Acaricia la pantalla del celular de su marido, donde tiene la foto del nene y recuerda cada detalle de los últimos días que lo tuvo en brazos, justo cuando cumplió un año, el 28 de enero, un día antes de morir.
Según el certificado de defunción, fue por un shock séptico.
La culpa es de las madres
El domingo 24 de enero Tiziano estaba con fiebre, por lo que Milagros del Carmen Gareca y su esposo, Víctor Ariel Rivera, lo llevaron a la guardia. "Como por el dengue se recomienda que apenas se detecta fiebre hay que ir al hospital, llevamos a mi bebé. Me atendió el doctor Sergio Agero, lo revisó y me recetó dos medicamentos. La enfermera Cecilia Cardozo le colocó el inyectable y regresamos, pero a la hora comencé a ver que donde tenía el pinchazo apareció una mancha oscura. A la mañana temprano saqué turno y lo vio la doctora Portal, me dijo que era normal porque el medicamento era fuerte. Friccionalo con limón", me aconsejó.
El bebé siguió molesto y con fiebre, por lo que el 27 regresaron al hospital; la mancha se había extendido por toda la colita del bebé y se le hinchó la pierna. La doctora Esper me dijo que tenía infección urinaria, pero según los análisis que ella vio, salieron normal y me mandaron a casa. El 28 estaba todo hinchado y desesperada volví al hospital. Lo vieron la doctora Gladys Paredes y el doctor Arias. "Tiene un absceso'' me contestaron, mientras Arias estaba enojado conmigo y me dijo que "eso pasa porque las madres, por cómodas, los traen a las guardias para que les den un pinchazo'', me reprochó. Quise explicar, pero no me escuchó. Pedí que lo internen, pero se negó terminantemente. Estaba tan angustiada que fui a ver a la agente sanitaria que lo controlaba a mi bebé y cuando ella lo vio se asustó. Me dijo que lo iba a llevar por guardia para que lo internen porque el bebé estaba mal y solo así logré que lo internaran".
Todos los diagnósticos
Milagros recuerda con lujo de detalles a los médicos, horarios y diagnósticos. "El doctor Trigal dijo que estaba deshidratado, Fernández decía que no, los doctores Paccari y Rezzónico decían otra cosa. Yo les rogaba a todos que lo deriven a Salta y se negaron. "Lo que le van hacer en Salta es lo mismo que le vamos hacer acá'', me respondió la doctora Paredes y me dijo que a mi bebé le había ingresado una bacteria cuando le pusieron la inyección.. "Eso le puede pasar a cualquiera''. dijo".
El 29 el bebé estaba gravísimo y ese día accedieron a trasladarlo a Salta, pero Tiziano murió antes de que el avión aterrizara en la capital. "Durante el vuelo trataron de reanimarlo, lo entubaron, no sé cuántas cosas le hicieron. El médico que iba con nosotros en el avión me dijo que había hecho todo lo posible. Estaba muy enojado y me dijo que los médicos en Tartagal siempre hacen lo mismo, que derivan a los pacientes cuando ya se están muriendo para sacarse la responsabilidad de encima".
Dolor y angustia
Milagros fue trasladada con su bebé sin vida hacia la morgue del hospital San Bernardo, donde quedó esperando que alguien la ayudara a regresar a Tartagal. "Me dijeron que eso lo tenía que resolver Acción Social, pero en el San Bernardo no entendían por qué no lo habían llevado al Hospital Materno Infantil. Según el médico que me llevó con mi bebé muerto en brazos, la morgue del Materno no funcionaba. Me senté llorando desesperada con mi hijo en brazos en la puerta de la morgue porque no sabía qué hacer. Es testigo de todo esto el encargado de la morgue, que se compadecía conmigo pero no sabía cómo ayudarme".
Y continuó su relato: "Aproximadamente a las 23 se me ocurrió llamar a la periodista de Tartagal Mabel Carrizo y le conté lo que me había pasado. Me dijo que hablaría con el diputado Lucas Cisneros y finalmente él me llamó por teléfono y me mandó a su secretaria. Gracias a estas personas pude traer a enterrar a mi hijo a Tartagal".
Milagros, desde su humilde casa en el bario San Silvestre, llora casi en silencio, acaricia el cuadernito en el que tiene pegada cada receta e indicación médica y asegura que con el apoyo de su marido "vamos a luchar hasta el último día de nuestras vidas para que se haga justicia. Ahora la tristeza no me deja, pero sé que mi Tiziano me ayudará a buscar la verdad y que los responsables de haberme arrebatado a mi hijo paguen por lo que hicieron y sobre todo para que ninguna otra mamá tenga que sufrir como yo estoy sufriendo".
