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Papa andina: una fiesta para alentar la producción en la Quebrada del Toro

Domingo, 20 de julio de 2014 01:30
<div>Se realizó ayer la IV Fiesta y Feria de la Papa Andina en el paraje El Alfarcito</div><div>
Dice el padre Walter Medina que Chifri, el pastor de los cerros, tenía el grandioso don de unir anhelos. Y unir anhelos es cumplir sueños. Uno de ellos fue el de realizar la Fiesta y Feria de la Papa Andina, para revalorizar un producto al que mucha gente de los distintos parajes de la Quebrada del Toro dedica esmero y paciencia.

Ayer, en El Alfarcito, se realizó la cuarta edición de esta celebración que juntó a la gente de muchas comunidades con cientos de personas que asistieron para disfrutar de un sábado distinto. En ese paraje "siempre sale el sol", dicen sus habitantes.

El padre Chifri solo pudo participar de la primera edición de la fiesta. Pero sentó las bases: alentar la producción de los pobladores de la Quebrada del Toro para que puedan exportar y lograr un mayor rédito económico y promocionar la papa andina como un alimento saludable, que puede incorporarse a la dieta diaria de las personas. Esos fueron algunos de los propósitos que hoy son realidad y continúan realizándose año a año, gracias al trabajo de decenas de voluntarios de la Fundación Alfarcito, que aúnan esfuerzos para que así sea. Hoy, muchos de esos productores, que antes vivían del trueque, ya comercializan la papa andina en el centro de la ciudad y hasta exportan a otras provincias. Su trabajo se ha organizado a través de la cooperativa Tekimasi, que nuclea a unos 30 productores de los cerros,aunque se estima que existen en la zona el doble de pequeños productores rurales.

Oda a la papa andina

Overa, negra, churqueña, morada, colorada, imilla, cuarentilla, señorita. La variedad de papas andinas es inmensa. "Es un producto que hasta hace unos años estaba muy desvalorizado pero que hoy es más buscado y con el que se pueden hacer muchas comidas como ñoquis, puré, papas fritas o muchas otras. Es muy nutritiva", dice Esteban Vilca, quien también comentó que la gente de la Quebrada ha podido crecer y quiere más su tierra desde que se incentiva esta producción. "Esperamos que las producciones sigan creciendo para que puedan expandirse todavía más", anheló el productor.
"Papa,/ te llamas,/ papa/ y no patata,/ no naciste con barba,/ no eres castellana:/ eres oscura/ como nuestra piel,/ somos americanos,/ papa/ somos indios.", escribió Pablo Neruda en su poema Oda a la papa andina, en la que también la llama "tesoro interminable de los pueblos". Esa conciencia certera, quizás, fue la misma que tuvo el padre Chifri cuando soñó con ayudar -todavía más- a su gente.

"Donde siempre sale el sol"

La Fundación Alfarcito apoya y asiste a la concreción de los proyectos del Complejo Alfarcito, que se traducen en tareas constructivas, requerimientos del colegio secundario, del predio deportivo y recreativo, del centro de artesanías, de los talleres de capacitación y de emprendimientos productivos. Da contención a 25 comunidades, 18 escuelas primarias y un colegio secundario albergue.

Financia e implementa cursos de capacitación dirigidos a las comunidades de la Quebrada del Toro y especialmente a docentes, artesanos y productores. Impulsa el funcionamiento de otros centros artesanales en la región y acompaña diversos proyectos comunitarios.

Para colaborar se pueden hacer donaciones en dinero y por débito automático, donaciones en especies y voluntariados programados. Para contactarse: 155826741, [email protected], www.fundación alfarcito.org.ar.

"El sueño del padre Chifri", los primeros egresados

El sueño está muy cerca de hacerse realidad. En pocos meses, 31 alumnos del colegio secundario albergue de El Alfarcito terminarán sus estudios secundarios. "El sueño del padre Chifri" es el nombre que ellos, los estudiantes, le pusieron a la primera promoción que egresará de la institución. Ese es, también, un sueño compartido por todos los que forman parte de la comunidad que ayer los agasajaron en el marco de la IV Feria y Fiesta de la Papa Andina.

Sonríen al recordar a ese hombre que les ha dado tanto. En diálogo con El Tribuno, varios de ellos contaron cómo lo recuerdan, qué es lo que han aprendido de su obra y cuáles son sus anhelos para el futuro. Rocío dice que la posibilidad de estudiar es algo que valora mucho y que planea continuar formándose en el nivel superior. Rocío quiere ser enfermera. Dice que estudiará en la capital salteña y luego regresará a El Alfarcito. Le gustaría poder ayudar a la gente del paraje. Ella no quiere dejar su lugar. Benjamín, en cambio, quiere anotarse en turismo, para que más gente conozca la Quebrada del Toro. Todos tienen proyectos.

"Un espíritu especial"

Quienes trabajan en la escuela y la fundación dicen que el legado, además de la obra misma, es la voluntad y el entusiasmo por seguir trabajando para cumplir más y más sueños.

"Uno lo dice y quizás suena a frase hecha pero éste realmente es un sueño hecho realidad", insiste la directora de la institución, Claudia Jovanovich. "Para mí este lugar es un paraíso, tiene un espíritu especial. Es una bendición estar acá", expresó.

"Lo más importante de la obra del padre Chifri es que para mucha gente de estos parajes significó dejar de sentir que viven una situación de inferioridad de condiciones que en otros lugares. Les mostró verdaderamente que vivir acá es tan hermoso como vivir en cualquier parte del mundo, mientras uno puesa encontrar la propia identidad", dijo el padre Walter Medina. "Antes que un colegio, este es un hogar que le dio a los chicos la posibilidad de compartir con pares", concluyó Medina.
Actualmente 160 chicos viven y estudian en el colegio albergue de El Alfarcito.

