En la India, el primer ministro Narendra Modi se apresta a lograr una apabullante victoria en las elecciones más prolongadas de la historia, que se realizan durante 44 días entre el 19 de abril y el 2 de junio. Las estimaciones indican que concurrirá a las urnas el 65% de los 960 millones de empadronados en un país con una población de 1.450 millones de habitantes, que superó el año pasado a China, y que constituye la quinta economía mundial y la cuarta potencia militar, integra el selecto club de potencias nucleares y posee el tercer presupuesto de defensa global, que permite sostener un ejército de tres millones de soldados, que es también el tercero en el mundo en cantidad de efectivos.
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En la India, el primer ministro Narendra Modi se apresta a lograr una apabullante victoria en las elecciones más prolongadas de la historia, que se realizan durante 44 días entre el 19 de abril y el 2 de junio. Las estimaciones indican que concurrirá a las urnas el 65% de los 960 millones de empadronados en un país con una población de 1.450 millones de habitantes, que superó el año pasado a China, y que constituye la quinta economía mundial y la cuarta potencia militar, integra el selecto club de potencias nucleares y posee el tercer presupuesto de defensa global, que permite sostener un ejército de tres millones de soldados, que es también el tercero en el mundo en cantidad de efectivos.
La previsible reelección de Modi, líder del partido Janata, una formación nacionalista de ideología "hinduista" que durante décadas fue la principal oposición al Partido del Congreso (gobernante desde la independencia en 1949), ratifica que la India milenaria protagoniza un cambio profundo. En una sociedad signada por enormes contrastes, con abismales desigualdades sociales, los niveles de pobreza en que se debate un 25% de la población, se contraponen con un desarrollo tecnológico que le permitió colocar un satélite artificial en la órbita de Marte a un costo de 60 millones de dólares (cifra mínima si se la compara con los presupuestos de la NASA) y lo posiciona como el primer exportador mundial de software y principal proveedor de talentos extranjeros de Silicon Valley. Es la nación con mayor cantidad de ingenieros y sus universidades encabezan la matrícula de egresados en esa profesión. Una encuesta internacional consignó que el 70% de los adolescentes indios quiere ser ingenieros, lo que implica el porcentaje más amplio a nivel mundial.
Modi, cuya imagen positiva después de diez años de gobierno asciende al 70%, es un líder carismático proveniente de una familia humilde. Su padre era un vendedor callejero de té y ese rasgo lo diferencia de la clase política tradicional. Su estilo personal descontracturado desorienta a sus adversarios. Con más de 25 millones de seguidores en Facebook y 8 millones en Twitter ejercita un contacto directo con la opinión pública que le permite compensar los virulentos ataques de los medios periodísticos.
Suele sorprender con golpes de efecto de alto impacto popular, como cuando apareció con una escoba en la mano para lanzar un programa de limpieza urbana. En la India, un primer ministro con una escoba encarna una transformación social. Modi asumió con decisión la cuestión de la limpieza en las ciudades, un problema gravísimo que afecta a la salud de decenas de millones de personas y desafió un arraigado prejuicio cultural: en el estratificado sistema social indio, la recolección manual de basura era una tarea subalterna que sólo competía a la casta inferior de los "intocables".
En línea con el objetivo de mejorar los bajos índices de salubridad en un país donde una parte significativa de la población no tiene baño en sus casas, Modi construyó 110 millones de retretes para reducir la defecación al aire libre e instaló 243 millones de canillas. Cuando anunció el programa, lo explicó así:" Yo vengo de una familia pobre, conocí la pobreza. La dignidad de los pobres empieza por ahí". Si para las elites ilustradas podía resultar una idea extravagante, para sus destinatarios no les fue difícil entender el mensaje.
Nacionalismo cultural y economía de mercado
Modi utiliza la potencialidad digital de la India para avanzar en la modernización del país. A tal efecto, impulsa un plan para conectar el territorio nacional con un amplio abanico de aplicaciones, que incluyen la educación, la telemedicina y la facilitación de los trámites en los organismos gubernamentales.