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Acaricia la pantalla del celular de su marido, donde tiene la foto del nene y recuerda cada detalle de los últimos días que lo tuvo en brazos, justo cuando cumplió un año, el 28 de enero, un día antes de morir.
Según el certificado de defunción, fue por un shock séptico.
La culpa es de las madres
El domingo 24 de enero Tiziano estaba con fiebre, por lo que Milagros del Carmen Gareca y su esposo, Víctor Ariel Rivera, lo llevaron a la guardia. "Como por el dengue se recomienda que apenas se detecta fiebre hay que ir al hospital, llevamos a mi bebé. Me atendió el doctor Sergio Agero, lo revisó y me recetó dos medicamentos. La enfermera Cecilia Cardozo le colocó el inyectable y regresamos, pero a la hora comencé a ver que donde tenía el pinchazo apareció una mancha oscura. A la mañana temprano saqué turno y lo vio la doctora Portal, me dijo que era normal porque el medicamento era fuerte. Friccionalo con limón", me aconsejó.
El bebé siguió molesto y con fiebre, por lo que el 27 regresaron al hospital; la mancha se había extendido por toda la colita del bebé y se le hinchó la pierna. La doctora Esper me dijo que tenía infección urinaria, pero según los análisis que ella vio, salieron normal y me mandaron a casa. El 28 estaba todo hinchado y desesperada volví al hospital. Lo vieron la doctora Gladys Paredes y el doctor Arias. "Tiene un absceso'' me contestaron, mientras Arias estaba enojado conmigo y me dijo que "eso pasa porque las madres, por cómodas, los traen a las guardias para que les den un pinchazo'', me reprochó. Quise explicar, pero no me escuchó. Pedí que lo internen, pero se negó terminantemente. Estaba tan angustiada que fui a ver a la agente sanitaria que lo controlaba a mi bebé y cuando ella lo vio se asustó. Me dijo que lo iba a llevar por guardia para que lo internen porque el bebé estaba mal y solo así logré que lo internaran".
Todos los diagnósticos
Milagros recuerda con lujo de detalles a los médicos, horarios y diagnósticos. "El doctor Trigal dijo que estaba deshidratado, Fernández decía que no, los doctores Paccari y Rezzónico decían otra cosa. Yo les rogaba a todos que lo deriven a Salta y se negaron. "Lo que le van hacer en Salta es lo mismo que le vamos hacer acá'', me respondió la doctora Paredes y me dijo que a mi bebé le había ingresado una bacteria cuando le pusieron la inyección.. "Eso le puede pasar a cualquiera''. dijo".
El 29 el bebé estaba gravísimo y ese día accedieron a trasladarlo a Salta, pero Tiziano murió antes de que el avión aterrizara en la capital. "Durante el vuelo trataron de reanimarlo, lo entubaron, no sé cuántas cosas le hicieron. El médico que iba con nosotros en el avión me dijo que había hecho todo lo posible. Estaba muy enojado y me dijo que los médicos en Tartagal siempre hacen lo mismo, que derivan a los pacientes cuando ya se están muriendo para sacarse la responsabilidad de encima".
Dolor y angustia
Milagros fue trasladada con su bebé sin vida hacia la morgue del hospital San Bernardo, donde quedó esperando que alguien la ayudara a regresar a Tartagal. "Me dijeron que eso lo tenía que resolver Acción Social, pero en el San Bernardo no entendían por qué no lo habían llevado al Hospital Materno Infantil. Según el médico que me llevó con mi bebé muerto en brazos, la morgue del Materno no funcionaba. Me senté llorando desesperada con mi hijo en brazos en la puerta de la morgue porque no sabía qué hacer. Es testigo de todo esto el encargado de la morgue, que se compadecía conmigo pero no sabía cómo ayudarme".
Y continuó su relato: "Aproximadamente a las 23 se me ocurrió llamar a la periodista de Tartagal Mabel Carrizo y le conté lo que me había pasado. Me dijo que hablaría con el diputado Lucas Cisneros y finalmente él me llamó por teléfono y me mandó a su secretaria. Gracias a estas personas pude traer a enterrar a mi hijo a Tartagal".
Milagros, desde su humilde casa en el bario San Silvestre, llora casi en silencio, acaricia el cuadernito en el que tiene pegada cada receta e indicación médica y asegura que con el apoyo de su marido "vamos a luchar hasta el último día de nuestras vidas para que se haga justicia. Ahora la tristeza no me deja, pero sé que mi Tiziano me ayudará a buscar la verdad y que los responsables de haberme arrebatado a mi hijo paguen por lo que hicieron y sobre todo para que ninguna otra mamá tenga que sufrir como yo estoy sufriendo".