego fue el turno de Vidal, quien confirmó los dichos de Brañes en el sentido de que debían poner especial cuidado en la propiedad. “Personalmente, me encargué de averiguar qué hizo Vera aquel 15 de julio y todo indica que luego de llevar el perro al veterinario, se fue a almorzar y a las tres de la tarde volvió a mi casa a continuar con el corte de los árboles”, expresó. Dijo que “a Vera y a su familia los conozco desde hace mucho años y no lo creo capaz de cometer semejante crimen”. Y agregó : “Era una persona de suma confianza, a tal punto que muchas veces dejé mi casa a su cuidado, salió de paseo con mis hijos y siempre tuvo un comportamiento ejemplar”. A su turno, José Tolaba confirmó que el 15 de julio, luego de almorzar, retornaron a la casa de los Vidal, alrededor de las 15, y que permanecieron allí hasta después de las 19. El Tribunal indagó a fondo sobre los horarios, ya que de acuerdo a la declaración del imputado Gustavo Lasi, él le entregó el arma a Vera y a Vilte Laxi, pasada las 16 y los acusó de ser los asesinos de las turistas en la zona de El Mirador. Por último, Javier Guantay, primo de Lasi, contó que fue detenido y sometido a apremios ilegales. Explicó que no tenía mucho contacto con los Lasi, pero que sabía que éstos estaban enemistados con los Vera por problemas con los animales vacunos.

Se suman los interrogantes

El ataque sufrido por Vilte Laxi puso al desnudo la inseguridad que impera en el penal de Villa Las Rosas. Tomando en cuenta la magnitud del juicio que se está ventilando, no se ha tomado ninguna medida de seguridad para garantizar la integridad física de los tres principales imputados por el homicidio de las turistas. La agresión a Vilte ocurrió el domingo a las 18.40 al término del horario de visitas. De acuerdo con lo relatado por el abogado Marcelo Arancibia (defensor del imputado) en el momento en que los internos retornaban a sus celdas, Vilte fue atacado con un elemento punzante por el Hugo Alberto Valdiviezo Aleman, un hombre condenado por homicidio. Recibió heridas en los brazos, rostro y abdómen y debió ser intervenido quirúrgicamente en el hospital San Bernardo. El letrado dejó entrever que se trató de un atentado, ya que con el agresor su cliente no tuvo ningún inconveniente previo. “De no haber puesto el brazo, seguro que lo degollaban”, sentenció Arancibia. Este episodio, más otros, no hace más sumarle interrogantes a este caso, como se está demostrado en el juicio. Lo de Vilte trajo a la memoria lo ocurrido en octubre de 2011 con Luis Sarmiento, un testigo considerado clave, que fue acuchillado en San Lorenzo luego de ser atacado por dos hombres y dos mujeres. Al mes siguiente murió el comisario Néstor Píccolo, quien se habría suicidado de un disparo en la cabeza.

Se suman los interrogantes

El ataque sufrido por Vilte Laxi puso al desnudo la inseguridad que impera en el penal de Villa Las Rosas. Tomando en cuenta la magnitud del juicio que se está ventilando, no se ha tomado ninguna medida de seguridad para garantizar la integridad física de los tres principales imputados por el homicidio de las turistas. La agresión a Vilte ocurrió el domingo a las 18.40 al término del horario de visitas. De acuerdo con lo relatado por el abogado Marcelo Arancibia (defensor del imputado) en el momento en que los internos retornaban a sus celdas, Vilte fue atacado con un elemento punzante por el Hugo Alberto Valdiviezo Aleman, un hombre condenado por homicidio. Recibió heridas en los brazos, rostro y abdómen y debió ser intervenido quirúrgicamente en el hospital San Bernardo. El letrado dejó entrever que se trató de un atentado, ya que con el agresor su cliente no tuvo ningún inconveniente previo. “De no haber puesto el brazo, seguro que lo degollaban”, sentenció Arancibia. Este episodio, más otros, no hace más sumarle interrogantes a este caso, como se está demostrado en el juicio. Lo de Vilte trajo a la memoria lo ocurrido en octubre de 2011 con Luis Sarmiento, un testigo considerado clave, que fue acuchillado en San Lorenzo luego de ser atacado por dos hombres y dos mujeres. Al mes siguiente murió el comisario Néstor Píccolo, quien se habría suicidado de un disparo en la cabeza.

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