En medio de una auténtica celebración, con una multitud vibrante y miles de teléfonos iluminando la Plaza de San Pedro, la esperada fumata blanca finalmente emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina. El humo blanco, símbolo de la elección de un nuevo papa, puso fin a la incertidumbre y desató una ola de aplausos y júbilo entre los fieles. Las seis imponentes campanas de la Basílica de San Pedro resonaron al unísono, llenando el aire con un eco de alegría que se extendió por toda la plaza.
El protagonista de este momento histórico es Robert Prevost, de Estados Unidos, quien ha elegido el nombre de León XIV, marcando el inicio de un nuevo capítulo para la Iglesia Católica. Con 69 años, Prevost se convierte en el papa número 267 de la historia y en el primer pontífice estadounidense, un hecho sin precedentes para el Vaticano.
La elección de Prevost fue el resultado del voto de los 133 cardenales reunidos en el segundo día de cónclave, quienes optaron por un líder que refleja un perfil cercano al de su predecesor, el papa Francisco. Esta elección no solo marca una continuidad en el liderazgo de la Iglesia, sino también una nueva etapa, guiada por un papa que promete combinar la tradición con una visión de apertura y renovación.
El anuncio de su elección fue recibido con júbilo y emoción por las más de 150.000 personas que se congregaron en la Plaza de San Pedro, desde la esperada fumata blanca hasta su aparición en el balcón de la Basílica vaticana. Los aplausos, las lágrimas y las miradas llenas de esperanza marcaron el ambiente mientras el nuevo pontífice saludaba a los fieles.
Conmovido y con lágrimas en los ojos, León XIV ofreció un extenso discurso en el que hizo un llamado a la paz y a una Iglesia abierta a todos, especialmente a los que sufren. En sus palabras, se destacó un sentido homenaje a su predecesor, el papa Francisco.
"Gracias Francisco"
"Gracias, papa Francisco", expresó emocionado. "Dios nos ama a todos, incondicionalmente. Aún mantenemos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente del papa Francisco bendiciendo en Roma", afirmó el nuevo pontífice, reflejando su cercanía al papa argentino, a quien considera una inspiración.
León XIV, conocido por su visión reformista y progresista, promete continuar el legado de su predecesor, guiando a la Iglesia hacia una mayor apertura y solidaridad.
Con su estilo afable, moderado y reservado, Robert Prevost, ahora León XIV, ha sido una figura clave en el Vaticano desde que el papa Francisco lo nombró responsable de los obispos de todo el mundo y de la Comisión para América Latina. Como miembro de la antigua Orden de San Agustín, este misionero estadounidense fue uno de los colaboradores más cercanos del difunto papa argentino, ingresando de manera discreta en la lista de los posibles candidatos al papado, conocido como un "outsider" frente a otros nombres de mayor perfil.
Su elección como León XIV sorprendió a algunos, pero su primer discurso como pontífice dejó una profunda impresión. A diferencia de sus predecesores, optó por un mensaje escrito, en el que habló en varios idiomas, incluyendo el español, y transmitió un poderoso llamado a la paz y al diálogo.
"Una paz desarmante, humilde y perseverante que viene de Dios", fueron sus primeras palabras, pronunciadas con una calma que reflejaba su carácter. En su mensaje, invitó a la Iglesia y a los fieles a "construir puentes a través del diálogo y el encuentro, transformándonos en un solo pueblo siempre en paz". También pidió a los cardenales que lo eligieron en la cuarta votación que lo acompañaran en su misión de "caminar como una Iglesia unida, buscando siempre la paz y la justicia, trabajando como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo a anunciar el Evangelio, a ser misioneros".
León XIV insistió en que la Iglesia debe ser "misionera, una Iglesia que construye puentes y fomenta el diálogo, siempre abierta a recibir a todos, especialmente a aquellos que necesitan nuestra caridad y nuestra presencia". Su llamado a una Iglesia inclusiva y solidaria dejó claro el rumbo que buscará para su pontificado.
En un gesto especial, el nuevo papa dedicó unas palabras en español a su "querida diócesis de Chiclayo, en Perú", donde fue obispo antes de ser llamado a Roma. "Y si me permiten también una palabra, un saludo... a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú", proclamó emocionado desde el balcón de la Basílica de San Pedro, mientras la multitud lo recibía con aplausos y vítores.
León XIV, un papa cercano y humilde, inicia su pontificado con una visión clara: una Iglesia que une, que dialoga y que extiende su mano a todos.
La elección de Robert Prevost, ahora León XIV, llegó tras cuatro votaciones en el cónclave celebrado en la Capilla Sixtina. Tres de estos escrutinios se realizaron durante la jornada del jueves, mientras que el primero tuvo lugar el miércoles, marcando el inicio del proceso. El anuncio oficial se realizó mediante la tradicional fumata blanca, el humo blanco que emergió de la chimenea a las 13.07 (hora argentina), indicando al mundo que la Iglesia Católica tenía un nuevo papa.
Un proceso bajo estrictas normas vaticanas
Según la normativa establecida por el Vaticano, para ser elegido papa es necesario obtener dos tercios de los votos de los cardenales electores. En este cónclave, participaron 133 cardenales, lo que significa que el nuevo pontífice necesitaba al menos 89 votos para ser elegido.
La elección de León XIV fue relativamente rápida en comparación con otros pontífices recientes. El papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) fue elegido en 2013 tras cinco votaciones, Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) en 2005 luego de cuatro, y Juan Pablo II (Karol Wojtyla) en 1978 tras ocho escrutinios.
Sin embargo, en el último siglo, algunas elecciones papales han sido mucho más prolongadas. Pío XI (Ambrogio Damiano Achille Ratti) fue elegido en 1922 después de catorce votaciones, y Juan XXIII (Angelo Giuseppe Roncalli) en 1958 tras once. Estos ejemplos destacan que, aunque el proceso puede ser breve, también puede extenderse considerablemente cuando no se alcanza un consenso inmediato.
Una elección seguida por el mundo entero
La elección de León XIV fue recibida con júbilo por los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, quienes esperaron pacientemente el anuncio. Los medios de comunicación de todo el mundo transmitieron la noticia en tiempo real, mientras que los canales oficiales de la Santa Sede, incluidas sus plataformas multimedia, aseguraron una cobertura global.
La elección de un nuevo papa no solo es un evento religioso, sino también un acontecimiento de relevancia internacional que moviliza a millones de personas y despierta interés en todos los continentes.