La comunidad educativa de la escuela N° 4091, Benigna Saravia, de la finca Abra Grande, sigue indignada con la situación que vienen soportando desde 2018. Desde ese año que los niños tienen clases en dos contenedores marítimos en desuso que se se reciclaron y adaptaron como aulas.
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La comunidad educativa de la escuela N° 4091, Benigna Saravia, de la finca Abra Grande, sigue indignada con la situación que vienen soportando desde 2018. Desde ese año que los niños tienen clases en dos contenedores marítimos en desuso que se se reciclaron y adaptaron como aulas.
La escuela primaria está ubicada al norte de Orán, a 16 kilómetros por la ruta nacional 50 y luego hay que seguir por otros 6 por un camino vecinal. Allí está una construcción de madera que tiene más de 50 años y que en 2018 dijo basta. Entonce se trajo los contenedores, pero pasaron los años y nunca se hizo otro edificio.
Actualmente la institución tiene una matrícula de 25 niños y niñas en plurigrado. El Nivel Inicial no tiene docente por falta de designación. pero lo que más preocupa a los padres es que los chicos siguen tomando clases en lo que llaman "las latas".
"Esas son latas, que son una heladera cuando hace frío y un horno cuando hace calor. Además, eso se alquila y se paga mensual. Con todos estos años ya podrían haber armado un nuevo edificio", dijo Sergio, un papá que tiene a 3 niños en esa escuela.
La situación de la escuela "Benigna Saravia" se suma de la Escuela de Comercio 5091 “Profesor Julio Cortés” en donde los edificios ya no dan respuesta a las necesidades de la gente.
Los padres creen que la decisión del Ministerio de Educación es cerrar la escuela y ellos se niegan. En 2018, el entonces director Antonio Rojas dijo que ante los problemas edilicios de la escuela, que tiene más de 50 años y es de madera, decidieron "clausurarla por el peligro de derrumbe". También comunicó que los chicos tendrían que "migrar a escuelas cercanas”.
En reuniones con legisladores locales también "sugirieron" que los niños se fueran a otras instituciones. Los padres no quieren el traslado a Orán por las características de las escuelas de la ciudad, con su complejidad urbana y todo lo que ello significa. Se trata de población rural, cuyos estudiantes caminan por horas para llegar a la institución, que cuenta con comedor. Creen que rr a las escuelas de Orán significaría la deserción segura.
"Vino la supervisora Cárdenas a dialogar con los padres y estaba la directora Alejandra Méndez. Se ve claro que ellos quieren que abandonemos la institución para cerrarla, pero eso es imposible porque nosotros no vamos a mandar a nuestros niños a Orán. Ellos no nos van a venir a decir a dónde nos conviene mandar a nuestros chicos", concluyó Sergio.