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24 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La poesía, esa forma de expresión de sentimientos y belleza siempre vigente 

Destacados poetas salteños hablan del género, de su potencia y de su magia. El arte de los versos se conmemora hoy en todo el mundo según lo determinó la Unesco en 1999.
Miércoles, 21 de marzo de 2018 08:59

Marina Cavalletti
El Tribuno

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Marina Cavalletti
El Tribuno


Hoy se celebra el Día Mundial de la Poesía. La fecha, que coincide con el inicio del otoño para nosotros y la primavera en el hemisferio septentrional, fue establecida por la Unesco durante su 30º período de sesiones, que tuvo lugar en París en 1999.
De acuerdo con el organismo “el principal objetivo de esta acción es apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y dar la oportunidad a las lenguas amenazadas de ser un vehículo de comunicación artística en sus comunidades respectivas”. En este sentido, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, asegura: “La poesía es una ventana a la diversidad excepcional de la humanidad”.
Salta es, como se sabe, tierra de poetas y cantores. Y para conmemorar esta fecha, convocamos a algunas de las voces más representativas de la lírica provincial.

La poesía manda


“Escribo poesía porque la poesía lo quiere. Ella, como es mucho más grande, manda. Y yo solo obedezco”, revela Leopoldo “Teuco” Castilla. Y prosigue: “La poesía es más que necesaria. Entre tantos atributos que tiene sin que nunca sepamos qué es, en ella se revela la unidad más potente y real del hombre con el universo y su armonía con la naturaleza y los otros hombres. Una unidad que por traicionarla lleva a los pueblos a la guerra y a la destrucción de los dones de este maravilloso planeta. Entre otras cosas, también escribo contra eso”, argumenta.


Por su parte, Carlos Aldazábal señala: “La poesía tiene que ver con el asombro. Creo que la curiosidad por el mundo fue lo que me llevó a descubrirla. No es meramente un género literario, sino un modo de percepción que atraviesa todas las artes. Sea magia, religión o poesía, es algo constitutivo de nuestra especie, algo que nos hace humanos y al mismo tiempo seres pertenecientes a este planeta. La palabra, como soporte de la poesía, quizá haya sido la primera expresión artística de la humanidad, y cuando dejemos de habitar esta galaxia, tal vez sea la última. En la posmodernidad y en la cultura occidental, la poesía significa volver a apostar por el asombro, y es probable que la tarea del poeta contemporáneo sea conectar su asombro con lo que lo rodea. En mi último libro, Camerata carioca, digo que la mirada configura a los poetas, al igual que a los fotógrafos, porque pienso que es obligatorio para cualquier artista mirar a su alrededor, sea para celebrar o para proponer alternativas, otros mundos que permitan levantar la clausura agobiante de la ficción a la que llamamos ‘realidad’”.


En tanto, la escritora Fernanda Agüero manifesta: “La poesía tiene una movilidad impresionante. No es cierto que nadie lee poesía o que a nadie le interesa. Es profundamente social y comunicativa. Hay muchísimos festivales y encuentros poéticos en donde existe un público que escucha y estos se repiten año a año”.
Y ejemplifica: “Tengo por costumbre hacer tendederos poéticos en diferentes eventos culturales y siempre la soga que cuelgo queda vacía porque la gente se lleva los poemas. A estos lectores ocasionales la poesía los ha conmovido, quizás los remitió a lugares de la infancia, al territorio de los afectos, al sentido de lo humano, a la reflexión, pero los ha movilizado. La poesía es inmensamente filosófica, algo tan inherente al ser humano, busca la verdad, bucea en el mundo, en el afuera y en el adentro, intenta poner en evidencia la realidad a través de las palabras y eso no perdió vigencia, además de su sentido estético. Creo que el hecho poético tiene larga vida, afortunadamente”, augura.

Obstinación en verso


Asimismo, también consultado por El Tribuno, Santiago Sylvester, compartió ideas de su trabajo “El peso de los días”, donde indica: “Por qué se sigue escribiendo poesía cuando todo desconvoca a hacerlo, es una pregunta que no tiene una respuesta fácil. La poesía no está de moda, no da éxito ni se puede ir con ella al mercado; y el prestigio que arrima tiene una entidad tan abstracta que es difícil ubicarlo en el código social vigente. Supongo que esta obstinación tiene que ver con la simple tozudez, o con la resistencia o, incluso, con una respuesta política al ‘deber ser’ avasallante que propone la sociedad del consumo y el atesoramiento. Escribir poesía tal vez suponga, hoy por hoy, decir no donde todo propende a decir sí, apuntarse a algún tipo de disidencia, de acuerdo con el orgulloso aforismo de Guillermo Boido: “La poesía no se vende/ porque/la poesía no se vende”, enfatiza.


Del mismo modo Teresa “Kuky” Leonardi aporta su punto de vista sobre el arte que la convoca: “Celaya (Gabriel) supone que ‘la poesía es una arma cargada de futuro’ y Juan Gelman afirma que ‘toda poesía es hostil al capitalismo’. Estos dos juicios que expresan la supuesta omnipotencia del arte para transformar la realidad creo que ya fueron. Más acertado es Auden (Wystan Hugh) cuando escribe que ‘ningún poema salvó a ningún niño de morir en las cámaras de gas’ o el amargo realismo de Joaquín Giannuzzi que denuncia ‘este oficio que tiende hacia el escándalo de su propia especialidad/ representación para una veintena de butacas/ monotonía de Onán en un cuarto cerrado’”, analizó.
Y continuó: “Pienso que en este mundo a punto de derrumbarse, los mejores poemas escriben ‘los acontecimientos’ que resisten a la catástrofe e intentan revertir el statu quo. Verdaderas escrituras poéticas, ‘los acontecimientos’ inscriben en la realidad verdad, densidad, emoción, belleza, porvenir”.


La joven Florencia Arias, sostiene que “Lo personal es político y la poesía es, entre tantas cosas, una herramienta de lucha. Entonces en la mayoría de los casos hablo de las situaciones que nos rodean diariamente: economía, género, la incertidumbre en un mundo donde todos debemos funcionar y no sentir. En otros momentos, de mayor calma emocional, escribo sobre temas más sencillos, me gusta el ritmo para escribir y juego mucho con eso”. 
Además hace un análisis: “Entiendo que la poesía nunca dejó de estar vigente. Hace poco tuvo un boom gracias a las redes, a las editoriales independientes y a lo que se construye en los ciclos de poesía. Me resulta hermoso saber que hay gente en la radio leyendo poemas de ahora y de antes y que ambos salpiquen lo actual. La poesía es inactual, tiene preguntas, desencaja e incomoda al lector, lo interpela y eso le da vigencia. A todo el mundo le llega un poema en algún momento de la vida y eso hay que celebrarlo”, concluyó.
 

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