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Siete de cada 10 personas “sextea” en su horario laboral    

Una encuesta revela que al menos se toman diez minutos para mandar mensajes sobre sexo. En el mundo sigue avanzando la práctica del sexting. 
Sabado, 11 de noviembre de 2017 18:24

La combinación entre erotismo y redes sociales se expande a casi todos los ámbitos de la vida. Según una encuesta que se realizó entre tres mil usuarios en el mundo, el 69% aseguró que se toma unos diez minutos en su trabajo para enviar mensajes sobre asuntos íntimos.
En un artículo publicado por La Nación se aclara que el “sexteo” no es lo mismo que hacer “sexting”. La primera “es una dispersión tan natural y necesaria como levantarse del escritorio para ir al baño o salir a fumar, por lo que no es causal de sanciones ni de observaciones por parte del jefe. Si así fuera, hasta el último gerente de una oficina sería despedido”.
El sexting consiste en el envió de fotografías o videos eróticos del emisor del mensaje, generalmente a través de celulares o redes sociales. 

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La combinación entre erotismo y redes sociales se expande a casi todos los ámbitos de la vida. Según una encuesta que se realizó entre tres mil usuarios en el mundo, el 69% aseguró que se toma unos diez minutos en su trabajo para enviar mensajes sobre asuntos íntimos.
En un artículo publicado por La Nación se aclara que el “sexteo” no es lo mismo que hacer “sexting”. La primera “es una dispersión tan natural y necesaria como levantarse del escritorio para ir al baño o salir a fumar, por lo que no es causal de sanciones ni de observaciones por parte del jefe. Si así fuera, hasta el último gerente de una oficina sería despedido”.
El sexting consiste en el envió de fotografías o videos eróticos del emisor del mensaje, generalmente a través de celulares o redes sociales. 

Lo que se cuenta

Según la encuesta del sexteo, el contenido de los mensajes varían. Algunos son el raconto detallado de lo que fue una noche lujuriosa o bien un simple relato con pedido de consejo, pues si algo aporta es la perspectiva de quién nos ve de afuera. El 55% de los consultados admitió haber “sexteado” con un compañero de trabajo para contar detalles de sus experiencias sentimentales, el 62,4 % dice pedirle consejos y el 68,5% confiesa haberlos dado oportunamente. Y por supuesto el 49% admite coquetear vía Messenger con algún compañero/a, aunque la mayoría coincide en que lo apropiado es continuar el contacto fuera del horario y el ambiente profesional.
Entre otros datos, la estadística revela que el 70% de los hombres y mujeres buscan pareja mientras está en la oficina. El 34,1% de los hombres solteros dedica entre 5 a 10 minutos en medio de su jornada a chequear las aplicaciones de citas, algo que hace 43,1% de las mujeres. 

En el mundo

El sexting es una realidad. Los mensajes de contenido sexual están a la orden del día. La confianza en la persona a la que se mandan esos mensajes puede tornarse en pesadilla. En 2016, un estudio entre adultos estadounidenses (entre 21 y 75 años) concluía que un 23% habían enseñado a otras personas las imágenes y mensajes subidos de tono que otros le habían mandado, algo que no agradaba al 73% de los encuestados.
Ya en 2015, según publicó Eldiario.es, un estudio de la Universidad de Drexel, en Filadelfia, concluyó que cuatro de cada cinco estadounidenses adultos habían mandado o recibido este tipo de mensajes. 
Amy Adele Hasinoff, una investigadora estadounidense que se ha propuesto dar las indicaciones necesarias para sextear con seguridad, dijo: “Asegurarte de que tienes siempre consentimiento para todo lo que estás haciendo, porque quizá otras personas no quieren recibir una foto sexual tuya o que tú divulgues las que te han mandado”.
“Es lo mismo que debes hacer con cualquier tipo de comportamiento sexual‘, añade, e incluso lo que debería hacerse, por ejemplo, antes de compartir la imagen de una fiesta en la que aparecen otras personas. Si no preguntas estás violando su privacidad”, agregó la especialista. Hasinoff quiere trasladar el debate sobre la cuestión moral a la privacidad, donde los gigantes de internet tendrían mucho que decir: ‘Creo que las empresas tecnológicas pueden hacer más por permitir a sus usuarios que protejan su privacidad, porque ahora mismo el modo en que las redes sociales funcionan es que cuanto más compartes, más dinero gana la compañía‘, nos cuenta.
Además, cuando sucede alguna desgracia o las imágenes se filtran, se tiende a señalar a la persona que tomó las fotos (sobre todo si es mujer) como la culpable, olvidando que, en realidad, es una víctima, agregó. 

Conductas modernas que necesitan de precauciones

  1. Piénsatelo antes de enviar. Lo que publicas online o sale de tu propio móvil se convierte en irrecuperable, escapa para siempre de tu control y puede llegar a cualquiera en cualquier momento. Lo que ahora quieres mostrar de ti, mañana puede que no te guste. A quien se lo envías hoy, quizás mañana no sea tu amigo. Además cada vez hay más webs que se dedican a recopilar y difundir estas imágenes: tu desnudo podría acabar en uno de ellos.
  2. Desnudez y minoría de edad, delito de pornografía infantil. La pornografía infantil es un delito cuando se crea, se posee o se distribuye. Se considera pornografía infantil la protagonizada por quien no ha cumplido los 18 años. Si te llegan este tipo de imágenes, bórralas de inmediato. Si crees que su difusión está dañando a alguien, ponlo antes en conocimiento de una persona adulta.
  3. La imagen es un dato personal cuyo uso está protegido por la Ley. La imagen de alguien no se puede utilizar sin el consentimiento de la persona implicada. En ciertos casos hace falta incluso otro tipo de autorizaciones. No lo olvides. Si hay problemas, esto puede ponerse sobre la mesa y comprometerte.
  4. Recibir o tomar una imagen de una persona no te da derecho a distribuirla. El hecho de contar con una imagen (fotografía o vídeo) en tu teléfono móvil no significa que tengas derecho a hacer con ella lo que quieras. Son cosas diferentes. Incluso si te dieron permiso para tomar la imagen, no significa que la puedas enviar a terceros.
  5. La Ley actúa siempre, también para los menores, con Internet y los móviles. Que todo el mundo lo haga, que consideres que no van a poder identificarte, o que seas menor de edad no te libra del peso de la justicia. Las leyes están para protegerte y por eso actúan en todos los ámbitos. También protegen a los demás, y te pedirán cuentas si no respetas las reglas.
  6. No participes con tu acción, tu risa o tu omisión. Cuando el sexting deriva en humillación y acoso colectivo, la víctima sufre un daño enorme, un sufrimiento extremo. Si lo promueves y lo jaleas, eres responsable. Si te callas, tu silencio ayuda a quien acosa y hiere a la víctima.

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