Las tradiciones en las ceremonias de Promos, tanto del nivel primario como secundario fueron cambiando en los últimos años.
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Las tradiciones en las ceremonias de Promos, tanto del nivel primario como secundario fueron cambiando en los últimos años.
Ahora es muy común ver a chicos de 7mo. grado con las famosas chombas de promoción, pero en estos casos son los padres los que se encargan de firmar los contratos y tomar contacto con las empresas y las formas de pagos. En el caso de los secundarios, muchos de los delegados de estos comercios apuntan a convencer a los jóvenes, y que los contratos se lleven adelante con dos o tres firmas de delegados, mayores de 18. Y así, entusiasmados por el estar cursando el último años del secundario, donde casi todo el tercer trimestre se diluye entre fiestas, viajes y organización de eventos, caen en seducidos y firman.
El momento del pago ya es otro tema. Por lo general si bien son los jóvenes los que firman, el pago queda a cargo los padres que son los que manejan los fondos. Hay que tener en cuenta que las propuestas de chomba, buzo y campera superan los 9 mil pesos. Fondos con los que los adolescentes no cuentan, y más aún si te debe pagar el paquete promoción en un máximo de 90 días.
En esta trampa comercial fue que cayeron los estudiantes de las escuela América Latina, cuando firmaron un contrato que específicaba que la entrega de la chomba, buzo y campera se concretaría en abril. En aquel momento, la representante de la empresa que firmó el contrato solo hizo entrega de las chombas, con la promesa de que en las próximas semanas se terminaría de completar el pedido, que para esos momentos ya estaba cancelado.
"La excusa era que parte del diseño que hicimos no entraba y que había que modificarlo", dijeron los denunciantes, que hicieron llegar las capturas de pantalla de los diálogos mantenidos desde abril con la representante de la empresa.
Hoy, el local ubicado en una galería comercial de Zuviría entre Belgrano y Güemes tiene cerradas sus puertas y los chicos siguen viendo como pasan los días sin poder completar los equipos por los que pagaron.
"Hay una promesa de que la otra semana nos van a atender, pero ya no les creemos nada", dijeron padres y chicos.