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El gasto y la deuda de los clubes salteños que buscan ascender    

Juventud, Gimnasia y Tiro y Central Norte desembolsan miles de pesos mes a mes. Sueldos, viajes, concentraciones, viviendas y comidas nutren los presupuestos del fútbol.
Sabado, 18 de noviembre de 2017 23:02

Para ascender, para salir del olvido e instalarse en los planos principales del fútbol desfilan miles y miles de pesos todos los meses, unos cuantos millones por campeonato. Y esa es la única meta, razón y obsesión que persiguen los principales clubes de Salta. Porque todos los esfuerzos van en esa dirección. Pegar el salto de categoría aunque las consecuencias sean negativas, pero nunca dejar de intentarlo. 
Y todo tiene un costo, lógicamente, que se paga durante o al final del camino. Juventud Antoniana, Gimnasia y Tiro y Central Norte se ven obligados a cubrir presupuestos elevados como ocurre en los principales clubes de las otras provincias, que buscan lo mismo. No parece haber otra forma. 
Todo esto, con el desgaste de la paciencia de los hinchas, el poco interés y la deserción que se registran en las canchas, tal cual lo reflejó El Tribuno con un informe al respecto hace poco tiempo, se vuelve asfixiante el panorama de los tres. 
La inversión es riesgosa. Si después de nueve o diez meses de competencia (seis meses en el caso de Central) no se cumple el objetivo, es decir, el siempre anhelado ascenso, cada peso destinado al fútbol mayor de estas instituciones se transforma en un enorme gasto. Casi en un despilfarro. Pero no ha habido otra manera. No les queda otra que arriesgar, como lo han hecho los dirigentes de distintas generaciones.
Los tres clubes populares de esta ciudad gastan mensualmente un caudal de dinero que se destina principalmente en jugadores con cotización de rango profesional, con contratos privados y los que la AFA exige a los clubes del Federal A, cuya muchedumbre viene de afuera, de otros pagos.
Si bien hoy es una locura y una irresponsabilidad grande delinear un presupuesto en base a las recaudaciones, estas no dejan de ser importantes para el normal funcionamiento operativo del fútbol de los clubes. Si la gente acompañaría a sus equipos en buena medida, hoy no serían noticias los sueldos impagos, los retrasos y las deudas que se generan. La otra cuota grande de responsabilidad pasa por el ingenio de quienes conducen los clubes, pues poco alcanza con la ayuda que proporciona el Gobierno ni los sponsors.

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Para ascender, para salir del olvido e instalarse en los planos principales del fútbol desfilan miles y miles de pesos todos los meses, unos cuantos millones por campeonato. Y esa es la única meta, razón y obsesión que persiguen los principales clubes de Salta. Porque todos los esfuerzos van en esa dirección. Pegar el salto de categoría aunque las consecuencias sean negativas, pero nunca dejar de intentarlo. 
Y todo tiene un costo, lógicamente, que se paga durante o al final del camino. Juventud Antoniana, Gimnasia y Tiro y Central Norte se ven obligados a cubrir presupuestos elevados como ocurre en los principales clubes de las otras provincias, que buscan lo mismo. No parece haber otra forma. 
Todo esto, con el desgaste de la paciencia de los hinchas, el poco interés y la deserción que se registran en las canchas, tal cual lo reflejó El Tribuno con un informe al respecto hace poco tiempo, se vuelve asfixiante el panorama de los tres. 
La inversión es riesgosa. Si después de nueve o diez meses de competencia (seis meses en el caso de Central) no se cumple el objetivo, es decir, el siempre anhelado ascenso, cada peso destinado al fútbol mayor de estas instituciones se transforma en un enorme gasto. Casi en un despilfarro. Pero no ha habido otra manera. No les queda otra que arriesgar, como lo han hecho los dirigentes de distintas generaciones.
Los tres clubes populares de esta ciudad gastan mensualmente un caudal de dinero que se destina principalmente en jugadores con cotización de rango profesional, con contratos privados y los que la AFA exige a los clubes del Federal A, cuya muchedumbre viene de afuera, de otros pagos.
Si bien hoy es una locura y una irresponsabilidad grande delinear un presupuesto en base a las recaudaciones, estas no dejan de ser importantes para el normal funcionamiento operativo del fútbol de los clubes. Si la gente acompañaría a sus equipos en buena medida, hoy no serían noticias los sueldos impagos, los retrasos y las deudas que se generan. La otra cuota grande de responsabilidad pasa por el ingenio de quienes conducen los clubes, pues poco alcanza con la ayuda que proporciona el Gobierno ni los sponsors.

“Sobrevivimos como podemos todos los meses, tocamos timbres de amigos, buscamos con criterios como generar algún tipo de recurso para paliar la situación. Pero realmente es muy difícil” (José Muratore, presidente de Juventud.

En el análisis individual, comenzamos con Juventud Antoniana. El club santo, por ejemplo, destina para el plantel que compite en el Federal A la suma de 720 mil pesos en conceptos de sueldos a jugadores y cuerpo técnico, según contó su presidente Pepe Muratore. El atraso salarial en Lerma y San Luis hasta a la fecha es de un mes, siempre de acuerdo a la palabra del presidente, ya que hace pocos días se achicó un 20 % de septiembre. Y el mes de octubre vence mañana, con lo cual el club santo ya está debiendo nuevamente casi dos meses (80% de septiembre y octubre completo).
Lo sorprendente es que Juventud cubre dicho monto, más los viajes, concentraciones y alquileres de viviendas de algunos jugadores (ver recuadro), con lo que recibe del subsidio del Estado, 280 mil pesos, más el aporte de sponsors y otros ingresos menores que proporcionan los alquileres de los locales de la Lerma (alguna vez Muratore fue muy criticado por esto), más los socios. La ecuación igualmente no cierra del todo pero el titular antoniano asegura que “tocamos timbres de amigos para sobrevivir”. 
El santo, además, debería recibir mensualmente 200 mil pesos por parte de la AFA (reparto de la TV), pero como tiene una deuda que data de 2005, la casa mayor del fútbol le retiene ese dinero.
El aporte de los sponsors y la publicidad estática que explotan en Lerma y San Luis también es escaso. La mayoría paga de manera anual un valor cercano a los 35 mil pesos. Algunos lo hacen en un solo pago, otros en hasta en 10 cuotas.