Procura que, a través de los teléfonos inteligentes, una gran mayoría de la población india tenga acceso a bienes públicos.
La transferencia directa de los subsidios sociales a sus beneficiarios a través de sus celulares disminuyó drásticamente el clientelismo político.
Estas políticas sociales "4.0" se complementan con una estrategia de apertura económica orientada a promover la iniciativa privada y el emprendedurismo de los más pobres. En un sistema asfixiado por el reglamentarismo burocrático, los empresarios pueden utilizar ahora el portal "makeindia.com" para obtener las licencias para el funcionamiento de sus negocios en 72 horas. Modi lleva al plano nacional su experiencia al frente del estado de Guyarat, al que convirtió en el más dinámico económicamente de la India.
La contracara de este esfuerzo de modernización económica y social, basado en el empleo intensivo de las nuevas tecnologías de la información, es la reivindicación a ultranza de un nacionalismo cultural "hinduista" que entre otras consecuencias provoca tensiones con las minorías religiosas, en especial con la musulmana, que comprende al 14% de la población, descendiente de aquéllos que no aceptaron la partición de 1947, cuando - como parte de las negociaciones para la independencia de la India - Gran Bretaña propició la emigración masiva de la población islámica hacia el norte para dar lugar a la creación de Pakistán.
Modi imprimió al Partido Janata un giro liberal en economía, pero intensificó sus raíces nacionalistas que históricamente constituyeron la base de su popularidad.
El núcleo de acero del Partido Janata es la organización nacionalista de Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), nacida en 1925 con una ideología "hinduista", cuyo fundador y mentor intelectual, Vinayak Dámodar Savarkar, desarrolló una concepción de la nación india centrada en la identidad hindú, concebida como una esencia étnica, cultural y política que trasciende las diferencias confesionales entre las religiones autóctonas, como el hinduismo, el sijismo y el budismo, pero excluye explícitamente al cristianismo y al Islam.
Esta concepción contrasta con la idea, más pluralista e inclusiva, de la "indianidad", sostenida por el Partido del Congreso, inspirado en el ideario de Mahatma Ghandi. Mori se formó políticamente en ese movimiento "hinduista", que constituyó la plataforma para edificar su liderazgo, pero le imprimió esta nueva impronta modernizante que lo eyectó al poder para llevar adelante una versión asiática de la "revolución conservadora".
En política exterior Modi asume la continuidad del tradicional pragmatismo de la India. Hace veinticinco años un informe de la CIA caracterizaba a India como "el estado oscilante más importante del mundo". Durante la guerra fría, Nueva Delhi mantuvo un cuidadoso equilibrio entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Modi lo practica entre Estados Unidos y China. Económicamente India es parte del grupo BRICS, junto a China, Rusia, Brasil y Sudáfrica, pero a la vez integra la QUAD, una alianza cuadrilateral de seguridad conformada por Estados Unidos, Australia y Japón, a la que China define como "una versión asiática de la OTAN".
Pero Modi introdujo una innovación: inspirado en el ejemplo de Israel y la comunidad judía de la Diáspora, promovió el protagonismo político de la "India global", a través de la acción de las colectividades diseminadas por todo el mundo para configurar un auténtico "lobby indio". Según la Organización Mundial de Migraciones, es el país que tiene mayor número de connacionales residiendo en el exterior. Por su elevado nivel educativo, los indios son el grupo étnico de mayores ingresos de la sociedad estadounidense: el 70% de sus miembros tiene un título universitario contra un 28% del promedio norteamericano. Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, es de origen hindú, una condición que comparte con el primer ministro británico, Rishi Sunak, cuya mujer, Akshata Murty, es hija de Narayana Murty, apodado el "Bill Gates de la India".
Las previsiones de los organismos internacionales y las consultoras especializadas coinciden en señalar que en 2060 India será la tercera potencia mundial, detrás de China y Estados Unidos. Todo lo que allí sucede adquiere entonces relevancia global.
* Vicepresidente el Instituto de Planeamiento Estratégico