La cepa de influenza que circula por estas horas es la misma que la de la pandemia de 2009, por lo que vacunarse resulta una medida de prevención fundamental. Salta fue una de las primeras zonas del país donde hubo pacientes afectados por el virus.
"Enviamos al Ministerio de Salud un informe diario de la cantidad de casos. No tengo un recuento claro, pero seguro son más de 300 desde febrero", dijo a El Tribuno la responsable de la Vigilancia Laboratorial, Viviana Raskovsky, quien además integra la red de influenza y otros virus respiratorios de Argentina.
"Lo que preocupa ahora es que es la misma cepa del 2009. Por eso se recomienda la vacuna como una forma de prevenir todos los virus", agregó la bioquímica.
El faltante
Desde hace más de una semana, no hay dosis disponibles en la mayoría de las farmacias de Salta. El sotck previsto por los propietarios de estos locales se vio ampliamente superado por la demanda.
Recién la semana que viene habría una nueva provisión en los negocios del rubro. Por lo pronto, las miradas apuntan a los laboratorios encargados de la distribución.
"Esperamos que esto se solucione en los próximos días. Realmente no teníamos prevista la demanda que se presentaría y creo que tiene mucho que ver con la difusión del tema y la cantidad de personas afectadas", dijo Isabel Martínez, referente del ámbito farmaceútico local.
Desde las más grandes hasta las barriales, las farmacias se encuentran hace varios días sin dosis antigripales. La gente arrasó con las vacunas, que hasta antes del faltante tenían un valor de entre 225 y 235 pesos.
En algunos centros de salud no se encontraban vacunas hasta ayer.
El organismo está a la espera de que se completen las 250 mil dosis previstas para la cobertura de lo que se denomina "grupo de riesgo": embarazadas, puérperas que no se vacunaron durante el embarazo ni hasta 10 días después del parto, niños de seis meses a dos años y mayores de 65 años.
También son vulnerables los niños y adultos de 2 a 64 años con enfermedades crónicas, respiratorias o cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes renales, oncohematológicos, trasplantados, obesos mórbidos y diabéticos.
En el sector público
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La cepa de influenza que circula por estas horas es la misma que la de la pandemia de 2009, por lo que vacunarse resulta una medida de prevención fundamental. Salta fue una de las primeras zonas del país donde hubo pacientes afectados por el virus.
"Enviamos al Ministerio de Salud un informe diario de la cantidad de casos. No tengo un recuento claro, pero seguro son más de 300 desde febrero", dijo a El Tribuno la responsable de la Vigilancia Laboratorial, Viviana Raskovsky, quien además integra la red de influenza y otros virus respiratorios de Argentina.
"Lo que preocupa ahora es que es la misma cepa del 2009. Por eso se recomienda la vacuna como una forma de prevenir todos los virus", agregó la bioquímica.
El faltante
Desde hace más de una semana, no hay dosis disponibles en la mayoría de las farmacias de Salta. El sotck previsto por los propietarios de estos locales se vio ampliamente superado por la demanda.
Recién la semana que viene habría una nueva provisión en los negocios del rubro. Por lo pronto, las miradas apuntan a los laboratorios encargados de la distribución.
"Esperamos que esto se solucione en los próximos días. Realmente no teníamos prevista la demanda que se presentaría y creo que tiene mucho que ver con la difusión del tema y la cantidad de personas afectadas", dijo Isabel Martínez, referente del ámbito farmaceútico local.
Desde las más grandes hasta las barriales, las farmacias se encuentran hace varios días sin dosis antigripales. La gente arrasó con las vacunas, que hasta antes del faltante tenían un valor de entre 225 y 235 pesos.
En algunos centros de salud no se encontraban vacunas hasta ayer.
El organismo está a la espera de que se completen las 250 mil dosis previstas para la cobertura de lo que se denomina "grupo de riesgo": embarazadas, puérperas que no se vacunaron durante el embarazo ni hasta 10 días después del parto, niños de seis meses a dos años y mayores de 65 años.
También son vulnerables los niños y adultos de 2 a 64 años con enfermedades crónicas, respiratorias o cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes renales, oncohematológicos, trasplantados, obesos mórbidos y diabéticos.