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Alumnos de sexto y séptimo grado se autolesionaron

La maestra descubrió las heridas. Hubo rumores sobre el juego de la ballena azul, pero los niños dieron otros motivos.
Miércoles, 18 de abril de 2018 00:00

Tienen entre 11 y 12 años, van al sexto grado de una escuela y el viernes descubrieron que se habían autolesionado con objetos cortantes. El primer temor fue que estaban participando del mortal juego de la ballena azul, pero cuando los niños hablaron con su maestra dieron explicaciones totalmente diferentes y alejadas de ese peligroso desafío difundido a través de internet.

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Tienen entre 11 y 12 años, van al sexto grado de una escuela y el viernes descubrieron que se habían autolesionado con objetos cortantes. El primer temor fue que estaban participando del mortal juego de la ballena azul, pero cuando los niños hablaron con su maestra dieron explicaciones totalmente diferentes y alejadas de ese peligroso desafío difundido a través de internet.

El caso, que encendió luces de alarma entre docentes y directivos del establecimiento así como en el Ministerio de Educación, ocurrió el viernes de la semana pasada, en el turno tarde, en el sexto y séptimo grado de una escuela ubicada en una pequeña localidad cercana a la ciudad de Salta.

La maestra descubrió lesiones en uno de los chicos y en una breve consulta llegó a los otros cuatro alumnos que tenían cortes en su piel.

Informó luego a los directivos de la escuela, lo que derivó en una denuncia policial y un inmediato informe a la Supervisión de la zona y a autoridades del Ministerio de Educación. También desde la escuela se comunicaron con los padres de los menores.

Explicaciones

Alarmados por la situación, los docentes preguntaron a los chicos por qué se habían lastimado.

Uno le habría respondió que no había tenido motivos para hacerlo, solo lo hizo. Otro explicó que se había autoagredido luego de que su papá se fuera de la casa.

Las otras respuestas tampoco relacionaron lo sucedido con "la ballena azul". Un alumno dijo que lo hizo porque una compañerita que vive en otra localidad del Valle de Lerma "también lo hace".

Otro de los niños habría manifestado que se lastimó como demostración de que podía hacerlo luego de que sus compañeros le dijeran "no te animás a hacerlo".

Autoagresión

Según el informe dado a la Supervisión y la denuncia policial, los chicos -varones y mujeres- tenían lesiones superficiales sobre su piel, realizadas con la punta de un compás y con una trincheta.

"Ninguno de los chicos habla ni justifica las heridas en el hecho de que estén siguiendo las reglas de un juego, y mucho menos mencionan el nombre del juego de la ballena azul", señaló una fuente interiorizada del caso. La misma versión fue dada desde la supervisión de la zona donde está la escuela.

Intervención

"Cuando la vicedirectora y una docente advierten la situación, informaron a la supervisión de Primaria y de inmediato se dieron orientaciones para que llamen a los papás, a los tutores, y también se dio intervención al equipo interdisciplinario de la zona y al gabinete psicopedagógico", explicó ayer a El Tribuno Gladys Caquis, supervisora de la zona.

Este lunes miembros del gabinete ya estuvieron en la escuela y comenzaron a trabajar con los docentes, con los niños y también con los padres.

"Durante esta semana se van a realizar talleres de convivencia y otras actividades que permiten trabajar sobre estas situaciones", explicó la supervisora.

Un reto mortal

El juego de la ballena azul, conocido también por su nombre en inglés “Blue Whale”, tiene su origen en Rusia y circula por las redes sociales.

Los niños y adolescentes son “invitados” a superar una prueba por día durante cincuenta días. Para ello existen “tutores en línea”, que utilizan perfiles falsos en Facebook y reparten en mensajes los desafíos por medio de esa red social o a través de WhatsApp en grupos cerrados.

Algunos “desafíos” obligan a los chicos a despertarse de madrugada a mirar videos de terror, cortarse el brazo con una navaja o acercarse al borde de un precipicio. La última demostración que deben hacer consiste en suicidarse al saltar desde un balcón.

Lo llamativo de todo es que, a pesar de su mortal propósito, el listado de las pruebas están a un click de cualquier niño o adolescente curioso, sin que ninguna regulación lo prohíba.

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