Con espontaneidad el jujeño Orlando Faciano expresó que siente que cumplió su sueño al haber llegado a Bradfort, una ciudad de Yorkshire del Oeste en Inglaterra. Lo hizo por doble partida, se consagró como bailarín de tango y organizador de milongas en Buenos Aires donde se supo destacar, lo que le permitió trabajar luego en aquel país y recorrer varias ciudades haciendo lo que más le gusta.
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Con espontaneidad el jujeño Orlando Faciano expresó que siente que cumplió su sueño al haber llegado a Bradfort, una ciudad de Yorkshire del Oeste en Inglaterra. Lo hizo por doble partida, se consagró como bailarín de tango y organizador de milongas en Buenos Aires donde se supo destacar, lo que le permitió trabajar luego en aquel país y recorrer varias ciudades haciendo lo que más le gusta.
"Es otro país, otro idioma y otras costumbres, y aun así uno valora las cosas que pasan en Argentina donde somos más sentimentales, más confianzudos. Aquí veo libres las paradas de colectivos, me hice fanático de los museos, de las ciudades antiguas, de practicar el idioma, de comunicarme", explicó Faciano.
Tenía 28 años en 2018 cuando decidió mudarse a Buenos Aires para ampliar su aprendizaje en torno al tango. En medio de la pandemia que paralizó toda la movida tanguera en la gran ciudad, el jujeño apostó sus fichas a organizar una milonga al aire libre en plaza Congreso, que llamó "La Otra". Eso llamó la atención de medios pero también atrajo más milongueros que ansiaban volver al abrazo ya en tiempos de menor restricción. "Hicieron documentales de la Universidad del Arte Luna, de estudiantes, e influencers de Rusia y distintos países", recordó.
Sumó su paso por todo el ámbito milonguero, organizó campeonatos de tango y recorrió milongas desde Caminito hasta las más afamadas, Canning en Capital Federal y lo invitaron en la Casa de Jujuy. Le valió varias satisfacciones, bailó en el teatro Brodway con una obra que también incluyó folclore.
La oportunidad de emigrar le llegó meses después de la mano de su amigo Diego Culcuy, con quien se inició en el tango dirigidos por la docente jujeña Juana Zurriable, y debido a que traía milongueros europeos de paseo, al ver su trabajo lo contrató para dar clases en sus academias de Inglaterra.
"La gente ya me conocía y el plan fue seguir porque había apego, y aquí me tienen paciencia en mi evolución con el idioma y la comunicación, pero con las clases estaba bien. Estoy organizando clases y prácticas en Manchester, Liverpool, Oxford, Newcastle, y en Londres es donde mejor me fue. Me quieren en todos lados, pero ahí es como más cosmopolita", explicó.
Las recorre porque tiene casa como parte del trabajo y hasta vehículo, que no puede usar aún porque no sabe conducir, algo que pretender revertir este año. Mientras, disfruta el viaje en bus y a diario muestra cada curiosidad en videos y transmisiones en vivo por sus redes sociales.
En Oxford disfruta de los museos, y Londres es una de sus ciudades favoritas, donde también dio clases y organiza prácticas, allí musicaliza y asesora técnicas. Contó que donde se hacen milongas no falta el té, leche y aperitivos dulces.
"Al principio fue difícil no conocer, mantener el rol de docente. Encontrar algún argentino o alguien que hable español es muy bueno, encontré muchos, eso permite relajarme para hablar el idioma", explicó. De hecho, destacó la educación de la gente que dista de ser avasallante, lo cual le da mucha paz para poder desempeñarse como le gusta, ya que desde que daba clases en el garaje de Cuyaya en Jujuy hasta Oxford, siempre prepara y ahora disfruta concretar cada planificación de secuencias y combinaciones.
Aunque aprendió inglés, cuando le repreguntan dudas, le cuesta darlas a conocer pero está orgulloso de sus avances y se prepara para dar algunas clases solo, sin ningún partenaire, lo que supone nuevos desafíos que le permitan seguir aprendiendo.
Además, practica con frecuencia boleadoras que lleva en la mochila, lo que le permite ensayar en sus ratos libres, y su profesor Santiago Ortega lo sigue en redes y a veces le envía correcciones en la postura de modo que también se prepara para enseñar a bailar folclore. "Se vuelven locos con las boleadoras porque desconocen el folclore fantasía", detalló y de hecho pretende hacerlas con fuego.
"Fui a milonguear a Alemania, ser argentino y saber milonguear es un extra. Me considero buen bailarín, me gusta bailar con todas porque no habían podido tomarle fotos debido a que largaba la tanda y bailaba", dijo. Disfruta cada instancia y aunque la gente es más formal, para reunirse comparten en una confitería a la hora de pasar un buen rato; reconoce que los ingleses aprecian su espontaneidad y lo integran.
Da clases y comparte comida argentina
De Jujuy Faciano extraña el mantecol, dulce de leche, el fernet y la carne. Aunque le trajeron una botella, reconoce que la carne no es igual y de hecho cocinó empanadas para compartir y fue bien recibido porque aderezó con ají, y se lo comparó con la comida iraquí. Vive solo, y solo compartió con una partenaire, Jana Jhonson, bailarina del Newcastle staff, ya que se le brindó esa posibilidad. También disfruta de cada ciudad a la que va a dar clases, a donde va con tiempo para poder pasear y conocer iglesias, museos y sus paisajes, además de apreciar el estilo de ropa como los gorros ingleses, estilos en los que se identifica. Pretende volver en mayo para bailar en el Luna Park para el Festival Patria, segunda edición que se hizo en 2023, por lo que prevé ahora con 33 años concretar otros de sus sueños frente a un escenario de esa magnitud. Con esto asume que en diez años pudo hacer realidad muchos sueños, el de irse a Europa, actuar en grandes escenarios, y ahora disfruta de su presente por lo que valora el “corazón puro” de los jujeños que con arduo trabajo, al igual que él, puedan llegar a donde esperen.