Siria cumplió una semana desde el derrocamiento del presidente Bachar al Assad por una ofensiva de una coalición insurgente, mientras que el enviado especial de la ONU para el país árabe, Geir Pedersen, llegó ayer a Damasco en la primera visita de un responsable internacional bajo el nuevo Gobierno de transición.
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Siria cumplió una semana desde el derrocamiento del presidente Bachar al Assad por una ofensiva de una coalición insurgente, mientras que el enviado especial de la ONU para el país árabe, Geir Pedersen, llegó ayer a Damasco en la primera visita de un responsable internacional bajo el nuevo Gobierno de transición.
A su llegada a la capital siria, Pedersen señaló que el cambio que se está viendo "tras la caída del régimen de Al Assad ha sido inmenso y, por supuesto, ese cambio en sí mismo crea grandes esperanzas, pero todos sabemos que todavía tenemos muchos retos por delante".
Esos desafíos para el nuevo gobierno incluyen poner en marcha un proceso político que incluya a todos los sirios, conseguir que las instituciones estatales funcionen, atender la crisis humanitaria y la recuperación económica, entre otros.
Hace una semana, una coalición insurgente liderada por el grupo islamista Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), que es heredera de la exfilial siria de Al Qaeda, derrocó al Gobierno en tan solo doce días de ofensiva que acabaron con 53 años de mano de hierro de la familia Al Assad.
Desde el derrocamiento, se ha iniciado una transición en Siria en la que está Mohamed al Bashir como primer ministro en funciones hasta marzo, así como el líder de la coalición insurgente, Ahmed al Charaa (conocido con el nombre de guerra de Abu Mohamed al Jolani), como el "hombre fuerte" del país.
El cambio ha recibido el apoyo de Estados Unidos, la ONU, la UE y ocho países árabes. Ayer Francia confirmó que enviará una delegación diplomática a Siria tras 12 años sin representación oficial. El Reino Unido anunció el envío de unos 60 millones de euros en ayuda humanitaria y el establecimiento de contacto diplomático. Y Ucrania ofreció sus productos agrícolas para luchar contra el hambre en Siria.