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Dice el padre Walter Medina que Chifri, el pastor de los cerros, tenía el grandioso don de unir anhelos. Y unir anhelos es cumplir sueños. Uno de ellos fue el de realizar la Fiesta y Feria de la Papa Andina, para revalorizar un producto al que mucha gente de los distintos parajes de la Quebrada del Toro dedica esmero y paciencia.

Ayer, en El Alfarcito, se realizó la cuarta edición de esta celebración que juntó a la gente de muchas comunidades con cientos de personas que asistieron para disfrutar de un sábado distinto. En ese paraje "siempre sale el sol", dicen sus habitantes.

El padre Chifri solo pudo participar de la primera edición de la fiesta. Pero sentó las bases: alentar la producción de los pobladores de la Quebrada del Toro para que puedan exportar y lograr un mayor rédito económico y promocionar la papa andina como un alimento saludable, que puede incorporarse a la dieta diaria de las personas. Esos fueron algunos de los propósitos que hoy son realidad y continúan realizándose año a año, gracias al trabajo de decenas de voluntarios de la Fundación Alfarcito, que aúnan esfuerzos para que así sea. Hoy, muchos de esos productores, que antes vivían del trueque, ya comercializan la papa andina en el centro de la ciudad y hasta exportan a otras provincias. Su trabajo se ha organizado a través de la cooperativa Tekimasi, que nuclea a unos 30 productores de los cerros,aunque se estima que existen en la zona el doble de pequeños productores rurales.

Oda a la papa andina

Overa, negra, churqueña, morada, colorada, imilla, cuarentilla, señorita. La variedad de papas andinas es inmensa. "Es un producto que hasta hace unos años estaba muy desvalorizado pero que hoy es más buscado y con el que se pueden hacer muchas comidas como ñoquis, puré, papas fritas o muchas otras. Es muy nutritiva", dice Esteban Vilca, quien también comentó que la gente de la Quebrada ha podido crecer y quiere más su tierra desde que se incentiva esta producción. "Esperamos que las producciones sigan creciendo para que puedan expandirse todavía más", anheló el productor.
"Papa,/ te llamas,/ papa/ y no patata,/ no naciste con barba,/ no eres castellana:/ eres oscura/ como nuestra piel,/ somos americanos,/ papa/ somos indios.", escribió Pablo Neruda en su poema Oda a la papa andina, en la que también la llama "tesoro interminable de los pueblos". Esa conciencia certera, quizás, fue la misma que tuvo el padre Chifri cuando soñó con ayudar -todavía más- a su gente.

"Donde siempre sale el sol"

La Fundación Alfarcito apoya y asiste a la concreción de los proyectos del Complejo Alfarcito, que se traducen en tareas constructivas, requerimientos del colegio secundario, del predio deportivo y recreativo, del centro de artesanías, de los talleres de capacitación y de emprendimientos productivos. Da contención a 25 comunidades, 18 escuelas primarias y un colegio secundario albergue.

Financia e implementa cursos de capacitación dirigidos a las comunidades de la Quebrada del Toro y especialmente a docentes, artesanos y productores. Impulsa el funcionamiento de otros centros artesanales en la región y acompaña diversos proyectos comunitarios.

Para colaborar se pueden hacer donaciones en dinero y por débito automático, donaciones en especies y voluntariados programados. Para contactarse: 155826741, [email protected], www.fundación alfarcito.org.ar.

"El sueño del padre Chifri", los primeros egresados

El sueño está muy cerca de hacerse realidad. En pocos meses, 31 alumnos del colegio secundario albergue de El Alfarcito terminarán sus estudios secundarios. "El sueño del padre Chifri" es el nombre que ellos, los estudiantes, le pusieron a la primera promoción que egresará de la institución. Ese es, también, un sueño compartido por todos los que forman parte de la comunidad que ayer los agasajaron en el marco de la IV Feria y Fiesta de la Papa Andina.

Sonríen al recordar a ese hombre que les ha dado tanto. En diálogo con El Tribuno, varios de ellos contaron cómo lo recuerdan, qué es lo que han aprendido de su obra y cuáles son sus anhelos para el futuro. Rocío dice que la posibilidad de estudiar es algo que valora mucho y que planea continuar formándose en el nivel superior. Rocío quiere ser enfermera. Dice que estudiará en la capital salteña y luego regresará a El Alfarcito. Le gustaría poder ayudar a la gente del paraje. Ella no quiere dejar su lugar. Benjamín, en cambio, quiere anotarse en turismo, para que más gente conozca la Quebrada del Toro. Todos tienen proyectos.

"Un espíritu especial"

Quienes trabajan en la escuela y la fundación dicen que el legado, además de la obra misma, es la voluntad y el entusiasmo por seguir trabajando para cumplir más y más sueños.

"Uno lo dice y quizás suena a frase hecha pero éste realmente es un sueño hecho realidad", insiste la directora de la institución, Claudia Jovanovich. "Para mí este lugar es un paraíso, tiene un espíritu especial. Es una bendición estar acá", expresó.

"Lo más importante de la obra del padre Chifri es que para mucha gente de estos parajes significó dejar de sentir que viven una situación de inferioridad de condiciones que en otros lugares. Les mostró verdaderamente que vivir acá es tan hermoso como vivir en cualquier parte del mundo, mientras uno puesa encontrar la propia identidad", dijo el padre Walter Medina. "Antes que un colegio, este es un hogar que le dio a los chicos la posibilidad de compartir con pares", concluyó Medina.
Actualmente 160 chicos viven y estudian en el colegio albergue de El Alfarcito.

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