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El 25% de los femicidios son cometidos por exparejas

Sabado, 16 de agosto de 2014 11:30
Imagen ilustrativa - producción de fotos de alumnos del colegio Tomás Cabrera
El asesinato a puñaladas de Carolina Giardino se sumó a una serie de femicidios, que según una estadística de la ONG Casa del Encuentro, en uno de cada cuatro casos son cometidos por ex parejas. Carolina Giardino, de 44 años, fue asesinada frente a su hijo Joaquín que tiene síndrome de down, por su pareja en la localidad bonaerense de Pilar. En los estudios estadísticos sobre esta problemática que realiza el Observatorio de Femicidios de La Casa del Encuentro desde 2008 se mantiene con regularidad que un cuarto de los casos tienen como protagonistas a exmaridos o novios de las víctimas asesinadas. En el último trabajo, del año pasado, la cifra global de femicidios fue de 295 episodios, de los cuales 72 resultaron perpetrados por ex. En diálogo con Diario Popular, Ada Rico, coordinadora de La Casa del Encuentro, puso énfasis también en que el femicidio de Carolina se produjo con "esa variable que son los hijos, utilizados para lograr el objetivo final, que es matar a la mujer", precisando que "esta modalidad lamentablemente se observa en muchísimos casos que analizamos, bajo la excusa de entregar un juguete, de verlo por cualquier razón o entregar dinero". El hecho que tiene como víctima a Carolina ocurrió en territorio de la provincia de Buenos Aires, donde el año pasado se registraron 89 casos, que representan nada menos que el 30% de todos los femicidios del país. Pero hay más datos que convierten al hecho en un exponente tristemente "clásico" de las violencias hacia las mujeres, porque la víctima tenía 44 años, rango de edad que en 2013 tuvo a 94 víctimas, más de un tercio de la totalidad. También debe sumarse que fue apuñalada, una modalidad de ataque está en segundo lugar con 64 casos, debajo de las 83 mujeres que murieron baleadas. Asimismo, el crimen de Carolina se agrega a los hechos donde existía denuncia previa contra el agresor, con 32 hechos el año último. "Estos hechos se pueden analizar, interpretar, explicar o fundamentar de muchas formas, pero el eje central es el varón violento, que considera a la mujer de su propiedad, como un objeto de su pertenencia. En los femicidios ocurre la secuencia de la mujer que, agotada por las golpizas, del maltrato y la humillación, decide terminar con la relación, y allí aparece la reacción del hombre que no permite que ella siga con su vida, entonces la destruye", explicó Rico. Para la experta de La Casa del Encuentro, "esa mujer que decidió por su cuenta culminar una relación violenta, desde su individualidad, luego se enfrenta a situaciones extremas, con el agravante de que no es escuchada y tampoco protegida por las instituciones". "Cuando hay alertas, como en el caso de Carolina, los varones no deberían tener la chance del acercamiento libre. Es el violento quien debería ser aislado o controlado, y no la mujer victimizada. Porque lo que ocurre es que las mujeres golpeadas, amenazadas, con miedo, se recluyen en sus casas, no pueden salir, mientras sus ex parejas andan libres, planeando el próximo ataque, incluso el que puede ser letal", dijo. Finalmente, la experta pidió "mayor compromiso para que haya más refugios en el país donde alojar a mujeres victimizadas y sus hijos, y voluntad judicial para que las denuncias se acompañen con medidas efectivas, que eviten el peor desenlace, como el que tuvo Carolina". En marzo, la organización La Casa del Encuentro presentó un anteproyecto de ley en el Congreso de la Nación con el objetivo de modificar el Código Penal y que los varones condenados por femicidio no tengan el beneficio de la patria potestad de sus hijos. "Exigimos que pierda esa potestad de manera inmediata, porque lo que tenemos actualmente son hechos de hombres que matan a la madre de sus hijos, cumplen un tiempo en la cárcel y al lograr la libertad se quedan con los chicos. También planteamos que los hijos de mujeres asesinadas deben recibir una pensión porque en general quedan con sus abuelas y abuelos, con necesidades económicas muy grandes, que se suman al dolor del crimen espantoso. Y la crueldad de tantas situaciones donde los hermanitos son separados por esta razón,", concluyó Ada Rico.
