inicia sesión o regístrate.
Lo que comenzó como un partido de futsal entre jóvenes con el objetivo de representar a sus ciudades en los Juegos Evita, terminó convirtiéndose en una escena de violencia y caos que sorprendió a todos. En un enfrentamiento correspondiente a la instancia subzonal entre los equipos de Rosario de la Frontera y Joaquín V. González, el juego se resolvió de una forma muy distinta a la esperada: con una batalla campal.
El partido, que concluyó 1 a 1 en tiempo reglamentario, fue decididamente emocionante y parejo. Sin embargo, la tensión creció en los minutos finales, cuando un gol del equipo visitante encendió la furia contenida en los jugadores locales. Tras el tanto de la delegación de Joaquín V. González, un cruce verbal se transformó rápidamente en un enfrentamiento físico que involucró a varios jugadores de ambos equipos. Lo que parecía un incidente aislado, escaló en segundos hasta convertirse en una pelea descontrolada, con puños, empujones y gritos, que tomó por sorpresa a todos los presentes en el complejo deportivo municipal.
Lo más alarmante es que la violencia no se limitó a los jóvenes deportistas. Según relataron testigos, algunos profesores y entrenadores también intervinieron en la pelea, lejos de actuar como figuras de contención. Varios adultos se trenzaron en golpes, generando una situación aún más caótica y desbordada. El escándalo, presenciado por decenas de personas, obligó a las autoridades a interrumpir el evento y evacuar por completo el predio.
Minutos después, y con el polideportivo ya sin público, las actividades programadas para el resto de la jornada continuaron a puertas cerradas. La medida fue tomada para garantizar la seguridad y evitar nuevas confrontaciones. A pesar de lo ocurrido, la delegación de Joaquín V. González fue declarada ganadora por penales y logró avanzar en la competencia.
Fuentes cercanas a la organización indicaron que una provocación verbal tras el gol decisivo habría sido el desencadenante de la gresca, que dejó varios heridos leves.