Se concretó con éxito el proyecto "Manos mágicas - Cabezas renovadas", organizado por Claudia Córdoba, una de las jóvenes beneficiadas con el plan "Becas Padre Chifri" de la Fundación Alfarcito. Claudia armó un equipó y regresó a los cerros de la Quebrada del Toro a cortarles y cuidarles el cabello a los niños del paraje El Palomar, de donde la becaria es oriunda.
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Se concretó con éxito el proyecto "Manos mágicas - Cabezas renovadas", organizado por Claudia Córdoba, una de las jóvenes beneficiadas con el plan "Becas Padre Chifri" de la Fundación Alfarcito. Claudia armó un equipó y regresó a los cerros de la Quebrada del Toro a cortarles y cuidarles el cabello a los niños del paraje El Palomar, de donde la becaria es oriunda.
"Esta visita a El Palomar es el resultado de una idea que les propusimos desde la Fundación a los becarios, de preparar una actividad con las comunidades a las que pertenecen, a modo de agradecimiento por lo que recibieron cuando eran niños. La respuesta fue muy positiva y se presentaron cuatros proyectos", contó sobre la iniciativa Carlos Figueroa, vocero de la Fundación Alfarcito.
Y contó que "el sábado pasado salimos bien temprano de Salta para poder iniciar las actividades y terminar con tiempo, a fin de regresar con las últimas luces del día. La mañana era muy fría, el termómetro marcaba 4 grados bajo cero, las nubes y el sol nos regalaban una vista maravillosa. Apenas llegamos, se acercaron las familias del paraje. La jornada fue muy intensa, Braian Módica se dedicó a cortar el pelo a los chicos, las becarias y amigas de la Fundación les hicieron peinados a las niñas. La felicidad de todos los chicos al verse con sus nuevos peinados fue lo más lindo del viaje".
Camila Aldana, otra becaria de la Fundación, quien estudia Enfermería, preparó una clase sobre la higiene y el cuidado del cabello, sobre todo para la prevención de infecciones. "Todo lo previsto se concretó en forma maravillosa. Como en tiempos de nuestro querido Padre Chifri, volvieron los títeres, en esta oportunidad un nuevo personaje, la Cabra, que con sus locas ocurrencias hizo reír a grandes y chicos", señaló Figueroa.
Llegaron las mantas de las tejedoras de AMPHI (Asociación Mutual del Personal del Hospital Italiano), desde Buenos Aires hasta El Palomar y Cortaderas. Las enviaron especialmente para estas comunidades, donde abrigan con amor el cuerpo y el alma.
Braulio Lamas, de la comunidad de El Palomar, agradeció la iniciativa de Claudia Córdoba y recordó al padre Chifri: Contó que una vez lo encontró durmiendo en una carpa, en medio de unos cerros. "El estaba recorriendo a pie la quebrada, visitando a las familias y la noche lo sorprendió en el camino y no dudó en armar su carpa para pasar la noche bajo las estrellas. En cada paraje que visitamos siempre alguien tiene una historia singular de Chifri", relató.
Y agregó: "Queremos agradecer a la comunidad por la hospitalidad, a los amigos que nos acompañaron, en especial a Braian Módica que fue a realizar esta actividad en el día de su cumpleaños y no midió esfuerzos por ayudar a los niños de los cerros. A todos los que colaboraron donando los elementos para poder hacer realidad esta visita, muchas gracias".
Claudia Córdoba se mostró orgullosa y feliz por este proyecto que planificó al detalle y que se desarrolló exitosamente, con gran convocatoria. Al final hubo lugar para la oración y para agradecer al fallecido sacerdote Chifri la profunda huella de amor que trazó en la Quebrada del Toro.