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La confrontación perpetua agravará la crisis del país

Domingo, 11 de febrero de 2024 01:59

La eliminación del Fondo Compensador del Transporte Público del interior del país representa un duro golpe al bolsillo de los usuarios de ómnibus, castigado ya por una prolongada inflación que no muestra ningún indicio alentador. La decisión del gobierno nacional de llevar adelante un drástico ajuste de los gastos en todo el país, hasta ahora, solo se manifestó a través de la licuación de sueldos y salarios y la paralización de obras públicas indispensables.

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La eliminación del Fondo Compensador del Transporte Público del interior del país representa un duro golpe al bolsillo de los usuarios de ómnibus, castigado ya por una prolongada inflación que no muestra ningún indicio alentador. La decisión del gobierno nacional de llevar adelante un drástico ajuste de los gastos en todo el país, hasta ahora, solo se manifestó a través de la licuación de sueldos y salarios y la paralización de obras públicas indispensables.

Según el vocero Manuel Adorni, esta medida sería uno de los primeros pasos de ese ajuste. Con el argumento de que el transporte es "una facultad no delegada al Estado federal", justificó que los gobernadores se hagan cargo de ese subsidio, mientras que el transporte en la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano bonaerense, que sí es responsabilidad del gobierno nacional, seguirá recibiendo el beneficio. El dato no es menor. En 2023, un informe preliminar de la Secretaría de Transporte de la Nación consignó que el Fondo Compensador recibió $ 70.712 millones mientras que las compensaciones tarifarias para el Área Metropolitana llegaban a $343.067 millones. Casi cinco veces más.

Adorni negó que esta medida, inequitativa para las provincias, sea una represalia por el naufragio del proyecto de ley de reforma del Estado en el Congreso. No obstante, el ministro de Economía Luis Caputo la anunció en simultáneo con el retiro del proyecto, ordenado por el presidente Javier Milei desde Israel. El mismo mandatario lo definió como una forma de obligar a los gobernadores a reducir el gasto público. Los discursos acusatorios de Milei contra los gobernadores y los diputados que contribuyeron a la aprobación en general de la ley son el indicio preocupante de una ruptura entre el poder central y las provincias.

Ayer, el presidente sostuvo que la caída del proyecto mostró "quiénes están verdaderamente del lado del cambio y dejó en evidencia quiénes son los estafadores que engañan a la gente y están en la política para hacer negocios".

Despedir a dos funcionarios que él mismo eligió por su reconocida idoneidad, la secretaria de Minería, Flavia Royón y el titular de ANSES, Osvaldo Giordano, para "castigar" a los gobernadores de Salta y de Córdoba, es una señal de poder que privilegia la designación de amigos o socios, por encima de los intereses de la Nación. Nadie duda de que es imprescindible un saneamiento fiscal y un control severo del gasto público, pero no a cualquier precio y pasando por arriba de las provincias.

La mayoría de los países del mundo subsidian al transporte público, porque en el balance de costos, el precio del boleto se vuelve inaccesible. Es una forma de aliviar a los sectores de menores recursos y de estimular el uso del transporte público en lugar del auto particular. En la Argentina, el subsidio directo a las empresas ha dado lugar a innumerables abusos y negociados. Los otros países lo han resuelto con sistemas controlados en función de las necesidades de la gente y los objetivos del transporte. Para eso es necesario fiscalizar la transparencia y la eficiencia de los funcionarios.

Pero ni esta ni ninguna otra reforma del Estado podrá llevarse a cabo a las apuradas y sin acuerdos claros, transparentes y democráticos.

La Constitución Nacional no ofrece la opción para que el presidente legisle por plebiscito; del mismo modo, los Decretos de Necesidad y Urgencia están condicionados a la aprobación en el Congreso.

Es imprescindible bajar la intensidad de la confrontación, aceptar la negociación como un valor de la política y, por el bien de todos, evitar que el clima social del país se siga crispando por las peleas en las elites.

 

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