"Creo que hay un negociado muy grande en la fuerza donde a nivel nacional por el momento avalan el accionar de estos tipos en Salta. Encima se trata de personas que en poco tiempo recibirán un ascenso. Mi error fue haberme metido con el negocio de esta gente que lamentablemente maneja la fuerza en el norte del país". La frase es contundente, pertenece a un exgendarme salteño que hace unos años se animó a denunciar el manejo espurio de elementos secuestrados e incluso droga por parte de jefes de la Gendarmería Nacional con asiento en esta provincia pero "nadie hizo nada". Acusación que le valió ser perseguido y echado de la fuerza, como otros tantos gendarmes.
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"Creo que hay un negociado muy grande en la fuerza donde a nivel nacional por el momento avalan el accionar de estos tipos en Salta. Encima se trata de personas que en poco tiempo recibirán un ascenso. Mi error fue haberme metido con el negocio de esta gente que lamentablemente maneja la fuerza en el norte del país". La frase es contundente, pertenece a un exgendarme salteño que hace unos años se animó a denunciar el manejo espurio de elementos secuestrados e incluso droga por parte de jefes de la Gendarmería Nacional con asiento en esta provincia pero "nadie hizo nada". Acusación que le valió ser perseguido y echado de la fuerza, como otros tantos gendarmes.
Desplazaron a la cúpula
Hace poco más de una semana, en Santiago del Estero desplazaron a la cúpula de gendarmes entre quienes se encontraba Cristian Germán Torres, primer alférez que en su momento era mano derecha del jefe del Escuadrón 45 "Salta", Marcelo Emilio Miranda, a quien un exgendarme, Carlos Lescano, denunció por varias irregularidades.
¿Por qué nadie hizo nada en su momento, cuando un integrante de la fuerza denunció con múltiples y diversas pruebas las irregularidades? ¿Hubo complicidad entre los distintos estamentos que componen la Justicia Federal en Salta? Uno, dos y más interrogantes surgen frente a la impunidad de quienes ejercen puestos jerárquicos en una organización que se supone prestigiosa como la Gendarmería Nacional Argentina. Lo que en las últimas semanas se destapó en Santiago del Estero había sido denunciado hace cinco años por un ahora exgendarme, quien fue perseguido, hostigado y echado sin indemnización de esa fuerza.
Investigación interna
Junto a Torres, cayeron otros gendarmes con distintas jerarquías, todos involucrados en una investigación interna que se venía realizando en la GN por presuntos delitos de cohecho y pedidos de coimas a tours de compras entre otras irregularidades. El resultado de los operativos fue la detención de 12 uniformados, entre ellos los integrantes de la cúpula del Escuadrón 59 con asiento en Santiago del Estero, y también civiles.
Tras distintos allanamientos secuestraron más de 150 millones de pesos en efectivo (entre los que había miles de dólares), teléfonos celulares, autos de alta gama y mercadería que ingresaba al país de forma ilegal. Los operativos también alcanzaron a las unidades de Pinto, Quimilí y Monte Quemado, y la casa de un civil donde se dio una situación particular. Antes de ingresar a la vivienda una mujer le prendió fuego, según se supo habría recibido el llamado de su pareja, un civil investigado, para que provocara un incendio.
Pedido de coima
La Unidad de Investigaciones y Procedimientos Judiciales de la GN fue la que llevó adelante los procedimientos en la oficina del jefe del Escuadrón y contra distintos civiles, entre los que se encontraban dueños de empresas de tours de compras. El pedido de coima en algunos de los operativos habría sido el desencadenante de una minuciosa investigación.
Se sospecha que los uniformados detenidos involucrados en la causa recaudaban por día unos 3 millones de pesos, además de revender mercadería secuestrada por la fuerza nacional a comerciantes de Santiago del Estero como en Buenos Aires, en Once y La Salada.