Kai es un perro de raza golden retriever que llegó a pesar 77 kilos y llegó a estar al borde de la muerte por su sobrepeso. Por lo que su dueña, se propuso salvarle la vida y lo logró.
Apenas en marzo de 2018, fue entregado al albergue de mascotas Misfits of Alberta Animal Rescue, ubicado en Canadá. Kai ya había sido llevado a un veterinario para que lo “mandara a dormir”, pero el experto prefirió asistir al perro con el grupo de expertos en el cuidado y rescate de animales.
Pam Heggie, la mamá adoptiva del perro, fue alertada por el veterinario sobre las dificultades que el exceso de peso le traían para vivir, así como la recomendación de ponerlo de forma inmediata a dieta.
Un año más tarde, el sorprendente animal mostró su nueva y más saludable figura, siendo su nuevo peso de 32 kilogramos.
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Kai es un perro de raza golden retriever que llegó a pesar 77 kilos y llegó a estar al borde de la muerte por su sobrepeso. Por lo que su dueña, se propuso salvarle la vida y lo logró.
Apenas en marzo de 2018, fue entregado al albergue de mascotas Misfits of Alberta Animal Rescue, ubicado en Canadá. Kai ya había sido llevado a un veterinario para que lo “mandara a dormir”, pero el experto prefirió asistir al perro con el grupo de expertos en el cuidado y rescate de animales.
Pam Heggie, la mamá adoptiva del perro, fue alertada por el veterinario sobre las dificultades que el exceso de peso le traían para vivir, así como la recomendación de ponerlo de forma inmediata a dieta.
Un año más tarde, el sorprendente animal mostró su nueva y más saludable figura, siendo su nuevo peso de 32 kilogramos.
El éxito de Kai en su régimen alimenticio lo volvió popular y recorrió la televisión de Canadá y Estados Unidos, cuando lo llamaron en el programa “Good Morning America".
Los kilos que bajó Kai transformaron radicalmente su vida. Su nueva dueña señaló que el primer día que lo tuvo en casa, el animal tardó 20 minutos en subir unas escaleras.
La pésima condición del perro le hizo creer a Heggie que no podría hacer lo suficiente para ayudarlo, por lo que decidió sumarle a la dieta un ejercicio diario.
Sin tener en cuenta el tiempo climático, la mamá adoptiva de Kai lo sacó a pasear tres veces al día, hasta que el animal logró recuperar un peso más saludable.
A las caminatas, que cada vez eran más largas, le agregó un tratamiento de hidroterapia, el cual sirvió para fortalecer las piernas del animal.
Finalmente, alcanzaron la meta y Heggie difundió en sus redes sociales su idea, de que "cualquier meta puede lograrse con algo de consistencia, no importa lo difícil que esta sea".