En Central Norte, ese otro club que mueve multitudes hoy ausentes, también se las rebusca para completar sus obligaciones a fin de mes. Los sueldos se pagan del 10 al 20 y en cuestión de días horas volverá a ser de dos meses el atraso. El plantel cuervo amagó en un par de ocasiones en hacer un paro. Un reclamo aceptado por la dirigencia que, a su vez, pide paciencia teniendo en cuenta el retraso de los pagos que vienen desde el Grand Bourg, tal cual lo sufren también las otras instituciones. Para los del Federal B son 140 mil pesos por mes que les da la Provincia. 

“Estamos bien, solo tenemos un problema financiero, no tenemos liquido ahora, tenemos para cobrar a futuro y sabemos que en los play-off la gente va a concurrir a la cancha. Central siempre cumplió” (Héctor De Francesco, presidente de Central Norte).

Además, Central recibe aproximadamente 90 mil pesos mensuales de aportes privados, mientras que su masa societaria le inyecta al fútbol un monto cercano a los 300 mil pesos. Otra porción se obtiene de los alquileres del club y la cuota societaria de las distintas disciplinas como el vóley, el hockey y las inferiores, los que también se afectan a los gastos operativos del club. 
“Estamos bien, solo tenemos un problema financiero, no tenemos liquido ahora, tenemos para cobrar y sabemos que en los play-offs la gente va a apoyar (mejorarán las recaudaciones)”, dijo el presidente Héctor De Francesco, pese a la deuda con los jugadores y cuerpo técnico que es estable, pero ahí está.
Central le destina a su plantel y cuerpo técnico unos 500 mil pesos por mes, a lo que se suma la erogación mensual de 60 mil pesos cada vez que viaja a Tucumán, más 80 mil pesos en alquileres de viviendas a futbolistas, entre otros gastos menores, según datos que proporcionó el principal dirigente. Estos pagos asume la institución cuerva con el propósito de volver al Federal A. Y en eso andan, el cuervo jugará desde el próximo fin de semana los cuartos de final. 
Y para que la ecuación cierre, sucede lo mismo que en Juventud. “Se reciben aportes extras y a veces ponen los principales dirigentes de sus bolsillos”, dice De Francesco.
El tema en Gimnasia y Tiro parece ser más equilibrado. El club albo cuenta con un presupuesto total de 1.500.000 de pesos, que cubre sueldos de plantel y cuerpo técnico, viajes y concentraciones, alquileres de viviendas, cargas sociales de AFA y otros gastos que demanda el plantel, según detalló Juan Carlos Ibire. El hombre fuerte del fútbol millonario evitó explayarse por temor a críticas o polémicas puertas adentro.

“Hay que tomarlo como un gasto, se vuelve una inversión si luego podés vender un jugador o si logras ascender. Pero este el último año que se apuesta en este nivel, el próximo torneo vamos a ser mucho más estrictos” (Juan Carlos Ibire, comisión de fútbol de Gimnasia y Tiro). 

Lo que está claro es que en Gimnasia hay muchos más recursos que en Juventud y en Central. El club albo se sustenta con el subsidio gubernamental de 280 mil pesos, otros 200 mil pesos que recibe del reparto de la AFA por los derechos de TV, mientras que su propio bingo le aporta al fútbol “un 30% del presupuesto”, contó el dirigente, a lo que se suman los ingresos de sponsors y de un torneo de fútbol interno (otro 30%) que están dando sus frutos.    
“Todo esto hay como tomarlo como un gasto que se vuelve inversión si luego podemos vender algún jugador o si logramos el ascenso”, opinó Ibire. 
Párrafo aparte para lo que Gimnasia, también Juventud y Central pagan por cada partido con las escasas recaudaciones. En los tres clubes aseguran que con lo que ingresa en las boleterías se saldan los gastos organizativos (Policía, porteros, etc).

4.000.000  de pesos es el gasto global y mensual que los clubes Juventud, Central, Gimnasia y Pellegrini, todos juntos, gastan en busca del ascenso.    

Atlético Pellegrini es el cuarto club que en esta temporada apuesta al ascenso. Su presidente, Juan Manuel Narz, dijo que mensualmente erogan 400 mil pesos por todo concepto y que a la fecha el atraso de sueldos también es de 60 días. 
Similares son los números de Camioneros Argentinos del Norte, y quizá los de Mitre, mientras que Cachorros gasta 200 mil pesos por mes para jugar el Federal B. La diferencia es que estos últimos tres clubes no tienen como objetivo principal el ascenso.    
 

De esto no se habla: ¿Cuánto ganan los jugadores en Salta? Ningún dirigente quiso explayarse del tema y solo se limitaron a decir que los jugadores top, los más importante de cada plantel, llegan a cobrar hasta 35 mil pesos por mes. Y quizá haya un par por encima de esa cifra.

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