La comunidad educativa del colegio Dr. Mariano Moreno le rindió un homenaje a “Marianito” en el marco del Día Internacional del Animal, un perro callejero que fue la mascota de la institución por más de 14 años. Para recordar su infaltable figura en los días de clases, se habilitó una exposición de fotos, donde se pudo ver a la mascota junto a distintas promociones de alumnos que pudieron disfrutarlo como parte de la familia del colegio.
Maranito, nombre que le fue asignado por una asociación con el nombre del colegio, llegó siendo un cachorro, tal vez siguiendo a un alumno al que después perdió de vista, al no poder regresar decidió quedarse en la institución educativa. Se transformó entonces en un perro de la calle, un callejerito que ingresaba con el inicio de las actividades durante la mañana, al término del horario escolar, alrededor del medio día, se retiraba hacia un lugar desconocido para regresar al día siguiente.
“No sé cómo llegué a tener tanta afinidad con el perro, se encariñó mucho conmigo, me esperaba todas las mañanas e ingresábamos juntos al colegio, luego me acompañaba hasta mi casa pero nunca llegaba, unas cuadras antes se despedía y se quedaba en la plaza”, comentó la profesora Mirta Castaño, quién se convirtió en su principal protectora.
Durante la tarde en los días de mucho calor se acomodaba en el interior de un cajero automático para disfrutar del aire acondicionado, luego se acercaba al domicilio de la señora Kutny quien también lo alimentaba y le permitía descansar en su porche. Por las noches podía quedarse en cualquier lugar pero por la mañana regresaba al colegio en forma puntual: “Seguramente pasaba frío, pero era bastante inteligente por lo tanto estoy segura de que tenía un lugar donde quedarse, en algunas oportunidades amaneció en el interior del colegio, pero porque no salió a tiempo y se quedó encerrado”, comentó la profesora Castaño.
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La comunidad educativa del colegio Dr. Mariano Moreno le rindió un homenaje a “Marianito” en el marco del Día Internacional del Animal, un perro callejero que fue la mascota de la institución por más de 14 años. Para recordar su infaltable figura en los días de clases, se habilitó una exposición de fotos, donde se pudo ver a la mascota junto a distintas promociones de alumnos que pudieron disfrutarlo como parte de la familia del colegio.
Maranito, nombre que le fue asignado por una asociación con el nombre del colegio, llegó siendo un cachorro, tal vez siguiendo a un alumno al que después perdió de vista, al no poder regresar decidió quedarse en la institución educativa. Se transformó entonces en un perro de la calle, un callejerito que ingresaba con el inicio de las actividades durante la mañana, al término del horario escolar, alrededor del medio día, se retiraba hacia un lugar desconocido para regresar al día siguiente.
“No sé cómo llegué a tener tanta afinidad con el perro, se encariñó mucho conmigo, me esperaba todas las mañanas e ingresábamos juntos al colegio, luego me acompañaba hasta mi casa pero nunca llegaba, unas cuadras antes se despedía y se quedaba en la plaza”, comentó la profesora Mirta Castaño, quién se convirtió en su principal protectora.
Durante la tarde en los días de mucho calor se acomodaba en el interior de un cajero automático para disfrutar del aire acondicionado, luego se acercaba al domicilio de la señora Kutny quien también lo alimentaba y le permitía descansar en su porche. Por las noches podía quedarse en cualquier lugar pero por la mañana regresaba al colegio en forma puntual: “Seguramente pasaba frío, pero era bastante inteligente por lo tanto estoy segura de que tenía un lugar donde quedarse, en algunas oportunidades amaneció en el interior del colegio, pero porque no salió a tiempo y se quedó encerrado”, comentó la profesora Castaño.
Varias promociones disfrutaron del cariño de Marianito, reconocía el uniforme de los alumnos y los seguía, era muy territorial y no permitía que otros perros se acercaran: “Era muy obediente, caminaba por los patios y no ingresaba a las aulas, el único cuidado que yo tenía era que no ingresara ningún otro perro porque él los corría, así podía generarse un peligro para los alumnos, pero nunca pasó nada”.
La profesora Castaño se acogió a la jubilación en mayo del 2021, después de un par de días de no asistir a clases, el fiel compañero la fue a buscar a su casa: “Una mañana se apareció en la puerta de mi casa, era la primera vez que llegaba hasta la puerta, quería llevarme al colegio, pero entendió que no podía ir, decidió entonces quedarse conmigo”, comentó muy emocionada la profesora Castaño. Todas las mañana muy temprano la docente abría el portón para que Marianito saliera a la calle, él esperaba que pasara un alumno con el uniforme que reconocía y los seguía hasta el colegio, para regresar al mediodía cuando finalizaba el horario de clases.
“Le compré una casita y la puse en el garaje, allí permanecía durante tarde y noche, pero de mañana volvía al colegio para regresar a casa a las 12.05”, contó Castaño.
Cuando cumplió 14 años comenzó a tener dificultades para caminar, sus huesos se habían debilitado, los cuidados de su salud se tuvieron que intensificar, ya no quería salir, le costaba mucho caminar: “Vino un médico veterinario que fue mi alumno y conocía a Marianito, se sorprendió y alegró de verlo con vida, pero a pesar de los tratamientos se fue de este mundo el pasado 14 de abril”, recordó la profesora Castaño sin poder evitar que algunas lágrimas brotaran de sus ojos.
“Fue muy doloroso para mí al igual que para muchas otras profesoras que también cuidaban de él, por un tiempo me sentí algo vacía, pero él estaba sufriendo y ahora ya descansa con Dios”, expresó.
Para recordarlo, en el colegio Dr. Mariano Moreno se montó una exposición con sus fotos, fueron muchas las que le tomaron durante tantos años, quedando una de ellas enmarcada en la Dirección como un homenaje a quien eligió a esa comunidad educativa como su propia familia.