Cuando se trata de cometer delitos algunos no tienen límites, y eso se vio en un robo que se perpetró la semana pasada pero que se frustró por la acertada acción de un sacerdote católico que desarrolla su ministerio en la localidad boliviana de San José de Pocitos.
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Cuando se trata de cometer delitos algunos no tienen límites, y eso se vio en un robo que se perpetró la semana pasada pero que se frustró por la acertada acción de un sacerdote católico que desarrolla su ministerio en la localidad boliviana de San José de Pocitos.
Un joven residente en Salvador Mazza llegó muy campante hasta la iglesia San José, tocó la puerta y le ofreció una imagen de Nuestra Señora de Luján, patrona de Salvador Mazza, pero que se encontraba en el acceso principal del colegio religioso que lleva el nombre de la Virgen. El sujeto no tuvo mejor idea que sustraerla e intentar negociarla por unos pocos pesos en el templo parroquial del otro lado del puente internacional. Como el párroco de la iglesia San José, el padre Walter Sandoval, sospechó que era una imagen malhabida, optó por darle unos pesos al sujeto con el solo fin de recuperarla y devolverla a los directivos del colegio religioso.
Fue tal la alegría de la comunidad educativa del colegio Nuestra Señora de Luján al enterarse de la actitud del padre Sandoval que decidieron realizar una ceremonia al momento de ir a recibir la imagen al puente internacional. Posteriormente el párroco de Salvador Mazza, Marcelo Hermida, ofició una misa y finalmente la imagen quedó en la institución educativa.