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El asesinato a puñaladas de Carolina Giardino se sumó a una serie de femicidios, que según una estadística de la ONG Casa del Encuentro, en uno de cada cuatro casos son cometidos por ex parejas. Carolina Giardino, de 44 años, fue asesinada frente a su hijo Joaquín que tiene síndrome de down, por su pareja en la localidad bonaerense de Pilar. En los estudios estadísticos sobre esta problemática que realiza el Observatorio de Femicidios de La Casa del Encuentro desde 2008 se mantiene con regularidad que un cuarto de los casos tienen como protagonistas a exmaridos o novios de las víctimas asesinadas. En el último trabajo, del año pasado, la cifra global de femicidios fue de 295 episodios, de los cuales 72 resultaron perpetrados por ex. En diálogo con Diario Popular, Ada Rico, coordinadora de La Casa del Encuentro, puso énfasis también en que el femicidio de Carolina se produjo con "esa variable que son los hijos, utilizados para lograr el objetivo final, que es matar a la mujer", precisando que "esta modalidad lamentablemente se observa en muchísimos casos que analizamos, bajo la excusa de entregar un juguete, de verlo por cualquier razón o entregar dinero". El hecho que tiene como víctima a Carolina ocurrió en territorio de la provincia de Buenos Aires, donde el año pasado se registraron 89 casos, que representan nada menos que el 30% de todos los femicidios del país. Pero hay más datos que convierten al hecho en un exponente tristemente "clásico" de las violencias hacia las mujeres, porque la víctima tenía 44 años, rango de edad que en 2013 tuvo a 94 víctimas, más de un tercio de la totalidad. También debe sumarse que fue apuñalada, una modalidad de ataque está en segundo lugar con 64 casos, debajo de las 83 mujeres que murieron baleadas. Asimismo, el crimen de Carolina se agrega a los hechos donde existía denuncia previa contra el agresor, con 32 hechos el año último. "Estos hechos se pueden analizar, interpretar, explicar o fundamentar de muchas formas, pero el eje central es el varón violento, que considera a la mujer de su propiedad, como un objeto de su pertenencia. En los femicidios ocurre la secuencia de la mujer que, agotada por las golpizas, del maltrato y la humillación, decide terminar con la relación, y allí aparece la reacción del hombre que no permite que ella siga con su vida, entonces la destruye", explicó Rico. Para la experta de La Casa del Encuentro, "esa mujer que decidió por su cuenta culminar una relación violenta, desde su individualidad, luego se enfrenta a situaciones extremas, con el agravante de que no es escuchada y tampoco protegida por las instituciones". "Cuando hay alertas, como en el caso de Carolina, los varones no deberían tener la chance del acercamiento libre. Es el violento quien debería ser aislado o controlado, y no la mujer victimizada. Porque lo que ocurre es que las mujeres golpeadas, amenazadas, con miedo, se recluyen en sus casas, no pueden salir, mientras sus ex parejas andan libres, planeando el próximo ataque, incluso el que puede ser letal", dijo. Finalmente, la experta pidió "mayor compromiso para que haya más refugios en el país donde alojar a mujeres victimizadas y sus hijos, y voluntad judicial para que las denuncias se acompañen con medidas efectivas, que eviten el peor desenlace, como el que tuvo Carolina". En marzo, la organización La Casa del Encuentro presentó un anteproyecto de ley en el Congreso de la Nación con el objetivo de modificar el Código Penal y que los varones condenados por femicidio no tengan el beneficio de la patria potestad de sus hijos. "Exigimos que pierda esa potestad de manera inmediata, porque lo que tenemos actualmente son hechos de hombres que matan a la madre de sus hijos, cumplen un tiempo en la cárcel y al lograr la libertad se quedan con los chicos. También planteamos que los hijos de mujeres asesinadas deben recibir una pensión porque en general quedan con sus abuelas y abuelos, con necesidades económicas muy grandes, que se suman al dolor del crimen espantoso. Y la crueldad de tantas situaciones donde los hermanitos son separados por esta razón,", concluyó Ada Rico.

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