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"Pongo la voz donde está mi cuerpo: Literaturas, artivismos y sentipensares" se denomina la mesa que integrarán Diego Ramos, Germán Tolaba y Zulma Palermo, en el marco del cierre de una nueva edición de la Feria del Libro de Salta, este domingo, a partir de las 19.
La actividad se realizará como parte de las celebraciones por los 10 años de la creación del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades (ICSOH), entidad con dependencia del Conicet y la Universidad Nacional de Salta. La literatura, el teatro, el arte callejero y la crítica serán puestos en diálogo en torno a las prácticas artísticas actuales.
El Tribuno dialogó con Zulma Palermo, teórica, docente e investigadora de gran presencia en la escena cultural de la región. "Son dos universos absolutamente distintos", dice cuando trazamos el arco de sus intervenciones en esta edición de la Feria, pues el miércoles estuvo participando en la apertura, desde la pantalla, como testimoniante en el documental "Las palabras. Elegía a Jacobo Regen", de Iván Slodki, y hoy, en el cierre del encuentro, está en la mesa que aborda lo que se produce y circula en estos tiempos.
"Hace unos momentos, conversábamos con Diego Ramos, Germán Tolaba y los compañeros que nos reunieron -Irene López y Leandro Arce de Piero- para dar forma a esta propuesta que, viniendo de la Universidad hoy en crisis, desea salir de los claustros para poner en circulación un pequeño fragmento de lo que -en el claustro- hoy se construye en orden a la creatividad, eso que llamamos tradicionalmente arte y que aquí llamamos artivismos. Entonces lo que tenemos en el nivel del deseo es conversar para sentipensar juntxs", dice la investigadora.
Sentipensar es una palabra muy significativa...
Y no es un mero juego de palabras en un cambio fuerte en la idea de lo que implica la creatividad por fuera de cómo la plantea la estética. Hace mucho que estoy no solamente fuera de la Academia, en jubileo -valga la ironía-, sino que vengo ubicándome en un lugar muy crítico sobre ella. Me interesa sobremanera el común, la comunalidad, la potencialidad de producir saberes, sentidos para nuestro mundo en diálogo creativo. Un espacio que nos permita intercambiar experiencias, historias de vida para comprender y vivir el presente preservando la utopía. Tal vez sea esta tu mirada de observador atento, la que cree advertir el sentido de este arco imaginario que tiendes entre la palabra poética -y la persona- de Jacobo Regen como expresión de un tiempo, un mundo, y la de cómo se dice creativamente este presente.
Por ahí iba mi inquietud. Y en el documental sobre Jacobo decís cosas teóricas con una proximidad muy afectiva…
Lo del sentipensamiento es un concepto que institucionaliza el sociólogo colombiano Fals Borda, apropiado de una cultura caribeña. Es una manera de concebir el conocimiento que muchos asumimos y que –en tanto manera de vivir y de saber- entiende que Nuestramérica no responde al principio de "pienso, luego existo". Estas culturas -estas formas de vivir- nos advierten que en este territorio no es fácil pensar sino a partir del sentir; es decir, del cuerpo y su afectividad. En lo personal, esto es lo que me permite creer que todavía algo se puede conseguir de esta humanidad caída en la deshumanidad.
Hablamos de la generación de Jacobo, los 60, una década muy especial para proyectos y los estudiantes. Y en los 90 hubo resistencia cuando se reformaban los estatutos de las universidades públicas. Y hoy, con esta suerte de aislamiento que tienen los chicos, pareciera que no les afectará lo colectivo, no se "comprometen", como se suele decir...
Esta cuestión nos preocupa centralmente a los mayores –y acá incluyo a varias generaciones no sólo a la "tercera edad"-, pues el famoso "cambio cultural", "cambio de Era", la entrada en la Era Ciborg, fuertemente consolidada por efecto del encierro pandémico, nos pone en este aquí y ahora. Los jóvenes hoy, creo, se encuentran clausurados en su individualismo, atrapados en un mundo construido por algoritmos, no sólo sin contacto con "lo real", sino con la corporeidad misma de "los otros". Es una cultura muy difícil de ser incorporada por todas las generaciones anteriores y que nos hace temer por el futuro mismo, por la sobrevida de estas nuevas formas de habitar el mundo, de estar vivos. De ahí que esta propuesta de trabajo que generan Irene y Leandro dentro del "claustro" con todos quienes participan en ella, me parezca tan valiosa para ponernos a pensar juntos. Acá se pone en juego fuertemente la práctica y la noción de "libertad" reducida hoy a la libertad comercial y financiera. Pensarlo desde y con los haceres creativos que efectivizan en este mínimo recorte Diego y Germán.
Pienso entonces en el encuadre de la Feria, en los escritores invitados este año: Magalí Tajes, influencer y psicóloga; Alejandro Wall, periodista deportivo y columnista en radio y TV; Silvio Squillari, diseñador e ilustrador. Ivan Moisseff, gestor cultural y programador del espacio Zona Futuro en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires...
Bueno, efectivamente, la gestión cultural del Estado, se "aggiorna" y acompaña el proyecto de "modernización" de la gestión pública, del tipo de formación que se propugna y se fortalece. Escuché al periodista deportivo invitado en una entrevista televisada y me parece interesante que estas variables formen parte de la "oferta" en un espacio que reclama ser cada vez más heterogéneo siempre que sea en verdad heterogéneo.