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Juventud Antoniana volvió a ganar y es lo que tranquiliza las aguas. El santo venció ayer a El Liqueño 2 a 1, con anotaciones de Matías Vicedo y Brian Cucco, en la segunda presentación de la fase reválida del Federal A, en el estadio Padre Martearena y dejó atrás una racha negativa, con tres derrotas en forma consecutiva.
La carga del santo es muy pesada por haber quedado fuera de la zona de clasificación del Federal A y que golpeó bastante a su gente. Es por ello que si bien las chances de dar pelea por este sendero de ir sorteando etapas para ver si contará con una nueva posibilidad de quedar entre los seis primeros necesitaba de un triunfo como el de ayer y que costó.
Para Juventud se presentó un compromiso muy peleado. El Linqueño llegó a Salta dispuesto a plantar bandera, con la idea de no perder, sumar por lo menos un punto. Así, en la cancha el juego resultó bastante parejo y trabado en la parte inicial.
Fue una etapa donde ninguno de los dos equipos pudo romper el cero, aunque más cerca por la llegadas se presentó por el lado antoniano.
En la segunda parte, un bando como el otro salieron a imponer presencia en campo contrario. Entonces, el antoniano aprovechó a través de Matías Vicedo, de marcar el 1 a 0. Pero, la alegría duró tan poco, que en otra desatención en el fondo del local, Nicolás Herrera no perdonó y puso el 1 a 1.
Juventud fue al frente con las armas con que contaba, con jugadores que ingresaron desde el banco de relevos a desarticular todo el poder defensivo del rival. Allí, se dio cuenta de que no tenía que continuar con ese bajón del que no podía salir y que complicaba más el presente. De alejar los fantasmas de las últimas presentaciones.
El equipo de Esteban Espeche no se desesperó. En cada incursión en terreno visitante renacía la esperanza de llegar al gol. Y fue Brian Cucco, en una ejecución con juego detenido ganó y anotó para el desahogo de todos los antonianos.
En un encuentro de "dientes apretados", la victoria de Juventud no se tenía que escapar.
Claro que debía cerrar, poner candado todos los caminos que conducían hasta Guillermo Bachke.
El último pitazo del árbitro Miximiliano Silcan Jérez, sirvió para el reencuentro antoniano con la victoria que llegó justo a tiempo para empezar a despejar muchas dudas, principalmente de cambiar esas caras de frustraciones, puesto que en la semana pasada se habló mucho de los 6 puntos que había de la zona de descenso.